En su libro Un puñado de flechas, la escritora argentina María Gainza cuenta una conversación que tuvo con Francis Ford Coppola cuando el director estadounidense rodaba la película Tetro (2009) en Buenos Aires. Coppola le dijo que el artista venía al mundo con una aljaba que contiene un número limitado de flechas doradas. “Puede lanzar todas sus flechas de joven, o lanzarlas de adulto, o incluso ya de viejo”, añadió. “También puede ir lanzándolas de a poco, espaciadas a lo largo de los años. Eso sería lo ideal, pero ya sabes que lo ideal es enemigo de lo bueno”.
A sus 85 años, Coppola lanzó otra flecha en 2024: la película Megalopolis, en la que invirtió 120 millones de dólares de su bolsillo. Tras el estreno en el Festival Internacional de Cine de Cannes y en el circuito comercial, muchos piensan que es una flecha extravagante, pero a fin de cuentas tan dorada como los filmes que lo han convertido en uno de los realizadores más importantes de la historia: la trilogía de El padrino, American Graffiti, La conversación y Apocalipsis Now, entre otros.
Sin embargo, otros han llamado a Megalopolis una abominación, un desastre y una cinta megaaburrida y megainflada, y cosas peores. Juicios del mismo tono se han dicho de otras películas suyas que al final se han quedado a vivir para siempre entre nosotros.
El cineasta y el relojero
Hace algunos años, Francis Ford Coppola lanzó otra de sus flechas doradas nada menos que en dirección de François-Paul Journe. Eleanor, la esposa del cineasta, le había regalado un Chronomètre à Résonance de F.P. Journe que a él le encantó. En una visita a California, el relojero –que, sin duda, tiene sus propias flechas doradas– visitó a Coppola en su finca en Napa Valley.
En esa cena, ocurrida en 2012, el director le preguntó si alguna vez un relojero se había planteado mostrar las horas de la forma en que las daban los antiguos, es decir, contándolas con los cinco dedos de una mano. Journe aceptó el desafío de inventar una aguja animada que sustituyera las 12 cifras de la hora.
La idea se materializó en el impresionante FFC (Francis Ford Coppola) Blue, una pieza única creada para la subasta benéfica Only Watch 2021. La enigmática mano que aparece en la esfera está inspirada en una prótesis inventada por el cirujano francés Ambroise Paré (1509/1510 – 1590), padre de la cirugía moderna.
Los pintores congelan el tiempo. Los bailarines se mueven en el espacio con él
Cada 60 minutos, los dedos cobran vida, apareciendo o desapareciendo instantáneamente para indicar la hora según sus posiciones. En 2023, F.P Journe presentó el modelo FFC, derivado del primero, en su colección Classique.
Que una mano aparezca en un reloj en cuya génesis participó Coppola parece bastante apropiado. Durante la conferencia de prensa en Cannes por el estreno de Megalopolis, el director se refirió a la relación de los artistas con el tiempo. “Todos los artistas controlan el tiempo”, afirmó. “Los pintores lo congelan, los bailarines se mueven en el espacio con él. Goethe decía ‘la arquitectura es música congelada’. Así que el arte es sobre controlar el tiempo”.