En una anterior entrega analizamos la evolución que ha tenido la colección Code 11.59 by Audemars Piguet desde su lanzamiento en 2019. Hemos dejado para un capítulo aparte el análisis de la nueva línea en acero por la importancia que esta representa en este proyecto a largo plazo en el que se ha convertido Code 11.59.
Una de las características más destacadas que han tenido los Code 11.59 realizados hasta la fecha es la ausencia del acero en su fabricación. Una carencia plenamente justificada, tal como comentamos previamente. Como reloj “opuesto” al Royal Oak, el Code 11.59 no podía estar fabricado en el mismo material icónico que los responsables de Audemars Piguet eligieron en 1972 para el reloj diseñado por Gérald Genta. Como vemos ahora, era más una cuestión de definición de la colección y que, una vez consolodidada, ha llegado el momento de dar un paso adelante.
Apunta François-Henry Bennahmias, “la llegada del acero a la colección Code 11.59 by Audemars Piguet es uno de los pasos naturales hacia un futuro largo y exitoso para la línea”. Dicho de otro modo, la transición del Code 11.59 pasa por su fabricación en acero para su pleno asentamiento en el catálogo de Audemars Piguet.
La importancia de estos modelos es esencial, como demuestra que se haya aprovechado su llegada para realizar la primera actualización de algunos detalles de su diseño que en el futuro veremos en los modelos en oro y equipados con complicación.
Aquí apuntamos los más reseñables.
Los cambios más importantes del nuevo Code 11.59
La comparación entre la versión en acero y la ya existente en oro rosa muestras las diferencias aplicadas en el nuevo diseño de la colección, más allá de la carátula, de la cual hablaremos más adelante.
Los índices se han rediseñado por completo. Ahora son más anchos y facetados, son la curvatura de los primeros modelos. También incorporan revestimiento luminiscente, una petición continua por parte de los seguidores de Audemars Piguet.
También cambias las agujas. A juego con los nuevos índices, son más anchas, facetadas y han recibido un tratamiento luminiscente. Como curiosidad, esta mayor superficie de las agujas se ha contrarrestado con un ligero calado central para que la presencia del reloj no sea tan maciza y pesada.
Desaparecen los índices horarios numéricos y se estandariza el formato de barras.
El realce también ha sido sustancialmente modificado. La diferencia de altura con la carátula es menor gracias a la reducción de la inclinación. La superficie tiene ahora un ligero rayado que aporta más personalidad que el anterior liso. Aunque el cambio más significativo es la incorporación de una escala de segundos (en el lateral del realce en el caso de los cronógrafos) que dotan al Code 11.59 de un componente más funcional y deportivo.
Acero y cerámica
Son seis los modelos presentados en esta primera entrega de los Code 11.59 de acero. Cuatro están fabricados íntegramente en acero y dos combinan la estructura exterior de acero con una carrura interior de cerámica negra. El método más sencillo de diferenciarlos desde una posición central es fijándose en la corona: negra en el caso de los modelos de cerámica negra. Este cambio de presentación nos sirve para recordar el rediseño que ha sufrido la corona en esta evolución estética de la colección. Ahora tiene una forma más redonda e incluye incisiones más profundas para que sea más fácil de manejar.
El paso al acero también ha implicado diferentes cambios en el sistema de fabricación del Code 11.59 by Audemars Piguet. Recordemos que el lanzamiento de esta colección supuso un importante reto tanto para la propia firma como para sus proveedores al aplicar soluciones técnicas no usadas hasta entonces en la industria relojera. La caja del Code 11.59 es una de las más complejas de cuantas se fabrican actualmente y el paso al acero representa un cambio de procedimiento de fabricación que tiene su reflejo en la estética del reloj.
Una carátula fascinante
Dejamos para el final el elemento que más ha llamado la atención del Code 11.59 de acero. Como ya he visto, la carátula representa, junto a las complicaciones, el componente que más ha evolucionado dentro de la colección. Hemos pasado de los lisos originales a los ahora omnipresentes degradados. Dicha evolución también incluye los acabados en piedra natural o aventurina y el reciente disco de zafiro ahumado. La versión en acero eleva la complejidad de este elemento en un grado nunca visto hasta ahora en Code 11.59.
La carátula de estos nuevos Code 11.59 es bastante curiosa. Descrita de un modo breve, diríamos que juega con la imagen degradada, pero con relieves en lugar de cambios de tono cromáticos. Es la luz la que crea el efecto en juego espectacular, en la línea de lo practicado en la introducción de la colección en 2019 con el complejísimo cristal de zafiro de doble curvatura que protege la caja.
Las carátulas son obra del artesano guilloqueador suizo Yann von Kaenel. Cada una de las placas son previamente estampadas y después grabadas a mano para recibir al final un proceso de coloreado o galvanizado, según el color elegido por el artesano. Curioso que en Audemars Piguet hayan escogido la versión en acero para realizar la carátula más complicada del Code 11.59 hasta la fecha.
La nueva era Code 11.59
El esfuerzo demostrado en estas primeras unidades del Code 11.59 nos confirman la importancia que esta línea tendrá en el futuro de la marca. También nos demuestra la voluntad de la manufactura por escuchar la opinión de los aficionados. Muchos de ellos pedían al Code 11.59 ese “algo más” que para ellos carecían los primeros modelos. Los cambios incorporados en estas versiones en acero nos llevan a pensar que pronto cambiarán de opinión.