En Japón, la primavera no es una estación: es un estado emocional. Entre los valles de Tohoku y las montañas de Iwate —hogar del Grand Seiko Studio Shizukuishi— la naturaleza despliega espectáculos fugaces que desaparecen casi tan rápido como llegan. Ese tránsito delicado es el que inspira los dos nuevos modelos 62GS de Grand Seiko, referencias SBGH341 y SBGH343, reinterpretaciones poéticas del primer reloj mecánico automático de la marca lanzado en 1967. Ambos comparten arquitectura, calibre y espíritu; pero cada uno narra una historia distinta y efímera que solo se ve en el cerezo.
Velo helado
El SBGH341 se inspira en un fenómeno casi secreto del norte de Japón: el sakura-kakushi, ese instante en que la nieve cae sobre los cerezos en flor. La esfera recrea esta escena con un patrón intrincado en rosa tenue y gris suave que evoca pétalos ocultos bajo un velo helado. Según incide la luz, el diseño cambia de matiz, reforzando esa sensación de naturaleza viva y efímera. Su estética es un guiño directo a los paisajes que rodean el taller donde se ensamblan los movimientos mecánicos de la casa.
Brotes verdes
El SBGH343, por su parte, representa el capítulo siguiente: el nacimiento de las primeras hojas verdes cuando la primavera le entrega las llaves al verano. El tono verde claro de la esfera —inspirado en las hojas nuevas que brotan entre los pétalos rosados— atrapa la luz como si se filtrara entre ramas. Su textura, igualmente elaborada, transmite la vitalidad vegetal que marca el renacer de los cerezos después de la nevada final. Es una imagen luminosa, fresca, optimista: una estampa que dura apenas un suspiro en la vida real, pero que aquí se vuelve permanente.
Los dos modelos comparten una misma estructura sólida y ligera: caja y brazalete en titanio de alta intensidad, más resistente a la abrasión que el titanio habitual y con un peso de apenas 98 gramos. El diámetro de 38 mm y la silueta clásica mantienen la elegancia y proporción del 62GS original, mientras que el cristal de zafiro en forma de caja y el fondo transparente permiten admirar el calibre.
Ese corazón es el calibre Hi-Beat 9S85, un movimiento de alta frecuencia que late a 36,000 alternancias por hora (10 pulsaciones por segundo). Su ritmo acelerado incrementa la estabilidad cronométrica y ayuda a reducir variaciones, apoyado por una reserva de marcha de aproximadamente 55 horas. El movimiento ofrece precisión de +5 a –3 segundos al día en pruebas controladas, y +8 a –1 segundos en uso real, situándolo entre los calibres mecánicos japoneses más refinados y consistentes del mercado.
A nivel funcional, ambos aseguran resistencia al agua de 100 metros, protección antimagnética de 4,800 A/m y corona de rosca con tratamiento antialérgico. Elementos prácticos que refuerzan la filosofía de Grand Seiko: belleza sí, pero siempre acompañada de utilidad.
Viaje estacional
En conjunto, las referencias SBGH341 y SBGH343 funcionan como un díptico naturalista: dos visiones del mismo árbol, dos momentos separados por apenas unas semanas, dos pulsos de un paisaje que define la identidad estética y emocional de Japón. Grand Seiko logra encapsularlos en relojería mecánica con la precisión que ha caracterizado a la casa desde sus orígenes. La marca no solo reinterpreta un icono como el 62GS: lo convierte en un viaje estacional. En la muñeca, un reloj parece anunciar el final de la nieve; el otro, el comienzo de la vida verde. Un poema doble que late a 36,000 alternancias por hora.
FICHA TÉCNICA Grand Seiko SBGH341 y Grand Seiko SBGH343
- Movimiento: Calibre 9S85 Hi-Beat, automático con carga manual, 36,000 alt/h (10 pulsaciones por segundo), reserva de marcha 55 horas, precisión: control interno: +5 / –3 s por día – uso real: +8 / –1 s por día.
- Función: Horas, minutos y segundos centrales, fecha a las 3 horas.
- Caja: Titanio de alta intensidad, 38 mm diámetro x 12.9 mm de grosor, fondo transparente de rosca, sumergible 100 metros, resistencia magnética 4,800 A/m.
- Carátula: Rosa tenue y verde claro.
- Correa: Brazalete de titanio de alta intensidad.