SIHH 2019: Girard-Perregaux tiende un puente hacia el cosmos

Tierra y cielo, materia y espacio se funden en una pieza maestra. Dos globos completos –celeste y terrestre– muestran el lado invisible y visible del universo. En esta proeza mecánica los signos del zodíaco desfilan uno tras otro en un firmamento en miniatura mientras la Tierra efectúa su rotación cotidiana. Como el cielo, el reloj posee dos rostros: día y noche. Bridges Cosmos revela las zonas ocultas del cielo nocturno e irradia una luz negra. Este reloj con tourbillon, carta celeste y horas universales está hecho de partículas mecánicas y paradojas poéticas.

Para poner en órbita al Cosmos, en su interior palpita un nuevo movimiento de manufactura, el calibre GP09320-1098. No tiene corona. El ajuste manual de las horas y de las indicaciones se efectúa por el fondo.

La disposición simétrica del doble globo del Cosmos surgen de la búsqueda del orden y la belleza. Sus complicaciones se distribuyen sobre sus ejes horizontales y verticales, en los cuatro puntos cardinales. A mediodía, las horas y los minutos descentrados. A las 6 horas, un tourbillon bajo un gran puente de titanio negro. A las 3 horas, un globo terrestre que hace las veces de indicador día/noche. A las 9 horas, una carta celeste, que puede ser personalizada por el propietario. Como telón de fondo un cristal de zafiro tintado. Invisible en pleno día y lleno de partículas luminiscentes de hidrocerámica por la noche, que crea el efecto de una vista del cielo en timelapse.

Carta celeste

Grabada con láser sobre un globo de titanio tintado de azul, efectúa una rotación cada 23 horas, 58 minutos y 4 segundos, es decir, la duración exacta de un día sideral. Esta esfera se centra en las formaciones estelares más conocidas y más visibles: las del zodíaco.

El Cosmos, equipado con hidrocerámica luminiscente, cumple su vocación astronómica incluso en las noches más oscuras. La constelación de la que forma parte la Tierra es la única que no se puede ver, pues está oculta por el sol cegador. Finalmente, el globo celeste muestra la constelación del zodíaco invisible al mediodía por el lado de la esfera y la visible a medianoche por el lado del fondo.

Un modelo reducido de la Tierra

A las 3 horas, un globo terráqueo completo ofrece dos indicaciones. Permite saber si el huso horario local se encuentra bajo la luz del día o en plena noche. Igualmente, una escala graduada situada sobre 24 horas, cerca de su ecuador, ofrece una lectura de tipo GMT. El segundo huso horario se efectúa mediante la aguja más sofisticada que se pueda imaginar: un modelo reducido de la Tierra. Este mapamundi, también de titanio y grabado con láser, presenta los océanos en profundidad y los continentes en relieve.

Física telúrica

Con 48 mm de diámetro, la caja del Cosmos es un mundo en sí mismo. Delimita su universo con titanio satinado por microesferas. Su cristal de zafiro es un glassbox, un cristal abombado que actúa como telescopio astronómico. Bajo esta lente, no deformante, palpita un nuevo movimiento, el calibre GP09320 de cuerda manual.

Su marcha está regulada por un tourbillon emparentado con la familia de los Neo. El puente de tourbillon es de titanio PVD negro y está arqueado sobre el vacío.

Caja sin corona

La carrura de la caja del Cosmos es lisa y no lleva corona. En su lugar presenta cuatro llaves de ajuste, todas situadas en el fondo de la caja, que se colocan sobre la muñeca sin molestia alguna. En el fondo de la caja, hecho de zafiro y de titanio, se han creado cuatro ejes, dedicados respectivamente al remontaje, la puesta en hora, el ajuste del globo celeste y el del globo terráqueo.

 

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