Jacob & Co. y Bugatti han unido esfuerzos y pasión en una alianza imprevista que saca lo mejor de ambos mundos, el universo extravagante y complicado de la firma de relojes y el ultralujo de Bugatti, que este año celebra 110 años de la marca. Dos estilos y ADN estético muy distintos pero que han sabido reflejar el gusto compartido por lo no establecido y lo exclusivo. El resultado es dos relojes que no pasan desapercibidos: Bugatti Chrono Edition Limitée 110 Ans y Twin Turbo Furious Bugatti Edition. Nos reunimos con Jacob Arabo, fundador y presidente de Jacob & Co., y con Stephan Winkelmann, presidente de Bugatti, en Baselworld para que nos contaran la historia.
¿Cómo surgió esta alianza?
STEPHAN WINKELMANN: Bugatti está en el pináculo del mundo automotriz, que es un mundo pequeño. Una marca como la nuestra tiene la oportunidad de hacer sociedades que no diluyan el valor de la marca sino que refuercen su unicidad y sean un buen negocio. En ese aspecto, la asociación más importante que se puede crear entre marca, es la que se hace con las firmas de relojes. En Bugatti buscamos entre muchas firmas quiénes podían ser nuestros socios potenciales y elegimos a Jacob & Co. Para mí, Jacob Arabo, su fundador, es una persona con mucho poder y mucho ánimo por el cambio. Siempre tiene ganas de hacer cosas nuevas y se resiste a lo establecido. Es un hombre curioso con deseos de innovar y creo que eso es muy positivo para nuestro futuro conjunto. Ya veremos cómo evoluciona esta alianza en el camino… Por ahora tenemos dos relojes, algo muy bueno para este año en el que estamos celebrando el aniversario 110 de Bugatti: el Bugatti Chrono Edition Limitée 110 Ans con caja de carbono y limitado a 110 piezas. El otro es el Twin Turbo Furious Bugatti Edition, del que solo hay 39 piezas. Su bisel interno azul está inspirado en el tablero del Bugatti Chiron, tiene dos tourbillones y tres variantes de caja: 18 son de fibra de carbono, 18 son de oro rosa y tres tienen diamantes. Costará 250 mil francos suizos y está pensado para los clientes de Bugatti. No se trata solo de relojes, sino de toda una base de clientes y prospectos que ahora podrán asistir a los eventos que hacemos y también a los de Jacob & Co y viceversa.
Jacob & Co. no es una marca a la que hubiéramos imaginado en asociación con ustedes. Bugatti es una marca de autos de ultralujo con énfasis en la tecnología y la velocidad. Jacob & Co. es lujosa a un nivel extravagante, con piedras, colores, diamantes… Y al mismo tiempo, con otra faceta de complicaciones muy científicas. ¿Con cuál de estos ‘rostros’ de Jacob & Co. fue con el que se identificaron más?
SW: Con ambos. Nosotros también hacemos joyería para hombres y mujeres con el concepto Bugatti, pero en relación a estos dos relojes yo veo dos niveles: uno es el de las grandes complicaciones creadas para los propietarios de un Bugatti —de hecho, Jacob está por comprarse uno—, lo cual exige un nivel muy alto de todo: de tecnología, de diseño, de calidad y también de exclusividad. Pero está el segundo nivel, que está pensado para los amantes de los relojes que también valoran a las grandes marcas automotrices como Bugatti y que pueden tener este reloj a un precio que no es tan complicado de pagar como en el caso de la versión high-end.
A finales del siglo XX y principios del XXI, Bugatti estaba asociada a otras marcas de relojes como el Fleurier Bugatti Type 390 de Parmigiani. ¿Crees que las posibilidades de la industria relojera para interpretar la ingeniería de la industria automotriz son finitas?
SW: Lo que me gustó de Jacob & Co. fue su capacidad de desarrollar algo completamente nuevo de cuando en cuando, no diría que cada año, pero es una promesa que nos hicimos: siempre mirar hacia delante. Jacob podrá explicarlo mejor.
JACOB ARABO: Yo veo esto con el Chrono Edition Limitée 110 Ans: quería hacer un reloj para alguien que desea una pieza más sencilla y accesible, alguien que quizá no se puede comprar un Bugatti, pero se siente bien teniendo un reloj de Bugatti por 36 mil euros. Y continuaremos con eso. Este año tenemos dos modelos, el próximo año quizá tendremos otros dos, uno súper complicado relacionado con la ingeniería, con el auto en sí mismo, con la velocidad.
SW: Jacob llegó en el momento adecuado, estaba destinado a hacer este trabajo y esa es la razón por la que hicimos esta alianza, porque creemos con fervor que el área de desarrollo puede ser gran un catalizador de innovación para ambas marcas.
¿Cuánto durará esta alianza?
JA: Será una relación a largo plazo. Ya iremos viendo qué tan satisfecho queda Bugatti conmigo. Yo, por ahora, me siento muy bien con lo que hemos hecho.
SW: En efecto ya veremos, pero desde ahora puedo decir que estoy muy impresionado con su velocidad y con el entusiasmo con el que respondieron a esta asociación en la compañía.
JA: Quiero hacer lo mejor posible para Bugatti, porque además de que mi nombre está involucrado en todo esto tengo el deseo de desarrollar movimientos cada vez más interesantes y que no se hayan visto antes.
Cuando decidieron hacer esta alianza, ¿qué estaba buscando una marca de la otra?
SW: Tenemos clientes muy similares y esta es una manera ideal de reunirlos. En el negocio automotriz sabemos de lo que la gente habla más, después de sus autos, es de sus relojes. Así que era importante para nosotros tener esta nueva sociedad y estar acompañados por una compañía que le dice ‘no’ a lo establecido y que siempre busca ideas frescas. Eso es un gran beneficio desde mi punto de vista.
¿Pero puntualmente qué esperan al poner a Bugatti y a Jacob & Co. juntas?
SW: Con seguridad algo muy bueno para ambos, en términos de negocios, es que nos traerá clientes adicionales.
JA: Yo tengo clientes que son dueños de autos Bugatti y, además, de todos mis lanzamientos. Esta alianza es una noticia maravillosa para ellos porque podrán tener un reloj Bugatti. Ahora podemos atraer a más gente que tiene un Bugatti, pero no su reloj, y esa es una puerta que se abre para nosotros. Quiero, por ende, introducir más complicaciones porque ahora los coleccionistas no buscan solo un reloj sino un objeto que “les hable”, que cause emoción, que tenga un gran trabajo mecánico, una comunicación sabia. Y es que un reloj tiene que impresionarte. Además los compradores de Bugatti son personas muy educadas en temas de ingeniería y de movimientos, por lo que hemos procurado diseñar algo que ellos no hayan visto antes, lo que implicará ganancias para ambas firmas.
¿Terminarán por influirse entre ustedes?
JA: Hasta el momento yo solo he hablado del tablero porque quiero que mi Bugatti tenga mi reloj ahí, así que espero que algo suceda (risas).
SW: Claro, tenemos que discutir eso… Hay que decir que cada marca tiene su ADN y creo que el valor de unirlas como hacemos ahora es que siguen siendo entidades separadas —lo que no debe cambiar—, pero con un punto de encuentro muy valioso, aunque este tenga límites.
Stephan, es evidente su amor por los autos, pero ¿se ha enamorado de los relojes tras todo esto?
SW: No soy un gran coleccionista, pero sí me gustan mucho los relojes y los que presentamos ahora son justo del tipo que me gusta más. Es claro que yo no sé tanto de tourbillones y de complicaciones, y quizá es algo que no había pensado comprar, pero ahora veo una gran oportunidad porque amé estas piezas.
La relación con los clientes en el mundo del lujo ahora está ligada a las experiencias, ¿cuál es el plan que tienen para presentar esta alianza? ¿Harán un tour mundial?
SW: Habrá eventos de ambas marcas alrededor del mundo y nos invitaremos mutuamente a estar presentes cada vez más para beneficiarnos los dos y hacer cosas nuevas respetando el espíritu de cada marca.
Jacob, ¿cuál es la percepción de la marca en el mercado? ¿Los clientes están pidiendo estas uberpiezas como las que ahora presentas?
JA: No son ellos, sino yo quien lo está demandando. Esto es mi pasatiempo, mi trabajo y lo que amo hacer. Me encanta inventar, crear. Quiero hacer cosas que ame, mecanismos y tecnología que no se hayan visto. Y no quiero detenerme hasta que esté satisfecho.
En México escuché que este tipo de piezas tienen más éxito que la colección regular, ¿es cierto?
JA: En México los coleccionistas nunca me compran cosas sencillas —ni a mí ni a otras marcas—, son clientes que solo quieren piezas high-end de 300 mil euros…
Es un mercado único.
JA: Es un mercado de América muy similar al de Rusia, donde a los hombres les gusta comprar relojes súper high-end con muchas complicaciones.
Ya ha estado en el SIAR. Quizá para la próxima edición pueden ir juntos a presentar su alianza…
JA. Es buena idea. El 70 % del los negocios relojeros en México se hacen durante esos tres días. Cuando vi eso quedé en shock.