La galería AlquimiaMC es el sueño hecho realidad de Marcos Cojab. Un espacio genuino en la arteria del lujo de la CDMX, donde expone su obra y organiza eventos exclusivos con coleccionistas. Este joven artista mexicano descubrió su vocación en París. Allí terminó sus estudios de arquitectura y allí un galerista le compró una calavera que él mismo había hecho como escultura para su casa. Y empezó la aventura. “Terminé de estudiar y ya era más famoso como escultor que como arquitecto”, nos cuenta. “Siempre digo que sin la arquitectura nunca pude haber diseñado las esculturas. La arquitectura me volvió metódico, me dio las bases, el diseño. Porque todas las esculturas que hago tienen un poco de ingeniería”.
Sus piezas tienen como eje central la muerte y la forma en que la concibe la cultura mexicana. “Todo mi arte se enfoca en reírse de la muerte”, aclara. En general sus obras son una interpretación lúdica y burlona de objetos que aparentemente pueden ser dramáticos. “En las AK-47 (señala la pared donde está colgada una dorada), el gatillo es mi dedo. Aunque es un instrumento para matar, con este toque le das la vuelta”. Para él, los materiales que usa son parte de su originalidad. Aprovecha las propiedades de la plata esterlina, el oro de 24 quilates, el cobre, el bronce y la fibra de vidrio, entre otros materiales. Las piezas nacen de un núcleo fundido en frío de poliéster y fibra de vidrio, y luego se enchapan mediante electrodeposición.
Ahora, Marcos Cojab está en un proyecto relojero apasionante. Se ha aliado con Le Rhöne para crear Moön Skull, una edición especial que se lanzará en SIAR Summer Experience, el pop up relojero que se celebra del 7 al 9 de junio en Ciudad de México. “Sus relojes tienen un diseño increíble. Soy coleccionista de relojes y siempre he querido sacar mi línea propia”, señala. Así, Loic Florentin, CEO de la firma, y Marcos Cojab se pusieron manos a la obra para diseñar el reloj. “La caja de carbono, la fase lunar con mi calavera… Es superelegante. Y te adelanto algo. Vamos a subastar uno en la gala de Unicef el 30 de julio en Capri, en Italia”, cuenta orgulloso.
Gracias a la arquitectura crear algo a escala tan diminuta como un reloj no ha sido difícil. “Con la arquitectura es como hacer un plano y al hacerlo no importa el tamaño. Lo dimensiono para que todo se vea perfecto. Se ve muy elegante”.
Pero ¿qué pensó a la hora de imaginarlo? Cojab dice que lo tenía claro. Debía ser un reloj que usaría él mismo, que fuera cómodo, liviano, con alguna complicación, determinados materiales y con su calavera icónica como protagonista en la esfera. El resultado es una edición limitada de siete piezas y cada una tiene un detalle que la hace única. El primero de la serie de 7 tiene el índice horario de la 1 en un color, el 2 tiene el índice horario de las 2 en otro color y así sucesivamente. El artista está muy contento con la colaboración. “Lo que me gusta ahora de los relojes es que es cool que no sea de oro para que tenga valor. Mientras sea de carbono o de materiales únicos es lo que cuenta”.
Moön Skull es automático, late a 28,800 alt/h, tiene certificado COSC. La caja de 41 mm es de carbono. La esfera de cristal de zafiro negro está adornada con estrellas luminiscentes. Una calavera AlquimiaMC de plata está detrás de un disco rotatorio de fases lunares semitransparente. La correa es de caucho negro o verde.