Maxime Plescia-Büchi dice que “la libertad es buena si la ejercitas, si no es vacía”. Por esta razón, no deja de aplicar esta filosofía a todo lo que hace. Reconocido tatuador y artista, fundó el estudio Sang Bleu en 2006, un centro de operaciones donde se concentra hoy un pequeño imperio multidisciplinario de cultura alternativa. Un concepto que incluye revistas, libros, consultoría creativa y tattoo studios en Londres, Zurich y Los Angeles. Esto sin olvidar el desarrollo de tipografías y logos para firmas de moda como Balenciaga, Damir Doma, Alexander McQueen o Thierry Mugler, entre otros. O los tatuajes en la piel de celebridades como Kanye West, FKA Twigs o Samuel Ross. Con Hublot tiene una relación duradera desde 2016. Su estilo geométrico, hipnótico y abstracto ha conquistado las esferas del Big Bang Sang Bleu desde entonces con su toque subversivo y provocador.
¿Consideras un reloj como un soporte para expresar tu diseño o una pieza funcional que da la hora?
Hay mucha gente que desarrolla relojes basándose en los códigos históricos del diseño relojero. A mí me interesa hacer algo nuevo. Lo que puedo aportar al diseño de relojes es abordar la cuestión de la forma y la ergonomía con más libertad. Siempre considero que la forma tonneau es mucho más ergonómica. Se convierte en una especie de extensión natural de una pulsera, un brazalete o una correa. Así que la ergonomía es mi principal preocupación. Primero, porque me gusta usar mis relojes, incluso cuando trabajo. Obviamente, cuando tatúo, nada puede interferir en la forma en que me muevo.
Un tatuaje no te lo puedes quitar, un reloj sí. ¿Cómo afecta eso a los diseños que haces?
Si quieres quitarte un tatuaje puedes solucionarlo de muchas formas. Puedes modificarlo, cubrirlo, expandirlo… La mayoría de las personas que tienen relojes, usan solo uno. Puede quitárselo para irse a dormir, pero es parte de su identidad. Cuando olvida ponérselo siente que estás perdido. No veo la diferencia entre el tatuaje y el reloj. Creo que cualquier objeto o reloj necesitas tener un sentido de profundidad que sea capaz de construir un vínculo. Si está vacío, el vínculo no sucede. Si el tatuaje o el reloj es genuino, profundo, intencional, surge ese vínculo. Y esto puede existir con un reloj y con un tatuaje.
¿El tatuaje impacta en la cultura?
El tatuaje es una forma de expresión. Algunas personas aman bailar, otras nunca bailan. No importa si lo haces o no, se trata de elegir si te conectas con eso. El tatuaje es algo parecido. Se ha abierto a la cultura, a la parte artística. La mayoría de la gente que quiere tener un tatuaje no quiere uno que parezca un tatuaje. Quiere un uno que sea relevante para ellos. Y eso ha sido una gran evolución durante las últimas décadas.
Como artista, ¿qué cambiarías sobre el mundo artístico del que formas parte?
Quisiera que los artistas y las personas en las artes tuvieran una comprensión más profunda de lo poderosa y crucial que es la cultura. Estamos en un momento en el que el mundo necesita activismo, necesita a personas que habitan este espacio de creatividad. Desearía que la cultura se aplicara de manera más práctica en la política, en lo ambiental, que se utilicen estos espacios de arte para cambiar el mundo. Si no lo hacemos, le dejamos este poder a otras personas que, por supuesto, cambian el mundo, pero no de la forma que creo que debería cambiar.
¿Ves tu trabajo como una forma de activismo?
¡Oh, sí! Todo lo que hago tiene una forma de activismo. No tiene que ser vehemente y político. No lo veo como una forma de resolver problemas, sino como una forma de abordarlos, al menos. Es una condición absoluta de mi trabajo.
¿Cuál es tu actitud en la relación con la gente?
En el tatuaje la relación es clave para poder producir un diseño. Si no llego a un vocabulario común con la persona con la que estoy hablando, no puedo producir nada. No la entiendo y no sé reaccionar a lo que quiere. La relación es crucial, es una condición para poder hacer lo que tengo que hacer.
Si pudieras tatuar a un personaje literario, real o ficticio, ¿a quién sería y qué le tatuarías?Probablemente tatuaría a Colin de L’Écume des jours. Pero sería un trueque. Yo me dejaría tatuar por él y luego lo tatuaría a él. Podría ser algo abstracto.
¿Qué es lo que más te inspira fuera del mundo del tatuaje?
Todo, honestamente. La vida cotidiana. Mi práctica artística no es un comentario sobre mi propia cultura, sino una expresión de cómo soy, mis pensamientos, mis experiencias. Pero en términos culturales o artísticos, diría que en general no me inspira el tatuaje en absoluto. O al menos, no en su expresión visual. Me inspira el ritual del tatuaje, el papel que tiene para las personas que se involucran con él. Mi inspiración estética proviene de la arquitectura, la moda, el arte contemporáneo, el diseño de joyería.
Si solo pudieras vestir un color por el resto de tu vida, ¿cuál sería y por qué?Probablemente un color durazno claro. Como un beige pastel con matices durazno. El color de una apacible tarde de verano.
¿Cuál es el objeto más extraño o inesperado que tienes en tu estudio o casa?
Intento rodearme de cosas que me brinden una sensación de familiaridad y confort. Pero diría que probablemente mis hijos. Aunque, por supuesto, no son objetos. Pero son más extraños que cualquier otra cosa, en el sentido más maravilloso y revelador.
Si pudieras tener cualquier obra de arte en tu colección personal, ¿cuál elegirías?
Algo de Pierre Huyghe. Probablemente la escultura con la colmena en la cabeza (Untitled) o Zoodram 4. Otro de mis sueños absolutos sería una pieza de la serie de paisajes románticos en tinta sobre papel de Ugo Rondinone. O simplemente irme a vivir a una de las propiedades de Anselm Kiefer.
Si tuvieras que describir tu personalidad con una ciudad, ¿cuál sería y por qué?
Tal vez Hong Kong. Un lugar de grandeza y decadencia. Un caos armonioso, choque de culturas, sueños. A la vez utópico y profundamente humano.