La รบltima ediciรณn de Watch Art Grand Exhibition celebrada en Singapur recuerda los lazosย de amistad que durante generaciones ha mantenido Patek Philippe con este rincรณn del mundo.ย El รฉxito de la propuesta radica en su sencillez: trasladar a diferentes rincones del mundo el universo Patek Philippe.
Los seguidores de la firma saben que su espacio se reparte en tres lugares icรณnicos separados por escasos kilรณmetros: el Salon de Rue de Rhรดne, su establecimiento mรกs emblemรกtico; el Museo, ubicado en la parte vieja de Ginebra, y la manufactura, a punto de inaugurar su ampliaciรณn y situada en el barrio de Plan-les-Ouates, a las afueras de la ciudad suiza.
Todos, espacios accesibles para los aficionados, siempre que tengan la oportunidad de volar al paรญs centroeuropeo. Si no es posible, Patek Philippe se encarga de llevar todo a los centros neurรกlgicos de la relojerรญa mundial. Primero fue Dubai (2012), un aรฑo mรกs tarde Munich y, desde entonces, se ha realizado con carรกcter bienal en Londres, Nueva York y, este otoรฑoย pasado, Singapur.
Las directrices del proyecto son las mismas en todos los casos, pero la fรณrmula no para de mejorar. Cada ediciรณn es mรกs grande (1,900 m2 en Singapur), se cuenta con medios mรกs modernos y los responsables de la firma han descubierto que Watch Art Grand Exhibition gana interรฉs cuando se establece un diรกlogo con el paรญs receptor.
La alta relojerรญa no es solo lujo; es historia, un intercambio de conocimientos entre culturas en las que todas las partes salen ganando. Y es este aspecto donde el proyecto de Patek Philippe brilla con luz propia.ย Todo esto pudimos vivirlo el pasado 27 de septiembre cuando se inaugurรณ la sexta ediciรณn de Watch Art Grand Exhibition.
Para la gran mayorรญa de los visitantes fue la primera vez que pisamos Singapur, por lo que la exposiciรณn nos permitiรณ no solo conocer aspectos desconocidos de Patek Philippe, sino tambiรฉn el epicentro de la relojerรญa moderna, con permiso de Hong Kong. La afirmaciรณn no estรก dicha a la ligera.
Como apunta Jerome Pernici, director comercial y de marketing de Patek Philippe, el sudeste asiรกtico se ha convertido en el primer mercado de la firma, desbancando a Estados Unidos de la posiciรณn que ocupaba desde los orรญgenes de la marca. El primer contacto puede traer un choque cultural.
Por ejemplo, descubrir que el sitio elegido para realizar el evento es un centro comercial. Claro que pronto se evidencia que no es un lugar cualquiera. Marina Bay Sands destaca por su espectacular estructura de tres torres, unidas en su azotea por un mirador, que ya es uno de los puntos turรญsticos mรกs visitados de Singapur. Tambiรฉn es uno de los malls mรกs deslumbrantes del mundo: rara es la firma de lujo que no cuenta aquรญ con una boutique. Pareciera que comprar es un deporte para los habitantes de este pequeรฑo paรญs.
Una vez superada la puerta del Sands Theatre que acogรญa la exposiciรณn, encontramos la primera sorpresa: una instalaciรณn diseรฑada por la artista francesa Emmanuelle Moureaux compuesta por mรกs de 11 mil flores de papel de mรกs cien colores diferentes que nos dio la bienvenida a la Singapore Room, la sala dedicada a las piezas que mejor explican la relaciรณn que ha mantenido Patek Philippe con sus clientes del sudeste asiรกtico durante generaciones.
Destacan las piezas de rare handcrafts que, como nos recuerda Deepa Chatrath, directora de Patek Philippe para el sudeste asiรกtico, son las que mรกs aprecian los clientes locales. Ya al interior vimos cรณmo los artesanos realizan las diferentes tรฉcnicas, uno de los grandes atractivos desde la primera ediciรณn de Watch Art Grand Exhibition.
Aunque el esmalte es la tรฉcnica mรกs vistosa, y en Singapur estuvo el interรฉs aรฑadido de contar con la presencia de la gran Anita Porchet para explicar cรณmo realiza sus obras, el gran protagonista de esta ediciรณn fue Jรฉrรดme Boutteรงon, el ebanista responsable de las carรกtulas de marqueterรญa de la firma, y su vistosa herramienta con la que corta los pequeรฑรญsimos trozos de madera que mรกs tarde componen las escenas de los relojes.
A su lado lucรญan los relojes decorados con escenas tradicionales de embarcaciones en rรญos, una serie de piezas รบnicas destinadas al mercado de Extremo Oriente, y se comprende por quรฉ esta tรฉcnica es considerada un arte. Antes de llegar a esta sala vimos una selecciรณn de las referencias hoy comercializadas por Patek Philippe.
Es el รกrea de exposiciรณn que mรกs recuerda al Salon de Rue de Rhรดne. Tanto que los organizadores instalaron pantallas que reproducรญan la visiรณn panorรกmica que los visitantes tienen desde la primera planta de este edificio de la vieja Ginebra: el Pont du Mont-Blanc un dรญa soleado, con su trasiego de coches, ciclistas y peatones.
Pero hubo mรกs: la excepcional selecciรณn de piezas histรณricas traรญdas del Museo Patek Philippe que muchos visitantes vieron por primera vez como el mรญtico Calibre 89 o los dos relojes de bolsillos comprados por la Reina Victoria de Inglaterra en 1851 y los cuales, segรบn los historiadores de la firma, fueron responsables del รฉxito de Patek Philippe.
No faltรณ una extensa representaciรณn de los medios y procesos de la manufactura, comenzado con una vasta selecciรณn de sus movimientos y talleres dedicados a las complicaciones. Al fin y al cabo son estos relojeros quienes han hecho posible las maquinarias de las seis ediciones limitadas que se prepararon con motivo de Watch Art Grand Exhibition, todas de venta exclusiva en los paรญses que componen el mercado del sudeste asiรกtico (Singapur, Malasia, Indonesia, Tailandia, Brunรฉi, Vietnam y Filipinas).
De ellas destaca el Repeticiรณn de Minutos Tourbillon Ref. 5303 al contar con un mecanismo exclusivo. Basado en el 5304, comparte con este gran complicaciรณn la inclusiรณn de un dispositivo de repeticiรณn de minutos y el acabado esqueleto de la carรกtula. Por primera vez, los martillos de la sonerรญa y el tourbillon estรกn visibles en el frontal del reloj.
Una decisiรณn que choca con la habitual discreciรณn de Patek Philippe que suele esconder el tourbillon en el fondo de la caja. Pero el interรฉs y la pasiรณn relojera de los singapurenses merece una excepciรณn y serรกn 12 los afortunados coleccionistas que podrรกn acceder a este rara avis.
Tambiรฉn podrรกn acceder a las 300 unidades del World Time Chronograph 5930 de carรกtula roja, los 500 Aquanaut 5167 y 300 Aquanaut Luce 5067 que se han presentado con las correas de composite rojo; sin olvidar el Calatrava Pilot Travel Time 7234, en ediciรณn de 400 piezas de acero para una referencia solo disponible hasta ahora en oro rosa, y las cinco unidades que se han realizado del World Time Minute Repeater 5531 cuya carรกtula de esmalte cloisonnรฉ reproduce el mapa de Singapur. Todas piezas excepcionales que celebran un evento รบnico. Solo nos queda saber dรณnde se celebrarรก la ediciรณn 2021. Se admiten apuestas.