“Yo nací de un padre blanco y una copita de aguardiente andaluz nací de la niña de una madre soltera de 15 años nacida en Málaga en Los Percheles el hermoso toro que me engendró la frente coronada de jazmines”, escribía Picasso en mayo de 1936 como un apunte surrealista de escritura automática. Fuente insondable la caudalosa energía de un artista prolífico que dio la vuelta al pincel para abrir las más insólitas posibilidades expresivas de la pintura, pero también de la cerámica, la escultura… Pablo Ruiz Picasso (Málaga, 1881) abrió un intenso diálogo con los grandes maestros del arte y contribuyó a redefinir como tal el objeto artístico contemporáneo, el juicio estético y el sentido de la belleza.
Vida en París
Entre 1901 y 1904, Picasso alternó su residencia entre Madrid, Barcelona y París, mientras su pintura se desarrollaba influida por el simbolismo (“periodo azul”). En la primavera de 1904, decidió trasladarse definitivamente a París y vivir en un estudio en las riberas del Sena. Allí fraguó amistad con figuras como Apollinaire, el multifacético Max Jacob y el escritor André Salmon. Fue en la capital francesa donde, a finales de 1906, su obra evolucionaría hasta llegar a una composición de gran formato con la mujer como protagonista: Les demoiselles d’Avignon. Era el comienzo del cubismo y el trazo pictórico que cambiaría el curso del arte del siglo XX. En plena explosión vanguardista, el aún desconocido artista quebraba el punto de vista gravitacional de la mirada creativa. Una completa ruptura figurativa, más extrema que el impresionismo, que deconstruía el eje de la profundidad de campo y las formas geométricas convencionales de la pintura vigente.
El final es un óleo
El Guernica (1937), que ilustra el bombardeo de la ciudad durante la fratricida guerra española, se convertiría más tarde en otra obra cumbre del artista. Un símbolo del siglo XX para poner de manifiesto los terribles sufrimientos que causan los conflictos sangrientos. “La pintura no ha sido hecha para decorar los departamentos. Es un instrumento de guerra ofensiva y defensiva contra el enemigo”, afirmaba Picasso. Jacqueline Roque fue su segunda esposa y lo acompañaría en los últimos años de su vida. Ella, Garence —la encargada de la casa— y Miguel —su secretario— fueron los testigos presentes del declive causado por su enfermedad: un edema pulmonar sumado a una insuficiencia cardíaca. Picasso falleció en Mougins (Francia) el 8 de abril de 1973 en la casa en la que vivió desde 1961 y donde pintó obras como La Femme aux bras écartés y El rapto de las Sabinas.
Los relojes conocidos del genio
Son las piezas que hemos visto que portaba el pintor en algunas fotos históricas. Un Rolex GMT Master, en la foto con las plumas; abajo, Jaeger-LeCoultre Triple Calendario Fases de Luna; Patek Philippe Ref. 2497; y dos relojes con su nombre que diseñó Michael Z. Berger (MZB).