Louis Vuitton se inspira en los legendarios baúles de aluminio diseñados por la firma para su nueva colección LV Fifty Five. Como seña de identidad, dos placas de metal remachadas y grabadas con el nombre de Louis Vuitton son la reinterpretación de las placas de las cerraduras de los históricos baúles del siglo XIX. Además, la discreta y finamente grabada corona recuerda a las cabezas de los ribetes de los baúles.
La carátula destaca con un efecto cepillado satinado con motivo rayos de sol. El borde muestra cepillado satinado circular. La esfera está compuesta por dos piezas con una parte circular convexa en relieve, donde están colocados los indicadores de las horas. Estos tienen forma de V en cada cuarto y una firma LV a las 12 en punto. En una decisión audaz de color, las manecillas son verde esmeralda metálico.
El modelo femenino de 31 mm está equipado con el movimiento de cuarzo ETA 256.031 y tiene una correa de piel rosa.
La versión mediana, unisex, con sus 36 mm, marca de forma precisa las horas, minutos y segundos gracias al movimiento mecánico de cuerda automática ETA 2892.
El último integrante de esta nueva colección, de 41 mm, late con el mecanismo de cuerda automática con función GMT, ETA 2893.
La firma del clásico Monograma, fundado por Louis Vuitton en 1854, recibe un homenaje con las dos iniciales entrelazadas, que también aparece en el nuevo broche plegable, diseñado exclusivamente para el reloj LV Fifty Five.
Fabricante de baúles y artículos de piel con dominio de todas las técnicas artesanales históricas para trabajar la piel, Louis Vuitton utiliza sus propias pieles para este reloj: Veau Cachemire para los modelos pequeño y mediano y piel Taurillon para el modelo grande. Se presenta en tres colores: rosa, dando a la pieza un encanto femenino, altamente sensual; elegante y refinado gris para un modelo que puede ser compartido por una pareja y el negro más masculino en el modelo GMT. La declinación con brazalete de aluminio es un claro guiño a las asas de los baúles Louis Vuitton.