Festín de color

Oris presenta una reedición del Big Crown con una esfera vibrante, 10 días de reserva de marcha y un puñado de complicaciones notables

La energía que irradia el nuevo Oris Big Crown Calibre 113 es inconfundiblemente propia de la manufactura de Hölstein. De sus modelos más emblemáticos, Oris preserva un capítulo crucial de su historia: aquel en el que comenzó a desarrollar sus propios movimientos. Ahora, una nueva generación de coleccionistas se verá cautivada por ese legado. En este contexto, el lanzamiento de la reedición del Big Crown es muy interesante. Un reloj de aviación que debutó en 1938, cuando la manufactura lo presentó como una herramienta de cronometraje pensada especialmente para los pilotos de la época. 

La nueva referencia evoca el modelo original a nivel de diseño: caja redonda y ergonómica, gran corona de fácil manipulación, excelente legibilidad y la clásica complicación Pointer Date, que indica la fecha mediante una manecilla adicional. Además, se incorporan emocionantes innovaciones estéticas.

Llamativa esfera

Oris, reconocida por su espíritu audaz, no teme romper moldes. Su enfoque de diseño queda claro al observar creaciones como el ProPilot X Kermit Edition. En esa línea, el renovado Big Crown presenta una caja de 43 mm en acero inoxidable, resistente al agua hasta 50 metros y con una llamativa esfera verde menta con contadores en rosa. La legibilidad permanece intacta gracias a detalles en blanco y dorado, que no solo contrastan con la paleta cromática, sino que facilitan la lectura de elementos clave como la escala de 52 semanas alrededor de la carátula.

En el interior, el Calibre 113 orquesta cada función del reloj: lectura central de horas y minutos con manecillas tipo espada; semana y mes mediante aguja de flecha; segundero a las 9 horas; indicador no lineal de reserva de marcha a las 3 horas; ventana de fecha a las 6 en punto y de día a las 12 horas. Este mecanismo es una evolución del Calibre 110, lanzado en 2014 como un innovador movimiento manual con 240 horas de autonomía que celebraba el aniversario de la marca. En la nueva iteración, se han añadido complicaciones extra, como lo es el calendario comercial de 52 semanas.

Calibre excepcional

Más allá de su origen como desarrollo interno de Oris, este calibre resulta excepcional por desafiar convenciones. Su impresionante reserva de marcha —240 horas— es posible gracias a un único barrilete con un muelle real extralargo, una proeza poco común en relojería mecánica. Tampoco podemos dejar de lado que, a pesar de su sofisticación técnica, todas las funciones se configuran únicamente mediante la corona, sin necesidad de pulsadores adicionales. El indicador de reserva no lineal también aporta carácter.

Queda claro que este renovado Big Crown no solo mantiene la esencia de un reloj de aviador, sino que la trasciende. Combina el espíritu funcional con una estética atrevida y complicaciones de alto rendimiento, posicionándose como una pieza deseable para el coleccionismo contemporáneo sin sacrificar la identidad audaz de la marca. Puede que uno no lo elija precisamente para surcar los cielos, pero definitivamente, el modelo debutante posee todo lo necesario para conseguirlo en caso de que sea necesario.

Aldair Téllez

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