Relojes y NFT, inversión o fraude

La fiebre NFT nos descubre una tecnología que sirve tanto para garantizar la autenticidad de un producto como ser un simple instrumento de especulación.

La industria relojera parece dispuesta a no perder el tren de las nuevas tecnologías y se ha sumado con fervor a la última tendencia de los NFT. Rara es la firma que no ha realizado, o anunciado para el futuro, una acción basada en esta tecnología. Un movimiento lógico, aunque no exento de dudas. Porque la irrupción de los NFT ha supuesto una enorme paradoja: la pasión y el interés que han despertado van parejos al desconocimiento que la gran mayoría de la sociedad aún tenemos de este fascinante y a la vez indescifrable campo. La prensa diaria nos despacha a diario impactantes noticias de compras, ventas, inversiones y desfalcos de millones de dólares en un entorno aún indescifrable para la gran mayoría de los mortales. Llegados a este punto, nos preguntamos qué hay realidad y de fantasía alrededor de una tecnología que promete cambiar nuestras vidas. 

¿Qué es un NFT?

Comenzamos por un paso obvio: saber qué es un NFT. La respuesta nos la da Víctor García Font, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya y uno de los grandes expertos españoles del tema. “Para saber qué es un NFT hay que conocer antes el funcionamiento de las criptomonedas. Las monedas de curso legal como el dólar o el peso mexicano dependen de dos intermediarios para cumplir su función: un emisor que soporta su valor y un gestor que facilita su intercambio entre particulares. Las criptomonedas como bitcoin crean un contacto directo entre el emisor y receptor del dinero sin necesidad de intermediarios”.

Víctor García Font, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya y uno de los grandes expertos de la tecnología blockchain en nuestro idioma.

Ya no hace falta la validez del banco central, sino que es la comunidad de usuarios quien certifica la transacción. “Las criptomonedas han surgido gracias a la tecnología blockchain”, prosigue García Font. “Muy pronto se hizo evidente el potencial del blockchain para otros objetos virtuales. Muchas personas se preguntaron por qué no hacer creaciones digitales únicas apoyadas en esta tecnología. Y así fue como surgieron los NFT”

Según esta premisa, en los NFT (siglas de la expresión inglesa non fungible token) no importa tanto el qué es (una canción, un dibujo o cualquier otra creación virtual), sino su naturaleza única. Trasladado a nuestro día a día, un NFT es similar al documento nacional de identidad que nos distingue a cada persona y nos hace únicos y diferenciables para el Estado, con la diferencia de que esta célula es un simple número y el NFT puede contener toda la información que queramos

Blockchain y la información acumulada

“El potencial de los NFT es enorme en todos los campos, relojería incluida”, explica Víctor García Font. Nos centramos en nuestro campo y vemos sus posibilidades de desarrollo. “Imaginemos que compramos un reloj y el vendedor nos proporciona un NFT asociado a él que guardamos en nuestra cartera virtual. Si más adelante decidimos desprendernos de este reloj, al transmitirle este NFT a nuestro comprador demostraremos que no es ni falso ni robado”. Pero el potencial del NFT va más allá de ser un certificado de autenticidad. “Es muy interesante comprobar la cantidad de información que puedes incluir en este NFT”. Aquí ya queda a discreción de sus fabricantes, aunque es posible incluir información de dónde está fabricado, el origen de sus componentes, el tiempo de realización, los procesos de control, el traslado hasta el punto de venta…En definitiva, toda la “vida” del reloj

La tecnología blockchain ha permitido desarrollar herramientas como AURA, proyecto del grupo LVMH, la cual permite identificar cada reloj por medio de fotografías y asignarle un NFT en el que guarda toda su información.

¿Estamos hablando de ciencia-ficción? Para nada. La tecnología blockchain y el uso de NFT ya está plenamente integrado en el negocio relojero. Hace dos años Hublot puso en marcha la e-warranty, un sistema de certificación basado en el sistema blockchain AURA, desarrollado por el grupo LVMH. Nos lo explica su consejero delegado Ricardo Guadalupe. “Es un sistema muy sencillo de usar. Cada vez que vendemos uno de nuestros relojes, el joyero escanea el fondo del reloj mediante una aplicación y se genera así un token que se guarda en la aplicación de e-warranty de su móvil”. El escaneo parte de un sistema de reconocimiento visual de los relojes, desarrollado por la empresa KerQuest y basado en el principio lógico de no haber dos relojes iguales en el mundo. 

En la industria relojera hay desarrollos similares en marcha, como el comandado por Vincent Perriard con Origyn. En realidad, rara se el grupo o firma potente que no presente un proyecto de estas características en los próximos meses. 

La era de los relojes virtuales

Hasta ahora hemos hablado del potencial y beneficios que el uso de los NFT ha incorporado al comercio tradicional, pero esta no es la faceta que más atención ha despertado esta tecnología en los medios de comunicación. El poder de atracción de los NFT está acaparado por su condición digital. Lo más fascinante e inquietante para los aficionados ha sido comprobar en los últimos meses la aparición de una nueva era de relojes virtuales que solo existen hoy en día dentro de internet

Louis Moinet es de las primeras firmas reales que se ha lanzado a la creación de relojes virtuales. La primera edición de estos relojes tuvo una respuesta magnífica, según palabras de los propios responsables.

Los ejemplos son abundantes. La primavera pasada, la firma Jacob & Co. la subasta de subasta de reloj inspirado en sus conocidos SF24, aunque con la particularidad de ser una pieza exclusivamente virtual en forma de NFT. Esta naturaleza incorpórea no fue problema para que un anónimo comprador pagara por él cien mil dólares, lo que valió al consejero delegado de la firma Benjamin Arabo a proclamar que “los NFT tienen su hueco en el negocio de los relojes y el lujo”. Más adelante hemos visto proyectos parecidos de Hanhart y Louis Moinet. La primera organizó el diciembre pasado una subasta de un reloj híbrido creado para la ocasión y que alcanzó un precio final de 44,625 euros.

En el caso de Louis Moinet, este mismo año creó una serie de 1,000 NFT basados en su colección física que, según información de la propia compañía, fueron vendidos en apenas siete minutos. Según datos siempre de Louis Moinet, doscientos de estos NFT pasaron inmediatamente al mercado de compraventa, con unos precios que doblaban el valor inicial de cada producto

Una nueva firma cada día

La fiebre por los NFT de relojes también se ha traducido en un increíble boom de relojes virtuales creadas por firmas con apenas unas semanas de vida. Es el caso de Gen Watch, creado por el artista estadounidense Jesus Calderon, o el proyecto Analog Summer, de la firma Meta Watch Association. Son dos ejemplos, pero cada semana que avanza en el año nos encontramos con proyectos similares en el escenario. 

La fiebre por los NFT ha motivado la creación de firmas virtuales a una velocidad endiablada. Estre ellas está DWISS, que se anuncia como la primera firma de relojes suizos NFT. 

Como decimos, estas acciones tienen en común su componente estrictamente virtual. Son NFT que sus creadores ponen a la venta en plataformas virtuales como Open Sea y a los cuales los compradores acceden durante un tiempo limitado o hasta que los NFT se agoten. En cuanto a los precios, todos son pagados en criptomonedas, como no podía ser de otro modo, y varían enormemente. En el caso de Gen Watch, van desde los 600 hasta más de 180,000 dólares

Y aquí surge la gran pregunta: ¿merece la pena pagar esa cantidad de dinero por un reloj hecho solo de bits?

El salto al Metaverso

“No sé si soy la persona más adecuada para contestar esa pregunta. En realidad, tampoco soy muy partidario de pagar esa cantidad de dinero por un reloj real”, nos comenta el profesor Víctor García Font entre risas. “Hablando en serio, hay una diferencia entre comprender un fenómeno como los NFT y el apoyar todo lo que se haga con él. Es evidente que hay un factor pionero en muchas de estas acciones. Es muy probable que muchos de estos NFT por los cuales ahora se pagan tanto dinero dentro de unos años no valgan nada. Yo creo que muchos de los participantes en estos procesos creativos disfrutan siendo pioneros de un fenómeno que puede expandirse en los próximos años”. 

No obstante, “el valor no reside en la imagen, sino en su componente único”, nos recalca Víctor García Font. “Un Rolex Daytona original cuesta unos 13,000 dólares y una copia perfecta del reloj lo más seguro es que la puedas conseguir por una décima parte de ese precio. Un aficionado lo puede entender, pero para muchas otras personas no tiene sentido pagar diez veces más por un reloj que es prácticamente igual a otro. Con los NFT ocurre lo mismo”. 

Nuestra identidad en un mundo virtual

Llegados a este punto, es interesante recordar que los NFT tuvieron su origen en el mundo de los juegos en línea. Es el caso de CryptoKitties, desarrollado en 2017 y consistente en la creación de gatitos virtuales mediante hibridación. La tecnología NFT hacía posible que cada nuevo gatito fuera único e irrepetible. “La industria del juego en línea ha generado durante años enormes cantidades de dinero vendiendo a sus clientes objetos virtuales para personalizar sus personajes y hacerlos diferentes al resto de competidores. La fiebre por los NFT parte de este afán de personalización, con la diferencia de que ahora tú, como comprador, eres el propietario de esa imagen virtual, y ya no pertenece a una empresa, como ocurre en los juegos en línea”

Frederique Constant se ha sumado al pionero grupo de firmas que buscan establecerse en el Metaverso como una herramienta fundamental en el futuro para estar en contacto con los coleccionistas y aficionados.

Aunque consciente de este atractivo de los NFT, el autor de estas líneas no deja de mostrar al profesor su perplejidad ante el hecho de que alguien decida pagar tal cantidad de dinero porque desconoce qué uso puede tener un reloj virtual. “Pues hablemos entonces del Metaverso”. 

Si el término NFT es aún bastante desconocido para la mayoría de nosotros, la cota de asombro aumenta en un grado exponencial al hablar del Metaverso. La imagen de un mundo virtual en el que viviremos e interactuaremos con otras personas por medio de avatares roza la fantasía. Los expertos lo ven aún lejano, pero no irrealizable. Y las firmas no quieren perder de vista este proyecto con todo el potencial que les ofrece

Bienvenido al club

¿Qué interés puede tener para una firma relojera un concepto tan virtual como el Metaverso? “Claro que lo tiene”, nos responde Ricardo Guadalupe, “y aunque no existe nada concreto aún, estamos trabajando en diferentes proyectos. El problema real ahora mismo es la cantidad de propuestas que recibes a lo largo del día para desarrollar proyectos y en relojería es básico saber con quién trabajas”.

Por supuesto, no se nos ocurriría ahora mismo hacer una serie de mil hublots de NFT como los vemos a diario que salen a subasta, pero ¿por qué no podemos hacer un reloj virtual pronto? Sería curioso ver un Hublot de pura creatividad y sin las limitaciones propias de la fabricación relojera actual”. ¿Y donde lucir ese reloj virtual? Vayamos unas líneas antes y recordemos el NFT que recibe en su teléfono móvil el comprador de un Hublot. Aquel token le confirma como propietario de ese reloj, pero también lo convierte en hublotista.

Experiencias exclusivas

Entendamos Metaverso como una suma de espacios de convivencia más que una realidad virtual en la que vivir. Al menos esta primera acepción es la que más llama la atención a las firmas de lujo y consumo. Ser miembro de una comunidad de aficionados a Hublot, Porsche o el Club de Fútbol América que alcanzará un grado superior de desarrollo si la tecnología Metaverso logra destapar todo su potencial. Si llegamos a verlo, será el sitio adecuado para mostrar todos aquellos NFT en forma de reloj, zapatillas, coches o teléfonos que hemos ido adquiriendo con el paso del tiempo hasta crear ese avatar con el que nos identificaremos en el mundo virtual. 

El Radiomir Eilean Experience demuestra el potencial de esta tecnología para establecer relaciones privilegiadas con los coleccionistas.

Aunque no hace falta usar tanto la imaginación para ver el potencial del NFT como la llave a un club privado. Panerai acaba de lanzar su reloj Radiomir Eilean Experience, realizado en edición limitada de 30 piezas. Todas ellas vienen acompañadas de un NFT que les da acceso a una obra de arte exclusiva y el acceso prioritario a todas las iniciativas que desarrollará Panerai en la denominada web3, un modo alternativo de referirnos a ese nebuloso Metaverso. Pero no todo queda en plano virtual: esa misma llave da la oportunidad al comprador de disfrutar de la Experiencia Eilean, el famoso velero propiedad de Panerai, que se organizará en la Costa Amalfitana en junio. Agua, sol y barcos bonitos, y esta vez de verdad, nada digital. 

Inversión o especulación

El interés que ha despertado la aparición de estos proyectos de NFT relojeros no está exento de cierta controversia. Todos somos conscientes del riesgo que supone invertir en proyectos pioneros como estos, pero la total falta de transparencia que muestran algunos de estas aventuras digitales ha llevado a muchos críticos a tacharlos nada menos que de estafa. 

La principal acusación que se ha vertido a estos productos digitales es su semejanza con los artilugios financieros basados en el esquema Ponzi. Esto es, la venta de un producto como un vehículo que genera ganancias a todas las personas que lo compran o intercambian, cuando realmente la única persona que va a conseguir un beneficio es su creador. Este tipo de problema siempre ha acompañado a los objetos de colección que tienen un valor simbólico y no real. Es el caso de los sellos postales, que no son más que un simple papel. ¿Quién garantiza el valor de un NFT cuyo precio ha sido impuesto por su creador y él mismo se presenta como único valedor? La respuesta no es fácil. 

Dudas razonables

Tampoco es fácil depender de la voluntad del creador de NFT cuando afirma la limitación de su serie creativa. La escasez, como bien saben los aficionados a la relojería, es un valor intrínseco del producto, así que es normal dudar de la voluntad de un autor para no repetir una serie virtual de NFT con el fin de sacar más dinero. Si lo trasladamos al mundo del reloj, a muy pocas personas les puede importar que en el mundo haya mil o cien mil personas con un Speedmaster Moonwatch igual que el suyo, pero sí le afectará al que haya comprado una NFT en una edición de mil ejemplares y que al cabo del tiempo descubra que se han realizado más series prácticamente similares. 

La fiebre NFT nos descubre una tecnología que sirve tanto para garantizar la autenticidad de un producto como ser un simple instrumento de especulación.
¿Es legítimo crear un reloj virtual que sea una copia del Speemaster de Omega? El responsable de Gen Watch parece que está de acuerdo, aunque no sabemos si la firma afectada piensa igual que él.

Y un último punto que no conviene dejar de lado: el pasmo que despierta en un aficionado el arrojo de un proyecto como Gen Watch, con un indisimulado interés lucrativo, en usar diseños tan conocidos como los de Rolex, Omega y Audemars Piguet. ¿Actuarán pronto estas firmas por hacer un uso indebido de su propiedad intelectual? Y, en el caso de ser así, ¿qué pasará con los propietarios de esos NFT que responden a nombres tan curiosos como UP Royal Bloke, ØHMega Speedmeista o Rødex Bitmariner? Como vemos, mucho potencial, pero también muchas dudas. 

Andrés Moreno

Decía Antonio Machado que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. Me he guiado por esta máxima durante casi veinte años que llevo escribiendo de relojes. En mi mano está hacerlo del modo más ameno posible.

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