Es como si la oscuridad también fuera un ingrediente. Una forma de reducir la sobreestimulación de la que somos víctimas constantes para despertar los sentidos de manera consciente. Aquí, un coctel es más bien un viaje que debe disfrutarse plenamente, con lentitud, sin distracciones. Y la noche en que nos reunimos para celebrar el Año de la Serpiente, el destino es Italia. Pero la exploración no es ni genérica ni predecible. En los tres tragos que conforman el menú, la experiencia italiana que recrea Handshake Speakeasy es una que solo puede comprenderse a través de Bvlgari.
Jazmín, azahar, palo santo, hoja santa, fresas y tomates forman parte de tragos con nombres y características que suenan a pistas para revelar algún misterio: el burbujeante Giardino Fizz, el goloso Tomato not on Pizza, el elegante y complejo El santo romano… En cada uno, los sabores y aromas comunican lujo italiano gracias a las meticulosas preparaciones de Brad Elizalde, head bartender del bar mexicano que hoy es considerado el mejor del mundo. “Para crear un trago, evoco experiencias sensoriales. Pienso en lo que vi, en lo que comí, en lo que percibí, y luego lo deconstruyo y combino ingredientes”, explica mientras llegan a su mente los recuerdos de un helado de limón con aceite de oliva y una pizza Margarita.
Hacer cosas cool con gente cool
Los que probamos en Handshake son cocteles que, además de nosotros, solo fueron disfrutados por otros pocos afortunados en los takeovers que el bar tuvo en Roma y Milán. Ocurrió gracias a Bvlgari Symposia, una iniciativa de Bvlgari Hotels & Resorts que consiste en una serie de eventos que celebran el arte de la mixología. Esto lo consiguen a través de experiencias efímeras realizadas en los Bvlgari Bar, cuyas barras son “tomadas” por los bares más reconocidos del orbe. Algo que, en ese momento, resultó especialmente significativo para esta mancuerna por dos razones: la primera es que los hoteles estaban conmemorando su aniversario 20 y, la segunda, que solo unos días antes The World’s 50 Best Bars había publicado la lista en la que Handshake aparecía en el número uno. El takeover, ocurrido en el lugar correcto en el momento correcto, fue el marco perfecto para festejar ambos logros.
“Fue una gran experiencia porque en la parte creativa nunca hubo un ‘no’, un ‘no puedo’ o ‘no podemos’ de parte de Bvlgari”, cuenta Brad. “Y fue interesante porque recién había pasado una semana de la premiación, entonces se creó una conversación muy buena con los bartenders sobre los sabores y las preparaciones, pero también sobre la gente, la vibra y la forma en la que nos vinculamos con quienes nos visitan”.
Rodrigo Urraca, socio fundador y publirrelacionista de Handshake, complementa: “El anuncio de 50 Best fue una locura. Y fue muy bonito trabajar con Bvlgari solo unos días después de eso porque trabajas con personas. Suena raro, pero es que muchas veces lo complicado de trabajar con hoteles de lujo es que hay muchas normas que no pueden modificarse. Con Bvlgari, en cambio, todo fue disfrute. La colaboración se trató de hacer cosas cool con gente cool. Y siento que esa fluidez se debe a que hablamos el mismo lenguaje”. Con eso se refiere, por supuesto, al dominio del arte de la hospitalidad y también a un entendimiento compartido del lujo como una experiencia siempre positiva, nutritiva y perdurable en la memoria.
Hacer eterno lo fugaz
Lo que Bvlgari y Handshake Speakeasy propusieron esas noches transcurridas tanto en Milán y Roma como en Ciudad de México, no puede repetirse. Ni el concepto, ni la atmósfera, ni siquiera los tragos mismos están hechos para estandarizarse o replicarse. Todo fue diseñado para ser disfrutado solo por un instante en el que —irónicamente— está el secreto de su permanencia.
Este diálogo sobre lo efímero y lo duradero es una constante para Bvlgari. Y que el símbolo de la serpiente (que ya los expresa) se acompañe de conceptos como Aeterna o Infinito, dejan clara una búsqueda de trascendencia que va más allá de su oferta de productos de lujo. Esa ambición, sumada a la coherencia de sus valores e identidad de marca, se han convertido en un gran campo de experimentación en el que ya sea en forma de hotel, de obra de arte o de coctel, es posible reconocer a Bvlgari como una experiencia que se extiende a instancias culturales y que generan dinamismo entre las industrias creativas. “Es increíble, pero no supero el recuerdo del aroma de esos hoteles”, nos cuenta Rodrigo. “Todo tenía la personalidad de Bvlgari: la decoración, el trato, ¡la comida sabe a Bvlgari!… Hasta el shampoo tenía storytelling”.
Un nuevo proyecto en la mira
Ahora solo queda algo por aclarar: que este tipo de eventos solo hayan ocurrido una vez, no significa que no haya más por suceder. La mancuerna Bvlgari + Handshake Speakeasy tiene proyectos que prometen materializarse en México durante el verano. “Estaremos felices de hacer cosas en conjunto. Es una maravilla trabajar con personas como las que conforman el equipo de Bvlgari”, asegura Rodrigo sin revelar más detalles. Sobre qué están planeando, no tenemos pistas. O sí. Una. Que algo relevante ocurrirá en el mes de agosto. ¿Un lanzamiento relojero? ¿Una edición especial para México, tal vez? Ya que todo puede ocurrir en el Año de la Serpiente, esperamos descubrirlo pronto.