El nuevo Octa Divine es la mejor expresión del cambio de estrategia de F.P. Journe: ampliar el diámetro de su colección. El otoño pasado la exquisita manufactura de Ginebra anunció que dejaba de producir relojes con diámetro de 38 milímetros con el lanzamiento de un set especial de cinco de sus relojes más icónicos en una edición limitada a 38 unidades, todas ellas realizadas en acero y con carátula en acabado bronce. François-Paul Journe siempre ha destacado por ser un autor apegado a la tradición y ajeno a las modas imperantes en cada momento. Este modo de actuar se ha traducido tanto en una filosofía de trabajo artesanal como en respeto por las proporciones clásicas.
Desde que inició en 1999 la producción de relojes bajo su propia marca —F.P. Journe Invenit et Fecit—, los 38 milímetros ha sido el diámetro estándar de sus creaciones. Su trayectoria ha coincidido con un incesante aumento de los tamaños de los relojes masculinos que, en ocasiones, alcanzan diámetros disparatados. La vuelta a las corrientes más clásicas han moderado esta tendencia de piezas de grandes dimensiones, aunque esto no ha evitado que la medida de 38 milímetros haya quedado ya —a ojos del cliente moderno— como pequeña para la muñeca masculina.
Vistos los gustos actuales del mercado, Journe ha decidido tomar los 42 milímetros como nuevo estándar de su colección, aunque existe la posibilidad de solicitar las referencias dos milímetros más pequeñas. El cambio de estrategia obliga a un rediseño de los relojes. Obviamente no es lo mismo distribuir los elementos de la carátula con un área 22 % más grande. Lo vemos en el nuevo Octa Divine. Lanzado en 2003, fue el primer modelo de la manufactura en disponer sus agujas en un eje central y también el primero en estar disponible con caja engastada de diamantes. Supuso la consolidación de la colección Octa, presentada tres años antes como la línea de movimientos automáticos. Al igual que el resto de la colección, el Octa Divine equipa el calibre 1300, genial mecanismo diseñado por Journe con el que el maestro relojero logró alcanzar una reserva de marcha estable durante cinco días sin necesidad de disminuir el diámetro del volante. Equipado con un muelle de barrilete de un metro de largo, el sistema de carga del 1300 está optimizado para aprovechar cualquier desplazamiento de la masa de carga por pequeño que éste sea.
Volviendo al rediseño del nuevo Octa Divine, éste cumple el objetivo de conseguir que todos los elementos de la carátula aparezcan perfectamente equilibrados a pesar del hándicap de no haber cambiado el movimiento y, por tanto, mantener su diámetro de 30,80mm. El principal cambio lo encontramos en el aumento de los índices numéricos y en la inclusión de un anillo de acero pulido atornillado directamente sobre la superficie. El resto de los elementos se amoldan a esta nueva disposición de un modo diferente. Por ejemplo, el contador de segundos a las cinco horas da paso a un disco visible a través de una ventana parcialmente abierta. Las fases de luna cambian de posición, mientras el indicador de reserva de marcha disminuye de tamaño. La ventana de gran fecha de salto instantáneo mantiene su ubicación junto al índice de las 11 horas, con unas cifras más grandes que en la versión anterior, lo que mejora su lectura. Disponible en platino y en oro rosa, el Octa Divine también podrá adquirirse en un tamaño de 40 milímetros. Una buena opción para los que echen de menos las viejas medidas.
El reloj es automático, con movimiento de 281 componentes, 37 rubíes, late a 21,600 alt/h. Como todos los movimientos de la marca —al menos desde 2004—, tanto el calibre como el rotor de carga están fabricados en oro rosa. Para lograr el calibre automático 1300, F.P. Journe invirtió tres años de investigación y dos de desarrollo. El resultado es garantía de estabilidad y reserva de marcha de larga duración.
Texto: Andrés Moreno