La desconexión es el camino: entrevista con Patrick Pruniaux, CEO de Ulysse Nardin

El nuevo capitán de Ulysse Nardin desembarcó del gigante de la tecnología Apple que, en 2014, lo fichó para colaborar en el lanzamiento del Apple Watch. Antes había pasado una década en TAG Heuer, donde llegó a ser Vicepresidente Global de Ventas y retail. Patrick Pruniaux, de 45 años, sabe que la casa relojera de Grupo Kering que dirige desde agosto es una joya con el potencial de tener un mayor impacto global. Tiempo de Relojes habló con él durante su primera presentación de novedades de la manufactura de Le Locle, entre ellas el Marine Torpilleur Military.

De lo que vivió y aprendió en Silicon Valley con Apple, ¿qué puede ser útil para la industria relojera suiza en este impasse de reinvención?

Mi paso por Apple me dio una perspectiva diferente en dos aspectos. El primero es la forma en que hacemos las cosas en la relojería tradicional. Creo que este sector ha sido muy afortunado durante mucho tiempo y ha crecido por algunas buenas razones, pero no estoy seguro de que exista una verdadera disposición para entender al consumidor. A mí me sorprende que la industria relojera no siempre se dirige a las necesidades de los clientes. Las marcas hacen productos hermosos, pero que no siempre tienen sentido para el consumidor. Cuando veo el número de relojes incómodos que hay, me pregunto por qué un reloj tendría que ser incómodo si eso es lo menos moderno que existe.

El segundo aspecto que aprendí en Apple es que hoy más que nunca hay que ser muy exigentes con la calidad y los detalles en la ejecución. Y si hay una compañía que es muy buena en eso es Apple. A principios del año pasado una marca de lujo me invitó a dar un discurso. Ahí dije que yo pensaba que trabajaba en el negocio del lujo hasta que estuve en Apple. Fui un tanto provocador, pero algo hay de cierto. En Apple van de detalle en detalle, una y otra vez hasta que piensan que las cosas han quedado perfectas, aunque nunca son perfectas porque aún hay aspectos por mejorar. Apple me hizo percatarme de que lo que está pasando en el mercado no solo se basa en el marketing, sino que el producto importa mucho. Y que el mensaje del valor es muy relevante para el consumidor.

Hoy hay dos caminos en la industria. Uno es la nostalgia con muchas marcas creando reediciones vintage. El otro es ir hacia delante. Las primeras piezas que está presentando son muy clásicas para una compañía tan innovadora que introdujo el silicio en la relojería y que ha creado piezas como el Freak y el Moonstruck. ¿Por qué?

Por ahora decidí mostrarles solo el aspecto clásico de nuestras novedades, pero en el SIHH vamos a presentar algo muy distinto.

¿Más avant-garde?

Será algo súper moderno porque me gustan ambos caminos. Ulysse Nardin siempre ha sido muy innovadora en el diseño y los movimientos, y yo estoy obsesionado con seguir esa tendencia porque además creo que es lo que quieren los clientes. Cuando escuchas al consumidor, sin importar si usa un Apple Watch o un reloj suizo tradicional, te das cuenta de que no se trata solo del movimiento, sino también del diseño, la estética y la comodidad. Esta vez hablé intencionalmente sobre el esmaltado, el mecanismo y nuestra historia. Cuando nos volvamos a ver, hablaré de manera muy distinta.

Usted dijo que Apple se enfoca en simplificar. ¿Cómo aplicará esta máxima en una marca con relojes tan complicados como el Freak o el Innovision?

Me gusta cuando Ludwig Oechslin [creador de movimientos de Ulysse Nardin] dice que la simplicidad es complejidad. Es interesante que menciones el Innovision porque considero que algunos de nuestros relojes son como autos de la Fórmula 1. Son piezas muy complejas de las que tomas algunas innovaciones para usarlas en el resto de la colección. Innovision es absolutamente fantástico pero es casi demasiado, con 10 innovaciones y algunas como el grinder que parecen de otro mundo. En el futuro puedes esperar ver más del grinder en nuestros movimientos porque la habilidad de crear energía con el doble de rapidez que cualquier otro mecanismo es un beneficio claro para el consumidor. Esa es otra cosa que aprendí en Apple: ¿cómo podemos crear beneficios verdaderos para los amantes de los relojes? Podría ser con los materiales, el peso, el diseño… Quiero identificar esos beneficios y por qué los usaría. Evidentemente la marca, su historia y sus valores significan mucho, pero debes alimentarlos con factores concretos.

Patrick Pruniaux, CEO de Ulysse Nardin. Su experiencia en Apple y TAG Heuer ahora servirá para la manufactura de Le Locle.

Muchos retailers perciben a Ulysse Nardin como una firma con muy buenos relojes, que tiene el potencial para convertirse en una marca global. 

Eso es música para mis oídos.

¿Cómo aprovechará ese potencial para volverla una marca global poderosa?

Lo que acabas de decir es quizás la razón principal por la que decidí unirme a la empresa. Me encanta su historia, pero también percibí el potencial que tiene en términos de su expertise. Es como una joya escondida de la que solo saben los conocedores, por lo que necesita abrirse más al público. Nos encantaría que la gente se dé cuenta de que hay mucha autenticidad en nuestros productos, por eso hoy hablé sobre los valores. Tenemos la posibilidad de que los amantes de la relojería que actualmente prefieren otras marcas o algunas personas que no están muy interesadas en los relojes, se fijen en nosotros. Aunque suene un poco a marketing, contar nuestra historia importa mucho. Se puede lograr bastante solo con decir lo que hacemos y hablándole de otra manera al consumidor. Hoy decimos muy poco, no ofrecemos una perspectiva sobre lo que somos y tenemos que mejorar en eso.

¿Cree que podría existir un smartwatch de Ulysse Nardin? En el pasado la marca tuvo un smartphone y usted se ha formado en TAG Heuer y Apple.

Es curioso porque en TAG Heuer estuve a cargo del smartphone durante un tiempo y no fue un producto muy exitoso. En este caso no veo el beneficio para el consumidor. ¿Qué podríamos aportar? Honestamente, si quieres un smartwatch, el mejor es el de la empresa donde trabajé antes. Podemos traer modernidad y beneficios de una manera distinta, no con un smartwatch.

Tal vez usted sea el hombre correcto para lograr la primera alianza entre Apple y la industria relojera tradicional. ¿Por qué no ir con Apple y proponerles colaborar en un reloj?

Para ser honestos, no creo que Apple quisiera hacer algo así.

¿No pierden el tiempo con la pobre industria relojera suiza? [risas]

No es así, creo que le tienen mucho respeto a esta industria, incluyendo algunos de los líderes de Apple que estoy seguro que opinan así. Una colaboración de ese tipo tendría un valor limitado. Nos toca a nosotros encontrar nuestra propia solución. Hoy en día, el reloj tradicional también es una gran oportunidad para desconectarse. Cuando hablo de los valores, la manera en que ves el tiempo, en que hacemos las cosas, la belleza de la artesanía relojera como la nuestra o de otras marcas, todo eso significa mucho para un gran número de personas. El smartwatch no aporta mucho más que un celular, así que con un smartphone tienes más que suficiente. Un reloj tradicional es un objeto muy personal que puede significar mucho para ti. Creo en el hecho de consultar el tiempo en un objeto hermoso que esté desconectado. Es curioso porque estuve en California todo el verano pasado estudiando en Stanford después de salir de Apple y pude ver eso. Es uno de los lugares donde se dictan las tendencias y percibí que hay un deseo interior, expresado o no, de desconectarse.

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