Como la memoria es volátil, cabe recordar a los amantes de la historia que Autavia fue el primer reloj diseñado por Jack Heuer, el último miembro de la familia que estuvo al frente de la firma, que entonces aún no era conocida como TAG Heuer. El origen de la pieza se remonta a 1933. Un contador de tablero para autos y aviones ideado por Charles-Édouard y Hubert, el padre y el tío de Jack Heuer, respectivamente.
La simbiosis de un cronómetro universal en campos de tecnología de punta. “Autavia” era una contracción de las palabras “Automóvil” y “Aviación”. Tres décadas después Jack Heuer decidió convertirlo en un nuevo cronógrafo de pulsera con bisel giratorio, el primero de la marca antes que Carrera y Monaco, los tres grandes de la casa.
Según narra en su autobiografía The Times of My Life, Jack Heuer creó el Autavia después perder un rally suizo en 1958. Un fallo de lectura del tiempo cuando él mismo competía en primer lugar al volante de su deportivo MGA rojo. El error soñado por toda la industria suiza. Fue el origen del cronógrafo legendario que se presentó al mercado en 1962.
Rebelión contra el silicio
La legitimidad de la nueva colección Autavia gana crédito, sobre todo por la incontenible fuerza con la que resurge su espíritu de precisión cronométrica. No hablamos de otro vintage más para alimentar el mercado de las emociones nostálgicas.
El alma avant garde de este nuevo guardatiempo se forja a partir de una extraordinaria y sorprendente patente de TAG Heuer: la nueva espiral Isograph. Un composite de carbono conformado por nanotubos que abre un escenario completamente distinto a la dirección dominante que venía marcando el silicio en la industria.
Cuando los demás piensan en cajas ligeras y resistentes bajo el elemento químico de la “C”, TAG Heuer lleva esos dos principios inquebrantables al corazón del reloj en una génesis mecánica ex novo sin precedentes.
Guy Sémon es el ingeniero que hizo latir esta espiral inverosímil en el Instituto de Investigación TAG Heuer en La Chaux-de-Fonds. Exploración con reactores químicos, microscopios atómicos de sonda iónica, espectrómetro de rayos X y un catálogo de artilugios propios de un laboratorio científico sci-fi.
Un invernadero suizo de máxima tecnología impulsado por un equipo de 20 investigadores, matemáticos y físicos comandados por Sémon. El proyecto de la espiral de carbono se remonta a 2013. “Isograph es antimagnética, más resistente a los choques que el silicio, incluso puedes jugar al tenis con tu reloj, además es más fácil de manipular en el montaje, ya que el silicio es muy frágil”, comenta Sémon.
Un comportamiento que mejora la aeroelasticidad y el rendimiento ante cambios de temperatura. Oscilaciones perfectamente concéntricas con una espiral que va integrada en un volante de aleación de aluminio. “Puedes traer tu reloj y podemos cambiarle la espiral por la nueva Isograph”, sentencia Sémon. El Instituto de TAG Heuer cuenta con dos máquinas con una capacidad de producción en serie de 150 mil espirales al año. Una llama viva.
Después de celebrar el 50 aniversario del Autavia el pasado 2012, la casa relojera abre un nuevo camino. El cronógrafo por antonomasia de las pistas de carreras siempre estuvo midiendo pasado, presente y futuro. El automóvil ya se había convertido en el conspicuo fetiche del progreso y la civilización de la velocidad a finales de los años 60.
Entre rugido de motores y aroma a gasolina, héroes convertidos en santo y seña de la moderna masculinidad con un poderoso reloj y cigarrillo en la boca. La nómina de embajadores que portaron el Autavia fue todo un selecto grupo de pilotos célebres de la Fórmula 1: Jo Siffert, Jochen Rindt, Derek Bell, Jacky Ickx, Emerson Fittipaldi, Clay Regazzoni, Mario Andretti y Gilles Villeneuve, entre otros. Hasta el propio Mick Jagger en su eléctrica juventud, tal vez un simple imitador de todos ellos.
El fuego eterno
La llama de Autavia nunca se apagó. Y así tuvo lugar la convocatoria universal en red que la casa relojera abría a coleccionistas, clientes y apasionados para votar por su modelo preferido. La iniciativa comenzaba en Baselworld 2016. Una labor arqueológica para resucitar uno de sus relojes legendarios.
El modelo ganador por la democracia online fue el histórico Autavia Mark 3 Jochen Rindt, que se relanzaría como reedición. El piloto de Formula 1 Jochen Rindt portaba este modelo y murió trágicamente en 1970 en un accidente durante la carrera del Italian Grand Prix.
A este revival se sumaba, para deleite de los coleccionistas más avezados, la edición especial que TAG Heuer presentaba posteriormente en honor a los 85 años de Jack Heuer. Un lanzamiento limitado a 1,932 ejemplares, año de nacimiento del creador de la pieza.
Ahora el nombre del mítico cronógrafo que unía cielo y tierra como titán renace en esta colección de vanguardia. Presenta siete piezas que impulsan el mismo espíritu deportivo y aventurero de TAG Heuer. Hilaire y Laura Damiron, del equipo TAG Heuer de la Panamericana, visten el nuevo Autavia.