La nueva boutique Hermès en la arteria del lujo de la capital mexicana, en El Palacio de Hierro Polanco, recrea el universo de la casa de lujo de una forma más viva y cálida que nunca en México. Un espacio de 300 metros cuadrados diseñado por RDAI, bajo la dirección artística de Denis Montel. El interior está delimitado por un techo inclinado que sigue el contorno piramidal del edificio con un “cubo abierto” que se desprende de la estructura general, donde se exhiben las piezas de joyería y relojes. Para distinguir diversos métiers de Hermès, aplicaron variaciones en materiales naturales y colores terrosos. El piso de la tienda es de piedra de Trani beige. Al entrar, el visitante es recibido por el característico ex-libris de Hermès y un mosaico con el patrón de Faubourg en colores blanco, caramelo y naranja rojizo.
En el corazón de la boutique está el área de joyería y relojes, con paredes tapizadas con una pátina especial color dorado satinado por el atelier francés Pierre Bonnefille. Por primera vez en México, hay un espacio destinado a la contemplación del tiempo. Un rincón íntimo y acogedor donde un experto podrá mostrar a los clientes los relojes mecánicos con complicaciones. Gracias también a una demanda creciente de clientes que quieren relojes y al potencial de México como mercado consumidor de lujo, Hermès ha traído a esta boutique relojes de alto calibre estético y técnico.
Éste es el desfile impactante de alta relojería que pueden ver en este nuevo templo del lujo. Lean y vean:
Slim d´Hermès. Minimalisco esencial
La colección Slim d´Hermès nació el año pasado para convertirse en un ícono de la La colección es un ejercicio de estilo de líneas puras. La voluntad declarada de ir a lo esencial conduce a un diseño de sobriedad elemental en una caja extremadamente delgada. La mirada se siente atraída de inmediato por la gran ventana de su caja, rematada por asas que forman un ángulo recto. Slim d’Hermès, diseñado por el director creativo de La Montre Hermès, Philippe Delhotal, es también la demostración de la cultura gráfica de la maison, gracias a la tipografía expresamente creada por Philippe Apeloig para marcar las horas.
El trazo ligero de las cifras impone un ritmo vivo y marca la cadencia del tiempo. Ahora, este emblema horario está en la bouitque de Hermès de El Palacio de Hierro. Su caja mide 39.5 mm, es de oro rosa y late con el movimiento automático calibre extraplano de manufactura H1950. La integración de un microrrotor permite reducir el grosor del calibre, que tan solo mide 2,6 milímetros. Al igual que otros modelos de manufactura, el movimiento se decora con la letra H y, siguiendo la tradición relojera, los puentes están biselados a mano.
Arceau Lift. Belleza interior
El primer tourbillon volante de Hermès. La doble H en la jaula del tourbillon y el puente del barrilete reproducen uno de los motivos más emblemáticos del diseño interior de la boutique ubicada en el número 24 de la Rue du Faubourg Saint-Honoré, específicamente con guiño al elevador que la tienda inauguró en 1923 y que llevaba unas H entrelazadas que representaban la unión de Hermès y Hollande, las dos familias que se unieron con el matrimonio de Emile Hermès, el nieto del fundador, y Julie Hollande. Late con el calibre de cuerda manual H1923 y algunos componentes en multicapas forman una esfera motivo tipo espiga.
Esta joya de ingeniería relojera, protegida por dos patentes —una por su diseño y otra por los dientes del engranaje reajustable— integra 24 rubíes y cuenta con tres ruedas reajustables. Las fases de marcha y de puesta del tiempo en suspenso se coordinan mediante dos ruedas de pilares sincronizadas: una para las horas y otra para los minutos acoplados a la fecha. El mecanismo retrógrado a 360° de las horas y de los minutos hace desaparecer el tiempo sin interrumpir la marcha del movimiento.
Arceau Marqueterie de Paille
Cuando Hermès reeditó en 2010 algunos de los muebles más emblemáticos de Jean-Michel Frank, rescató el arte de la marquetería de paja. Este reloj la reduce a tamaño miniatura en la esfera. La especie de centeno que se utiliza para obtener la paja ya solo se cultiva en una explotación agrícola de Francia. Sus tallos son más largos y menos nudosos, y se siega a mano para que las secciones que luego se usarán estén en condiciones óptimas. Una vez segada, se tiñe y luego se seca. El clima, la higrometría y los distintos baños dan lugar a una gama interminable de matices de color. Después, las briznas se abren con una hoja muy fina y se aplanan a mano con una herramienta de hueso. Finalmente, se seccionan. El artesano juega con los colores y la colocación de las briznas de paja para crear motivos, que ensambla sobre un papel milimetrado. La marquetería de paja se pega y, a continuación, se ensambla en la esfera del reloj.
Los motivos, en azul y negro, se extienden por los 41 mm del reloj de oro gris con dos diseños de corbata emblemáticos en la estética de Hermés: la espiguilla y los cuadrados. El de la imagen y que está a la venta en Hermès El Palacio de Hierro Polanco es el de la espiguilla. Ambos llevan un calibre de cuerda automática H1928 y disponen de una reserva de marcha de 55 horas.
Cape Cod Tonneau Snow Setting
Es el último reloj de esta edición limitada de 24 que queda en el mundo y está en México. Es de oro blanco con pavé de diamantes con la técnica snow setting. La carátula tiene 418 diamantes y la corona un zafiro azul corte cabujón. La hebilla de oro blanco desplegable tiene 36 diamantes. La técnica de snow setting es muy compleja. Los engastadores colocan diamantes de varios tamaños unos junto a otros para crear un manto que crea el efecto extremadamente brillante del sol contra la nieve. Se necesitan 160 horas sólo para realizar el trabajo de engaste de cada pieza.. En total, el reloj tiene 1,176 diamantes (un total de 7.6 quilates).
Medor. El tiempo secreto
Es la apuesta femenina y atrevida de Hermès. Está inspirado en un collar de perro, uno de los primeros productos que creó Hermès. Originalmente creado para la caza no tardó en transformar su utilidad. En los años 30 se convirtió en cinturón y luego en pulsera. La evolución más lógica condujo a este diseño a convertirse en reloj. Gracias a sus emblemáticos clavos piramidales (Clous de Paris) se declinó en clave de reloj secreto.
Uno de sus clavos hace de tapa que esconde la hora para convertir al reloj en una pieza con doble uso. Este reloj tiene caja cuadrada de 16 x 16 mm, con clavos de acero con diamantes en aristas o pavé de diamantes y correa de aligátor. Si no está engastado, la correa es de piel de becerro Barénia. Hay versiones en oro rosa y acero y correas de colores.
Texto: Yolanda Ruiz /Fotos: Rodrigo Galindo