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Dominique Renaud vuelve al ruedo relojero con marca propia. Y como es natural cuando se trata de un genio en su disciplina, las expectativas y expectación son muchas. Hace unos días advirtió que «en relojería todo puede ser reinventado» y parece que está dispuesto a cumplirlo con su primer prototipo y su aventura, que él mismo llama odisea relojera.

Después de casi 15 años de retiro, cuando dejó Renaud & Papi, el relojero aventajado regresa por la puerta grande, con firma propia y mucho ruido mecánico. Desde 2013, es parte del equipo de HYT, con el objetivo de seguir revolucionando el sistema hidromecánico de fluidos que anima los movimientos de los relojes de esta firma independiente.

Renaud ya lo adelantó a Tiempo de Relojes hace unos meses: “Estamos pensando en reinventar el corazón de los propios relojes”, declaraba. Y también afirmaba que había mucho que hacer todavía en alta relojería: «Hemos hecho grandes y numerosas aportaciones en las complicaciones. Por ejemplo, los nuevos sistemas de repetición. En Renaud & Papi creamos incluso nuevos sistemas de sonería, como el de microrrepetición para Jaeger-LeCoultre y la repetición de minutos ultramoderna modular para IWC. Ahora me estoy enfocando y especializando en los principios, en las teorías, en los fundamentos de la relojería. La idea es reinventar estos fundamentos».

Y se refería a lo siguientes fundamentos: «Los órganos reguladores, por ejemplo, cambiar completamente el volante. Pensar en algo radicalmente diferente. Estamos hablando de cambiar la mecánica, la tradición, los materiales. Estamos pensando en cambiar los paradigmas. Quiero utilizar materiales tradicionales y mecanismos tradicionales. Igual más adelante usaremos otros más actuales, como la cerámica. Estamos reformulando las leyes, el uso de la energía… No sólo se trata de ideas. Ya depositamos cuatro patentes, pero aún no podemos decir cuáles son. Estas patentes son para la marca Dominique Renaud», confirmó a Tiempo de Relojes.

Precisamente ese atrevimiento que va más allá de las convenciones es lo que lo ha llevado a la conclusión de su primera colección con marca propia: Dominique Renaud DR01 Twelve First. Se trata de una experimentación de autor sobre los principios básicos de la relojería tradicional en torno al regulador. Su primer proyecto estará disponible en 12 prototipos. Renaud ensalza una nueva interpretación de su oscilador tipo lámina, aunque ya hay ejemplos del mismo en algunos modelos de otras marcas, como en los modelos Girard-Perregaux Constant Escapement y el Ulysse Nardin Anchor Tourbillon.
La novedad aquí es que Renaud se basa en este concepto ya inventado pero le aporta una flexibilidad y autotensión que lleva su eficiencia a otro nivel. En definitiva, su oscilador tipo lámina de alta frecuencia y baja fricción adquiere cualidades máximas gracias a un escape de retén de tipo experimental que se asocia a un nuevo dispositivo de ajuste. Y es precisamente esta combinación de oscilador de alta frecuencia y nuevo escape el que aporta al reloj una eficiencia gran energética y garantiza una óptima precisión, según su creador.

Dominique Renaud DR01 Twelve First es una colección de 12 relojes únicos, cada uno personalizado para el coleccionista que decida participar y que se considerará un embajador Dominique Renaud. “Cada reloj”, aseguran desde la firma, “será una obra de arte y una innovación relojera excepcional, un reloj con un rendimiento sin precedentes y un diseño incomparable”. Aunque tal vez, algunos coleccionistas vean en este diseño cierta evocación tubular del Parmigiani Bugatti Type 370 que fue lanzado en 2004.

Renaud asegura que cada aspecto de este guardatiempo ha sido reimaginado y rediseñado: el órgano regulador, el escape, la amplitud, la frecuencia, la caja y la esfera. El movimiento consiste en un ensamblaje de elementos cilíndricos que parecen suspendidos en el centro de una cápsula de cristal zafiro de 360 grados. El módulo totalmente transparente puede rotar y mostrar el movimiento desde seis posiciones distintas.

Asegurando la cápsula a la muñeca en forma de arco, su forma evoca un monolito futurista de otro planeta. La angulosidad se enfatiza en el diseño de Dominique Renaud DR01 Twelve First. Son ángulos agudos, un sello de identidad de la marca, que se inspiran en las iniciales del fundador, DR. El arco está tallado en un solo bloque, cuya material será elegido por el propietario final. Por ahora, hay versión de cristal de zafiro o de acero/PVD negro o cerámica. El proceso de personalización se extiende hasta el color y el material de la esfera, un monobloque que incorpora la firma de la compañía.

El reloj es manual, con escape de un solo impulso ‘lost beat’, con oscilador y rueda volante con forma de aspa, movimiento en 3D construido sobre múltiples ángulos con funciones de horas y minutos. Tiene oscilador de alta frecuencia, gran reserva de marcha y excepcional resistencia a los impactos. El precio de la pieza comienza a partir de un millón de dólares.

Dominique Renaud quiere abrir nuevos caminos, encontrar alternativas y crear conceptos innovadores cuyos diseños sorprendan y obliguen a hacer preguntas y despertar emociones en los coleccionistas pioneros, mientras mejora las características funcionales de los relojes mecánicos de alta gama.

Por Yolanda Ruiz Ruiz