Lo primero que nos pide es que no revelemos su nombre. “Solo Scaramanga [uno de los villanos más famosos de las películas de James Bond] es suficiente.” Es el alter ego que lleva utilizando años en foros y sitios relacionados. “A los miembros del club nos gusta la discreción”. Se refiere a CronotempVs, club de aficionados a la relojería y del cual es uno de sus miembros. Como en los foros de antaño muchos miembros utilizan sus nicks, casi más porque se les conoce así desde hace décadas que por una necesidad de guardar el anonimato. Cosa que por los tiempos que corren es más importante que nunca.
CronotempVs es un caso único. Surgió en España en 2009 como un espacio para crear un puente de comunicación entre coleccionistas y marcas. “En aquellos tiempos aún no existían las boutiques monomarca y los joyeros eran (y siguen siendo) muy reacios a poner en contacto directo a sus clientes con las manufacturas relojeras”. Una vez iniciado el dialogo directo, el club empezó a tomar importancia entre las firmas comerciales y las independientes.
Scaramanga nos destalla algunas de las reglas inviolables de CronotempVs. Para evitar tensiones, el club tiene prohibido influir a los miembros en sus compras al igual que no colabora con puntos de venta. Más adelante de aquel germen surgió la oportunidad de realizar ediciones especiales para los socios del club. Estas eran para acercar los coleccionistas a una visión más detallada e involucrada de la relojería y a su vez para que las marcas puedan darse a conocer entre una comunidad muy conocedora. Un concepto que se ha materializado hasta la fecha en diez ediciones especiales, visibles en la web del club www.cronotempvs.club.
Aficionados filántropos
Todas estas ediciones han sido adaptadas según las peticiones y posibilidades de las propias marcas y relojeros. Desde simples cambios de colores en carátulas o Super-LumiNova hasta calibres exclusivos como es el caso del CT8 por D.Dornblüth & Sohn. Este movimiento pertenece a CronotempVs al haber financiado su desarrollo.
Eso sí, los relojes, en una tirada de mínimo veinte unidades, solo están disponibles para los miembros del club. Visto el atractivo de estos relojes, preguntamos a Scaramanga cuántos son y qué hay que hacer para convertirse en socio. “Empezamos con una treintena de españoles, pero en la actualidad somos 120, bien repartidos entre españoles e internacionales. Nunca tuvimos intención de internacionalizarnos, pero esto forma parte de la evolución del club. Y sí, contamos con socios mexicanos”.
Cómo ser miembro
¿No hay ninguna puerta a la que llamar si queremos ser socios del club? “La persona que quiera unirse tiene que venir apadrinada por un miembro. La otra opción es que esta persona venga recomendada por una marca o relojero de confianza. Solo hay un veto: no admitimos a personas que trabajen para marcas o estén relacionadas con el comercio relojero. Esto no impide que cuando cambien o dejen el sector se puedan unir al club. De hecho, tenemos varios miembros que eran figuras relevantes en el sector y pidieron su incorporación al club”.
Más allá de esta prohibición, los requisitos son una combinación de reglas de los clubs privados tradicionales y la pasión por la relojería en todas sus vertientes. “Aquí hay gente que un día luce un Urwerk de 100,000 euros y al día siguiente te enseñan un Baltic de 1,000. Estos son capaces de emocionarse de la misma manera y por distintos motivos y todos muy válidos. La verdadera pasión está presente en un tourbillon hecho a mano por un maestro relojero o en un cuarzo termocompensado con relevancia histórica”.
En buena compañía
La conversación continúa acerca de las otras actividades programadas por el club. No faltan las visitas a diferentes manufacturas, el seguimiento de los proyectos relojeros en marcha y las periódicas reuniones con el único fin de pasar un buen rato entre amigos que aman los relojes. Scaramanga define entre risas “El club es un grupo de amigos que les gusta comer, beber, y de vez en cuando compran relojes”.
Divertido y secreto, para placer de sus miembros y desesperación de las firmas que colaboran con CronotempVs, que no pueden comunicar nada para no infringir sus reglas de discreción. “Es verdad, algunas firmas nos pedían que nos abriésemos más al público para dar publicidad a lo que hacemos. Esto era imposible ya que entraba en conflicto directo con la filosofía del club. Por este motivo creamos hace cinco años CronotempVs Collectors, un proyecto basado en colaboraciones abiertas a todo el mundo”.
CronotempVs Collectors, alternativa accesible
¿Cuál es el criterio de selección para una colaboración de estas? “La coherencia y honestidad de la pieza. Suena raro pero como dicen mis compadres ‘Que no te vean la cara..’ y esto últimamente empieza a ser cada vez más habitual”. CronotempVs Collectors aquí también es pionera a la tendencia de otros grupos de aficionados de crear ediciones basadas en modelos de calle, según las indicaciones aportadas por sus responsables. Es una acción parecida a la seguida por Hodinkee o Revolution, entre muchos otros.
Aunque Scaramanga señala una importante diferencia. “En el concepto CronotempVs Edition huimos del concepto tradicional de edición limitada. No numeramos las ediciones para todos ser iguales y en nuestras ediciones exclusivas no damos pistas de cantidades o año de fabricación. La venta está abierta durante un mes, después se cierra, pero se vuelve a abrir al año siguiente. Queremos evitar así la especulación y esa estrategia tan peligrosa del ‘ahora o nunca’ (FOMO) con la que hoy juegan tantas firmas. Esta es un arma de doble filo que en breve resultará muy dañina para los que han abusado de ella. Llevamos mucho tiempo en esto y la historia se repite”.
Males necesarios
Como no podía ser de otro modo, las redes sociales se han convertido en el medio naturales de CronotempVs Collectors para dar a conocer sus relojes. Como señala Scamaranga, es una cuestión de pura necesidad. “Por desgracia, hoy en día, es la única ventana que tienes para llegar al mundo relojero. Quizás sea por culpa de las marcas, las revistas de papel casi han desaparecido al igual que los antiguos foros especializados. Por un lado, los recortes de presupuestos en publicidad, los fichajes de los animadores/moderadores de foros por diferentes marcas y la poca aceptación de los coleccionistas en pagar por contenidos en la red han mermado considerablemente unos canales de comunicación básicos y de mayor nivel del que ofrecen las redes sociales. Estas redes se han convertido en un mal necesario”.
“Después hay otro problema”, prosigue Scaramanga. “Por desgracia, cebadas por incompetentes que opinan sobre cosas que saben poco. En el largo plazo es más dañino un influencer que es pagado por mentir sobre un producto para fomentar su venta que una crítica exagerada o demasiado severa. Y lo digo con conocimiento de causa porque hemos tenido ya varios acercamientos de este tipo. A todo esto Instagram ha bajado muchísimo su calidad de contenido premiando videos malos por encima de imágenes de calidad”.
Ese mundo extraño llamado Instagram
Aquí es el momento en el que Scaramanga saca su vena más cáustica, aunque tenemos que reconocer que razón no le falta en algunas de sus afirmaciones. “Instagram es un elemento extraño que casa mal con el perfil de los coleccionistas de relojes. Al contrario que el lujo frívolo, la relojería requiere de conocimientos para su crecimiento“.
“Las redes fomentan el postureo vacío y raramente el contenido o la discusión penalizando las críticas negativas aun siendo estas la verdad. Los dueños de Instagram, y los dueños de las firmas relojeras buscan ante todo la cantidad cuando en la afición relojera premia la calidad. Todas las estrategias están concebidas para conseguir likes, que después son incapaces de transformar estos en ventas demostrables. Por esta razón, son muchos los coleccionistas de relojes que se están viendo huérfanos de información y abandonan. Otros como yo somos más beligerantes…”.
Una buena foto mejor que un buen reloj
Esta alergia a la gran red social no evita que tanto CronotempVs Collectors como Scaramanga tengan unas cuentas de cuidada estética, posiblemente de las más bonitas y refinadas que podamos encontrar en Instagram dedicadas a la relojería. El propio Scaramanga es el autor de las fotos que vemos en ambas cuentas. “Mi gran afición es la fotografía, afición tan longeva como los relojes”.
“De hecho, tengo la equivocada costumbre de premiar más la calidad de la imagen que el producto presentado. Algo que es radicalmente contrario a la filosofía de las redes sociales. En muchos casos hay fotos de mayor calidad que las de las marcas y demasiadas veces estas son de cuentas dedicadas a inflar la percepción del valor de estos productos. También estoy muy cansado de cruzarme con el enésimo “wrist roll” de un Submariner con afán de rascar un seguidor más y llevo ya un tiempo dejando de seguir a todas estas cuentas. Prefiero perder el tiempo de otro modo”.