La avalancha de nuevas marcas independientes no impide que algunas de ellas brillen más. Es el caso de Haute-Rive, que llegó al planeta Tierra el año pasado con un reloj que no pasó desapercibido para los conocedores de alta relojería. Honoris I estableció un nuevo récord mundial de reserva de marcha, con 1,000 horas. Y todo gracias a un solo barrilete y un tourbillon volante. Este año, Honoris I estrena dos versiones de oro rosa con esferas de esmalte Grand Feu en azul medianoche y blanco cascarón, realizadas con la técnica champlevé.
Legado de 30 patentes
Detrás de un gran reloj, sin duda hay un genio. En este caso, es Stéphane von Gouten quien ha hecho posible esta nueva marca relojera independiente suiza. Un ingeniero relojero que fue director de Investigación e Innovación en Ulysse Nardin, donde ha dejado un legado de unas 30 patentes. Desde 2007, ha sido responsable de un número asombroso de innovaciones, como el revolucionario escape de fuerza constante Ulysse Anchor y el sistema de carga automática Grinder. También participó en la creación de numerosos modelos Freak, incluidos los innovadores InnoVision 2 y Freak NeXt, además del Free Wheel, un reloj magistralmente diseñado con su barrilete de muelle, tourbillon volante, diferencial e indicador de reserva de marcha, todos desconectados y suspendidos misteriosamente sobre la esfera.
Con este bagaje, Honoris I se convierte en una pieza relojera inusual. Lo primero que llama la atención del Haute-Rive Honoris I es su extensa reserva de marcha de 1,000 horas. A primera vista, el Honoris I parece muy tradicional, con un bisel acanalado y una esfera de esmalte Grand Feu con un diseño clásico y lineal que culmina con el tourbillon volante ubicado a las 6 en punto. Pero, al girar el bisel, este acciona el muelle principal, y la rueda situada a las 12 no es el barrilete del muelle, sino la gran rueda, posicionada justo encima de un diferencial planetario.
La presencia de este diferencial es crucial porque, al igual que el célebre Freak de Ulysse Nardin, el barrilete del muelle principal del Honoris I ocupa toda la parte trasera de la caja y requiere transmitir energía al tren de engranajes mientras permite dar cuerda al muelle mediante el bisel.
Atributos excepcionales
Honoris I tiene una caja de oro completamente pulida, coronada por un bisel con 60 facetas cóncavas y bordes afilados. Su diámetro es de 42.5 mm y su grosor de apenas 12 mm. Estas dimensiones podrían considerarse propias de un cronómetro elegante sin complicaciones especiales. Sin embargo, la caja del Honoris I alberga varios atributos excepcionales: un tourbillon volante, una reserva de marcha de 1,000 horas, un selector de funciones y un indicador de reserva de marcha en la parte posterior en forma de un disco fácilmente legible.
Para completar la estética de esta pieza clásica, Haute-Rive optó por una esfera de esmalte Grand Feu. Disponible en negro o blanco en a primera hornada del modelo, y en azul medianoche y blanco huevo este año, la esfera se ejecuta a alta temperatura sobre una placa de oro de 18 quilates utilizando la técnica champlevé. Antes de las cinco horneadas consecutivas, la placa se corta para adaptarse a las protuberancias del movimiento.
Relojero superdotado
La brillante carrera de von Gouten ha sembrado el camino de la nueva firma, inspirada en el legado relojero de tres generaciones. Haute-Rive – que significa “alta orilla” – es el nombre dado al lugar en las orillas del Lago Neuchâtel, en Chezle-Bart, cerca de St-Aubin, donde su antepasado Irénée Aubry estableció su taller. Allí sentó las bases para el reloj de bolsillo Hebdomas, un desafío mecánico de principios del siglo pasado, que ofrecía una duración de ocho días y se producía a razón de 1,000 unidades al día. Esto inspiró a Gouten: Si Irénée Aubry logró, hace más de un siglo, diseñar un reloj de producción industrial con una autonomía de 8 días, él debía ser capaz de llevar ese logro aún más lejos.
Para empezar el proyecto, Gouten estableció las especificaciones y un número simbólico: 1,000 horas. El primer calibre de Stéphane von Gunten, el HR01, permite que su primer reloj Honoris I tenga un diámetro de 42.5 mm y un grosor de apenas 12 mm. Pero Honoris I tiene también complicidad con otro famoso reloj de Aubry, conocido como Montre du Pape.
El reloj del Papa
Encargado por el cantón de Jura en 1887, Irénée Aubry desarrolló un excepcional reloj de bolsillo que sería presentado al Papa León XIII con ocasión de su Jubileo. Este reloj de bolsillo funcionaba durante 40 días con una sola carga. Un logro sin precedentes. En 1888, fue condecorado con la Croix Pour l’Église. Ampliamente aclamado, robó la atención con su reloj en la Exposición Universal de París en 1889.
La caja de oro de la Montre du Pape incluye un bisel de oro estriado, un motivo que Stéphane ha retomado en su Honoris I, cuyo bisel es una característica importante. Al igual que su reserva de marcha de 1,000 horas, que evoca el alcance y la ambición de los 40 días de funcionamiento, en su época. El reloj del Papa es la base de la inspiración de Stéphane y la chispa para crear la marca Haute-Rive. Es el punto de referencia emocional del cual extrae su genio creativo. Otra similitud: como inventores, Irénée y Stéphane poseen unas 30 patentes.
Su espíritu visionario se materializó en un concepto innovador. Stéphane contempló el arte ancestral de la alta relojería desde una perspectiva de alta tecnología. Y con Haute-Rive precisamente el genio relojero responde a dos preguntas que son la base de su proyecto. ¿Por qué debería la relojería mecánica estar limitada por la tradición? ¿Por qué no usarla como fuente de inspiración para la mecánica, la estética, el confort y el rendimiento? El resultado genial es Haute-Rive y Honoris I.
FICHA TÉCNICA
Haute-Rive Honoris I Gold Rose