La buena relojería siempre nos enseña algo. Pueden ser los principios básicos de la física que rigen el funcionamiento de un movimiento mecánico o el descubrimiento de culturas lejanas, entre otras cosas. Porque los buenos relojes están fabricados por personas que, como los artistas, plasman su personalidad en la obra que tienen en sus manos. Poseer un G-SHOCK es el mejor modo de descubrir los secretos de la cultura japonesa y su especial forma de hacer converger la tecnología de punta con las milenarias tradiciones artesanales. Un logro que tiene en el reciente MRG-B2100B su demostración más perfecta.
G-SHOCK ha recorrido un largo camino desde que fuera creada por Casio en 1983 para hacer el reloj más resistente del mundo. Un proyecto que estaba a cargo de Kikuo Ibe, quien desarrolló un innovador sistema de fabricación basado en una estructura de amortiguación del movimiento encapsulada dentro de una resistente caja de resina. Desde entonces, el éxito de G-SHOCK no ha parado de aumentar. También el nivel de sofisticación de sus referencias, con mecanismos cada vez más complejos y materiales más resistentes. Sin abandonar la resina sobre la cual ha levantado su mito, G-SHOCK ha dado paso a aleaciones como el acero y el titanio en sus versiones más exclusivas.
Bisel de Cobarion
Solo hay que observar la caja del MRG-B2100B para entender este nivel de refinamiento. Al igual que todas las referencias de la línea 2100, este modelo se identifica por su bisel octogonal. Lo increíble del bisel es que, bajo su apariencia normal, está fabricado con 27 componentes. Un proceso complejo de construcción necesario para que todas sus piezas sean pulidas a mano hasta adquirir un brillo perfecto. En este modelo, la pieza superior del bisel es de Cobarion, una aleación exclusiva producida en Japón y usada en la medicina. Es cuatro veces más duro que el titanio puro y con un brillo y color comparable al platino.
El Kumiko, una técnica milenaria
Sin embargo, el bisel no es el elemento que mejor representa la combinación única de tecnología y artesanía del MRG-B2100B. Prestemos atención a la carátula. Su superficie muestra un enrejado tridimensional parecido a las antiguas celosías que cubrían las ventanas para mitigar el calor y la luz del sol. No es una comparación elegida al azar. Los diseñadores de G-SHOCK se han inspirado en la ancestral técnica del Kumiko para elaborar este componente tan especial.
El Kumiko se emplea en Japón desde el siglo VII y consiste, precisamente, en la fabricación de celosías de madera mediante la realización de hendiduras en las maderas para que encajen entre sí, sin necesidad de emplear pegamentos o fijaciones metálicas. La técnica Kumiko se ha usado sobre todo en la producción de las puertas correderas que separaban las antiguas casas japonesas, aunque también era habitual en la elaboración de lámparas y objetos de adorno doméstico. Su perfeccionamiento a lo largo del tiempo ha conseguido resultados asombrosos. Las finísimas varillas de madera tienen que ir encajándose pacientemente una a una hasta conseguir dibujos geométricos de gran belleza y, lo que es más importante, con una gran estabilidad y resistencia, ya que se emplean en elementos que serán usados a diario y con un enorme desgaste.
Tecnología Tough Solar
G-SHOCK emplea la técnica Kumiko en su variante Koshi, caracterizada por la construcción con ángulos rectos en la elaboración de la rejilla que cubre la esfera. Como ocurre en las casas japonesas, el Kumiko aporta una gran belleza y personalidad al MRG-B2100B, pero también cumple un papel fundamental en el reloj. Porque esta rejilla deja pasar la luz necesaria que alimenta la célula fotovoltaica de la tecnología Tough Solar. Esta célula aporta la energía necesaria para el funcionamiento del reloj durante cinco meses o año y medio cuando se almacena con la función de ahorro de energía activada. Bello, pero con sentido práctico.
El MRG-B2100B-1A es un reloj de dimensiones generosas, pero extremadamente ligero gracias a que está hecho de titanio. La caja tiene un diámetro de 49.5 x 44.4 mm, con una altura de 13.9 mm. Es hermética hasta 200 metros y tiene un peso total de 122 gramos. El material principal de construcción es el titanio de grado 64, aunque en la fabricación del brazalete se usa el DAT55G, una aleación también de titanio exclusiva de la casa japonesa Daido Steel Co.
Como es habitual en el caso de G-SHOCK, la caja posee una estructura de multiprotección pensada para absorber todos los impactos. Aunque el carácter excepcional del MRG-B2100B-1A ha llevado al equipo de desarrollo de la marca a incorporar dentro de esta estructura una placa de retención chapada en oro.
Preparado para la vida moderna
Todo el componente artesanal que hemos comentado para hablar de la elaboración de la caja y el brazalete se torna tecnología de punta cuando llegamos al movimiento. Todos los G-SHOCK se definen por ser relojes muy prácticos, con una gran cantidad de funciones y recursos que ayuden a su dueño en la vida cotidiana. El MRG-B2100B-1A es un reloj de imagen sencilla, con una indicación básica centrada en las tres agujas horarias más la ventana de fecha.
Una presencia minimalista que garantiza una lectura óptima del tiempo, gracias también al uso de material luminiscente tanto en los índices como en las agujas. Pero es una sencillez engañosa, porque su movimiento de cuarzo incluye un calendario automático completo y ajustado hasta el año 2099, iluminación LED y un sistema de recepción multibanda por radio, conectado a cinco estaciones del mundo (Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Japón y China). Este ajuste mediante radiocontrol se realiza de manera automática seis veces al día. En caso de no poder conectarse, no hay problema: su movimiento de cuarzo tiene una precisión de +/-15 segundos al mes.
Por si fuera poco, otro modo de ajustar la hora, además de acceder al resto de funciones, es mediante la conexión Bluetooth con la aplicación CASIO WATCHES que podemos descargar en nuestro dispositivo móvil.