Una de las máximas cualidades de Frédérique Constant es el desarrollo y producción interna de los calibres Manufacture, emblema de la casa, desde 2004. El primer reloj en el que se aplicó esta tecnología fue en el Heart Beat Manufacture, que se volvió un ícono por su abertura en la esfera y la platina a las 6 horas. Tras el éxito, la firma desarrollaría su segundo calibre básico, el FC-700, cuya meta consistía en transmitir toda la sabiduría de la colección Heart Beat a piezas más accesibles. Para el 2012, la marca lanzaría el FC-710, modelo que sirvió como punta de lanza para la colección Manufacture. Fue tal el buen recibimiento por parte tanto de la crítica como del público, que decidieron mantenerlos como elementos permanentes de la colección.
Este año, la firma quiere rendir un homenaje a estos guardatiempos con el lanzamiento de dos versiones donde se renueva la esfera, una en tono blanco y otra negra, para otorgarle un aspecto vintage y hasta art decó. Para lograr este efecto se eliminó la decoración guilloché y se adelgazaron los números romanos: elegancia clásica por donde se le mire.
Ambas piezas cuentan con caja de acero de 42 mm, movimiento in house, ajuste de horas, minutos, segundos y la fecha a través de la corona, fondo transparente que permite ver la decoración interna que presume un complejo perlado y Côtes de Genève circular. Pero el alma de este clásico renovado está en el calibre automático FC-710.
Esta colección mantiene viva la filosofía y herencia de Frédérique Constantin: que la manufactura interna se convierta en su sello de distinción.