El tourbillon, más vivo que nunca

Breguet patentó el tourbillon hace 220 años. El mecanismo que cambio la relojería para siempre. Dominó la gravedad y aumentó la precisión.

Es uno de los inventos cruciales de la relojería. Se inventó hace más de dos siglos. Los aficionados a la alta relojería siguen adorando esta ingeniosa invención con el mismo entusiasmo que seguramente sintió Abraham-Louis Breguet cuando recibió la patente el 26 de junio de 1801. Ese día, el tourbillon, uno de los dispositivos de relojería más fascinantes, cambió la relojería para siempre, revolucionó la técnica y diseño de los guardatiempos.

La idea la tuvo el eminente relojero en 1795. Ese año regresó a París después de unos años de exilio en Suiza. En la capital francesa nació en 1747, pero la dejó durante el Reinado del Terror, después de la Revolución Francesa.

El Breguet No. 1176, un reloj de bolsillo con tourbillon de 64 mm con escape natural, segundos de observación, segundos ordinarios, reserva de marcha. De 1809

Breguet era un inventor con amplios conocimientos de las leyes físicas. Y sus observaciones dieron fruto. Tuvo la certeza de que la forma en que funciona un reloj se ve afectada por los cambios en su posición, sobre todo cuando estaban en posición vertical. Dedujo que la gravedad era la causa. Además, en esa época los relojes eran de bolsillo y se alojaban en esta posición en el bolsillo.

La idea más brillante

Para solucionar este problema tuvo una idea. Como no se puede eliminar la gravedad, elucubró la manera de compensarla encapsulando el órgano regulador y el escape en una jaula móvil que realizaría una rotación completa sobre su propio eje una vez por minuto. No solo consiguió mejorar la precisión, sino que mejoró la lubricación del calibre.

El Breguet No. 1176, un reloj de bolsillo con tourbillon de 64 mm con escape natural, segundos de observación, segundos ordinarios, reserva de marcha. De 1809

El expediente de solicitud de patente incluía una placa de acuarela ilustrativa y una carta al Ministro del Interior. En ella, Abraham-Louis decía lo siguiente: “Con este invento he compensado con éxito las anomalías que surgen de las diferentes posiciones de los centros de gravedad provocadas por el movimiento del regulador. También he logrado distribuir el rozamiento en todas las áreas de la circunferencia de los pivotes de este regulador y los orificios en los que se mueven estos pivotes ”.

Extractos de la patente concedida a Breguet por el ministro del Interior francés.

El 26 de junio de 1801, el ministro del Interior francés concedió a Breguet una patente que duraría diez años para su invención. Aun así, Breguet no pudo comercializarlo todavía porque era un dispositivo muy complejo. Después de dos modelos experimentales (el reloj No. 169 que regaló al hijo del relojero londinense John Arnold en 1809, y el reloj No. 282 terminado en 1800 y vendido mucho más tarde por el hijo de Breguet), el primer tourbillon no se comercializó hasta 1805.

Plancha de acuarela de la patente del regulador de tourbillon.
Obtenida en 1801. Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, París.
Presentación internacional

El invento del tourbillon se presentó en sociedad en la Exposición Nacional de Productos Industriales que se celebró en París en septiembre y octubre de 1806. El informe del jurado lo describió como “un mecanismo llamado tourbillon por el cual los relojes mantienen la misma precisión, independientemente de la posición, vertical o inclinada, del reloj ”.

Páginas del Informe del Jurado de la Exposición Nacional de Productos Industriales celebrada en París en 1806.

Entre 1805 y 1823, año en que murió el relojero, se vendieron un total de 35 relojes con tourbillon. Más de la mitad de ellos cuentan con una jaula que gira a una velocidad de una vez cada cuatro o seis minutos, mientras que la patente describe una jaula que gira cada minuto. 

Tourbillones de uso naval

Entre los clientes de estos relojes estaban monarcas y aristócratas. Varios soberanos (Jorge III y Jorge IV de Inglaterra, Fernando VII de España), nobles rusos (príncipes Yermoloff, Gagarin, Repnin, Demidoff…) y eminentes personalidades europeas procedentes de Polonia (conde Potocki), de Prusia (príncipe Hardenberg), de Italia (conde d’Archinto, G.B. de Sommariva), de Hungría (barón Podmaniczky) y de Portugal (caballero de Brito). Un cuarto de estos tourbillones tuvo con un uso naval, es decir que fueron adquiridos por armadores o marinos y empleados para la navegación en el mar y el cálculo de la longitud.

Regulador tourbillon B 1188, escape natural, segundero de observación, segundero ordinario, reserva de marcha, agujas Breguet de acero pavonado. De 1807

Una docena de piezas se conservan en museos: tres forman parte de las colecciones del Museo Breguet, cinco se conservan en el British Museum y en otros museos de Inglaterra, otros en Italia, Jerusalén y Nueva York. Otros 15 están en manos de coleccionistas privados. Recientemente se han vendido dos piezas en subastas.

Regulador tourbillon B 1188, escape natural, segundero de observación, segundero ordinario, reserva de marcha, agujas Breguet de acero pavonado. De 1807

A lo largo de los años, el tourbillon de Breguet siguió siendo uno de los dispositivos de relojería más fascinantes para conocedores y coleccionistas. No hubo una mejora relevante de este mecanismo hasta más de un siglo después, cuando Alfred Helwig , instructor de la Escuela Alemana de Relojería en Glashütte, diseñó el primer tourbillon volante en 1920.

Y, por supuesto, Breguet continúa dominando el arte de crear tourbillones que mejoran la precisión de un reloj. Estos son algunos de los últimos años:

Breguet Classique Double Tourbillon 5345 Quai de L’Horloge (2020)

Un calibre espectacular en un espacio reducido. Las ventanas permiten entrever los rodajes de un movimiento extraordinario con todos los componentes terminados a mano. Al descubierto en la carátula, dos tourbillones unidos por un diferencial central.

Es una escultura dinámica que da una vuelta completa cada 12 horas —indicación de las horas con la aguja sobre uno de los dispositivos— gracias a dos tourbillones independientes que, a la vez, efectúan una rotación completa cada minuto. Los órganos reguladores están interconectados e impulsan la barra del tourbillon. En consecuencia, también se mueve las agujas de las horas.

Classique Tourbillon Extra-Plat Squelette 5395 (2019)

En esta pieza se montó el calibre 581 esqueletado con un espesor de 3 mm. La maison retiró el 50% de material a este calibre hecho de oro, material que también se usó para fabricar la platina y los puentes del movimiento.

Classique Grandes Complications 5367 (2018)

Este modelo interpreta con sencillez el tourbillon, complicación que protagoniza esta pieza gracias a su corte minimalista. El disco horario cuenta con números árabes, mientras que el tourbillon se coloca a las 5 h. Esta disposición espacial trata de imitar los relojes de bolsillo creados por Abraham-Louis Breguet.

Breguet ha decidido colocar una barrita gráfica para el tourbillon, biselada a mano y con una espinela. Para mantener la congruencia estética, las agujas Breguet se presentan en color azul, para contrastar con la blancura típica del esmalte.

Seguro este año Breguet tiene un lanzamiento más que especial para celebrar los 220 años de este ingenioso y útil mecanismo.

Yolanda Ruiz

Periodista todoterreno, llevo más de una década tomando el pulso a la industria relojera. “De los relojes lo que más me asombra es cómo actúan como instrumento de identidad. Son testigos de los cambios sociológicos y culturales».

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