Over the RainboW

Tiempo de Relojes #127 PRIMAVERA 2023

¿Se acuerdan cuando todos los relojes era blancos o negros? Blancos para vestir, negros para vivir. Todo era binario, bueno y malo, elegante o tosco. A la relojería le llevó siglos salir de una película en duotonos y aceptar que, si ya no es un instrumento útil, mejor sumarse a la fiesta. Se gasta para seducir, se invierte para gozar, se vive para experimentar y, si un día regresan los nubarrones, mejor ver las horas bajo un arcoíris, como los hippies, la comunidad LGBT o Dios diciendo a Noé que después del diluvio siempre estará presente. 2023 será el año en el que hasta las instituciones más serias salen del clóset y sucumben a la ley del Pantone. Ya el verde no es el nuevo azul o el salmón es el nuevo verde… Lo que está de moda es la ambigüedad como la misma conciencia de los relojeros. Verde oliva, militar, British racing, azul Tiffany, navy, cobalto, espectral… Porque dependiendo del habitáculo, un rojo puede ser de rigurosa etiqueta (Reverso) y un negro un código funky rebelde (H. Moser & Cie. Vantablack). Panerai, un estandarte rudo como pocos, se italianiza con un nuevo Radiomir Calendario Anual en tonos vivos ahumados pensado más para unas vacaciones en Forte dei Marmi que en el camuflaje subacuático. Hublot, pionero de lo experimental, propone los tonos neones en su nuevo zafiro Saxem, Roger Dubuis habita en salones oscuros con su Excalibur Blacklight, Chopard viste de Mont-Rose su Alpine Eagle y Patek Philippe no necesita comentarios porque ya es bastante sorpresa ver al sobrio Calatrava con pigmentos primarios y motivos carbono. Hasta Rolex da la sorpresa del año con dos piezas pop con puzzle, burbujas y emojis fuera de su zona de confort que le traeremos en la siguiente edición. Qué curioso que cuando los más serios se van de diversión, los jóvenes como Furlan Marri, Nivada Grenchen, Sylvain Pinaud, Trilobe… miran con nostalgia los iconos del pasado. De padres festivos, hijos conservadores. Si el verde y el salmón acaparan las opciones más generalizadas, la inesperada paleta de moda es un espectro indefinido entre el azul, verde y gris que requiere de explicaciones para guiarnos en la espesura: color salvia, abismo o laguna nos invitan a transitar por senderos al aire libre lejos de lo conocido. Son tonos que encontramos en el mar, los cenotes o la tundra escarpada y por eso nos gustan. La buena relojería, que ya sabemos que siempre llega tarde a todo a pesar de ser guardianes del tiempo (el primer Rolex Daytona Rainbow es de hace una década), se crea, como el dinero, para siempre. Vaya que va a ser estimulante ver si cada temporada, como las pasarelas, nos trae over the rainbow una nueva paleta de emociones.

Carlos Alonso / DIRECTOR GENERAL

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