México es uno de los epicentros de la alta relojería en el mundo. Esta es la razón por la que cada vez más firmas suizas de linaje se instalan en nuestro país. La última en aterrizar ha sido Jaeger-LeCoultre, que desde el pasado diciembre cuenta con una boutique en El Palacio de Hierro de Polanco, en la capital azteca. Así, la conocida como Grande Maison tiene ya un espacio extraordinario que invita a los visitantes y coleccionistas a explorar el legado increíble de Jaeger-LeCoultre.
La nueva boutique de la casa de Le Sentier es un rincón único que atesora el arte y el savoir-faire relojero de la firma que nació en 1833 y que compila un legado de creaciones de exquisito nivel técnico y estético. Aquí se pueden ver las colecciones más recientes, además de un rincón especial para el Reverso con las opciones de personalización de la parte trasera del reloj y literatura sobre toda su historia, o el venerado reloj de mesa Atmos.
También un lugar especial para colecciones como Rendez-Vous, la línea femenina con ejemplares también engastados con diamantes. Y una selección especial de la línea Polaris y Master. Por supuesto cuenta con los últimos lanzamientos.
En definitiva, un lugar elegante y abierto a recibir a los aficionados para contarles su gran legado y su poder acceder a las piezas de una manufactura que reúne todos los oficios bajo un mismo techo: relojeros, ingenieros, diseñadores y artesanos trabajan juntos para producir creaciones de alto voltaje. Hasta el momento, tienen registrados más de 1,200 calibres y que han hecho de Jaeger-LeCoultre el relojero de los relojeros.