Georges Kern ha demostrado una vez su demoledor dominio de los tiempos. El consejero delegado de Breitling ha esperado a los últimos días del año para anunciar un movimiento que ha convulsionado a todo el sector: la compra de la mítica firma Universal Genève. En una extensa nota, publicada este martes 12 de diciembre, Breitling detalla varios aspectos de la compra y nos da unos apuntes de cómo trabajarán ambas firmas en el futuro.
Apunta Kern: “Aunque estamos entusiasmados, también somos plenamente conscientes de la tarea que tenemos por delante y del vasto legado que queremos mantener”. Unas líneas más adelante, el propio Kern señala las dificultades que supone un movimiento de esta envergadura y augura años de trabajo hasta conseguir devolver a Universal Genève el prestigio que tuvo en el pasado. Por último, declara que pronto se establecerá un grupo específico de trabajo que permitirá a las dos firmas operar por separado.
La operación se ha realizado con el grupo hongkonés Stelux Group, propietaria de la marca desde 1989. Joseph Wong, presidente y consejero delegado de Stelux, también encuentra espacio en el comunicado para felicitarse por dicha compra y declarar “la óptima situación de Breitling para llevar a Universal Genève al siguiente nivel, al igual que ha hecho con su propia marca”.
Universal Genève, un nombre codiciado
La adquisición de Universal Genève por parte de Breitling es sin duda una buena noticia para todos los aficionados a la relojería. Su escasa actividad en los últimos años contrasta con su enorme legado histórico, uno de los más importantes de toda la industria relojera suiza de los últimos cien años. De hecho, muchos han sido los jóvenes coleccionistas que han redescubierto Universal Genève en los últimos tiempos, como ha quedado patente en el aumento de los precios de sus relojes que de manera periódica aparecen en las subastas.
Los orígenes de Universal Genève se encuentran en Le Locle, en la fundación de la compañía Descombes & Perret en 1894. Aquel mismo año se registra el nombre comercial Universal Watch, que pasó al definitivo Universal Genève cuando la compañía se mudó de Le Locle a Ginebra en 1918.
Creadores de tendencia
Universal Genève siempre ha sido sinónimo de relojes deportivos de complicación, principalmente cronógrafos. De hecho, fue Universal Genève quien estandarizó la configuración del doble pulsador de cronógrafo a partir de la década de 1930. En la siguiente década obtendría un gran éxito comercial con el cronógrafo Tri-Compax, cuyo diseño y estructura de la carátula influyeron en una gran cantidad de modelos posteriores del mercado.
La compañía cuenta además con un icono como el Polerouter. Este reloj fue creado en 1954 en colaboración con la aerolínea SAS, quien necesitaba un reloj de gran resistencia para aguantar las duras condiciones de uso en la ruta recién inaugurada entre California y Escandinavia, por encima del Polo Norte. El diseño del Polerouter fue encargado a un jovencísimo Gérald Genta.
Al igual que tantas otras firmas, Universal Genève sufrió con severidad los efectos de la crisis del cuarzo. En los setenta pasó a manos de Bulova y en los ochenta a Stelux. Bajo su mando, Universal Genève ha mantenido una vida comercial estable, aunque muy alejada del éxito y reconocimiento que adquirió a mediados del siglo pasado.
Qué gana Breitling con Universal Genève
Como amante de los relojes, Georges Kern no ha dejado pasar la oportunidad de hacerse con uno de los grandes nombres de la historia de la relojería. Era una tentación demasiado poderosa. La adquisición de Universal Genève también coloca a Breitling en una posición inédita en la propia historia de la marca, al convertirse en un grupo relojero. Kern había manifestado hasta la fecha sus reticencias para realizar un movimiento de estas características. Ahora hemos visto que la decisión era una simple cuestión de tiempo y oportunidad.
Además de Kern, los aficionados debemos considerarnos muy afortunados con este movimiento empresarial. Pocas personas están tan capacitadas como Kern para sacar todo el potencial a la historia de una firma. Lo hizo primero con IWC y más tarde repitió con Breitling. Ahora le llega el turno a Universal Genève. Con sus conocimientos, experiencia y dotes, el carismático directivo puede hacer verdaderas maravillas con su nuevo “juguete”.
Y qué arriesga Breitling con su compra
Como decíamos antes, la compra de Universal Genève otorga a Breitling una nueva condición de grupo. Es un buen modo de diversificar y segmentar la oferta, al igual que hace Swatch Group de manera escalonada con sus firmas Tissot, Longines y Omega. Es indudable que la firma de Grenchen ya tiene mucho marketing ganado con solo nombrar Universal Genève, que suena a música celestial en los oídos de muchos coleccionistas. Sin embargo, en opinión del autor de estas líneas, tanto por historia, filosofía y prestigio, Breitling y Universal Genève son dos firmas demasiado parecidas para lograr en principio esta diversificación. El equipo de Kern tendrá que trabajar de manera muy inteligente para que, en el futuro, ambas firmas no luchen por los mismos clientes.
Una decisión inevitable
Aunque la ganancia puede ser mucha, también vemos que esta operación no está exenta de riesgo. Entonces, ¿por qué Breitling ha comprado Universal Genève? La razón para nosotros más obvia es el posible riesgo de saturación del catálogo de Breitling. La buena dirección por parte de Georges Kern ha hecho aumentar sus ventas a Breitling durante los últimos años. Ahora nos queda por saber qué cerca está la marca de alcanzar el techo previsto por sus responsables. Según el informe de Morgan Stanley publicado la primavera pasada, se estima que la producción anual de Breitling ronde los 230,000 relojes, con una facturación de 860 millones de francos suizos. ¿Puede Kern y compañía aumentar estas cifras hasta el infinito? ¿O puede que el mejor modo de seguir creciendo en el mercado sea aprovechar el potencial de una firma de prestigio en horas bajas?