Por si algo le faltara a su deslumbrante carrera, Karla Souza se ha convertido en uno de los personajes públicos más importantes que han alzado la voz para apoyar a los atletas mexicanos en los Juegos Olímpicos de París 2024. Es algo que a la amiga de Omega, el Cronometrador Oficial de las Olimpiadas en 31 ocasiones, le nace del corazón. De más joven se entrenó como gimnasta y se emocionó con la clavadista Paola Espinosa y la también gimnasta Brenda Magaña. “Hacía un salto de caballo impresionante”, dijo sobre esta última durante una cena organizada por Omega. “Me acuerdo de haberla visto entrenar, y su disciplina, su desempeño, su fuerza, me marcaron mucho”.
Fast forward a 2022, cuando Prime Video estrenó La caída. Producida y protagonizada por Karla, esta película se inspira en hechos reales para abordar la violencia sexual y la salud mental en el clavadismo mexicano. Karla no solo ganó un Emmy Internacional por su actuación, sino que comenzó una labor intensa para visualizar y atender esos problemas, y para mejorar las condiciones de los atletas. “Cuando hice La caída, me enteré de una cantidad de situaciones que viven los atletas por las que no podía nada más decir: ‘Bueno, ya acabó la película, adiós’. (…) Así que he tocado la puerta de muchas marcas para ver qué podemos hacer para apoyar a los atletas”.
Justo al empezar los Juegos Olímpicos de París 2024, la actriz de Nosotros los Nobles y How to Get Away with Murder lanzó un “manifiesto” para reconocer el esfuerzo de los atletas olímpicos mexicanos. Es parte de una campaña de Corona Cero que apoyará a largo plazo al deporte y los atletas mexicanos.
Asimismo, Karla viajará a la capital francesa con Omega y tendrá una participación especial con el equipo mexicano de Nado Sincronizado, que usará su voz y competirá a partir del próximo 5 de agosto. “Creo que las mujeres van a tener unos grandes resultados en estas Olimpiadas. Y la relación personal que ya tengo con ellas me hace sentir aún más emoción de seguirlas y apoyarlas. Va a ser un momento muy emocional estar en París y verlas”, afirma. Esta fue nuestra conversación con Karla.
Una marca fiel a las mujeres
Tiempo de Relojes: Omega fue la primera marca que a principios de los años 90, con Cindy Crawford y la campaña My Choice, rompió el molde. ¿Cómo vives tu relación con la Omega? ¿Por qué es tu choice? ¿Te identificas con ella?
Karla Souza: Lo que me gusta es que siempre quieren romper algún récord de algo (risas), somos muy afines en eso. Además, hay marcas que desechan a las mujeres cuando ya son más grandes, pero Omega se mantiene fiel a la mujer en todas sus etapas. La mujer no es algo desechable para Omega. Cindy ya es un emblema y su relación va mucho más allá del reloj. Me sentí valorada en el sentido de decir, “no solo tengo que ser la joven del momento”; voy a cumplir 40 en unos años. ¿Qué marcas apoyan a la mujer en todas las etapas? Porque sí se siente bien feo cuando de pronto te das cuenta como actriz que ya te reemplazaron con la más chavita. Habla mucho de la marca.
¿Cuáles son las marcas que realmente piensan en la longitud de la vida de la persona y que tienes mucho que dar? Hay unas que no, nada más quieren a la actriz del momento, y cuando eso se acaba, es como bye. Con Omega es algo mucho más orgánico y real.
TDR: ¿Por qué elegiste un Seamaster Diver 300M?
KS: Cuando fui a conocer todos los relojes, dije: “Mi vida es deporte, hago triatlones, estoy con mis hijos”. Y me dijeron que este modelo es como el 4×4 de los relojes. Pregunté si no era muy grande, pero ahora las mujeres también pueden usar este tipo de relojes. Obviamente para eventos donde hay un vestido de por medio y demás, uso el Aqua Terra.
Equidad olímpica
TDR: ¿Qué opinas de que los Juegos Olímpicos de París 2024 sean los primeros con paridad de atletas hombres y mujeres?
KS: Es un logro impresionante que debemos celebrar y visibilizar, porque siento que no muchos lo saben. Es importante mencionar estos logros, porque inspiran a seguir superando otros desafíos y mejorando otras situaciones que enfrentan las mujeres. Por ejemplo, el hecho de que las deportistas tienen mucho menos visibilidad, que es muy bajo el porcentaje de partidos o deportes con mujeres que se transmiten por televisión. Eso automáticamente repercute en que muchas mujeres no puedan incursionar en el deporte.
Luego está lo que hablábamos en el panel (del Sport Summit México), sobre que una de cada tres mujeres a las que les gustaría hacer deporte no pueden porque tienen el peso de los cuidados en casa. Y todas las cosas que no se visibilizan, como cuidar de los abuelos, de los hijos, de administrar el hogar. Las atletas mujeres tienen todas estas cargas que uno no ve y que quizás no las dejan tener el mismo desempeño que los hombres. Cierto, ya hay equidad en las Olimpiadas, pero no se están compartiendo los cuidados en casa. Y como decía (la clavadista) Azul Almazán, para poder dar un buen resultado, necesitas que todo esté solucionado en tu vida personal.
Con lo que están haciendo ONU Mujeres, el sector privado y el gobierno, apoyando a las mujeres para que tengan esa ayuda en casa, creo que en unos años habrá resultados para que las atletas puedan tener un mejor desempeño y longevidad en el deporte. Acabo de hacer un posteo en mis redes sociales de una corredora que dice que le llegó su regla el día de las pruebas olímpicas. La gente no tiene idea de todas las cosas biológicas que como mujer tienes que cargar y gestionar. Pero creo que se está visibilizando, y las redes sociales están ayudando mucho a lograrlo.
Subirse a la ola
TDR: ¿Cuál es el alcance de tu involucramiento con el Comité Olímpico Mexicano y los atletas?
KS: Cuando hice La caída, me enteré de una cantidad de situaciones que viven los atletas por las que no podía nada más decir: “Bueno, ya acabó la película, adiós.” Yo fui gimnasta de joven y entrené en el CDOM (Centro Deportivo Olímpico Mexicano). A mí me encantaría apoyarlos a todos, pero tengo un alcance mínimo. Así que desde que salió La caída, hace dos años, he tocado la puerta de muchas marcas para ver qué podemos hacer para apoyar a los atletas. O sea, estoy tratando de hacer que las empresas privadas apoyen, pero hay toda una burocracia que lo dificulta.
Obviamente, con las Olimpiadas de pronto hay apoyo. Por eso hay que subirnos a la ola y ayudar a visibilizar y unir. Cuando pasó lo de Time’s Up (movimiento contra el acoso sexual en Hollywood), las actrices llevaban a las activistas a los Golden Globe y tendieron un puente entre estos dos tipos de personas que parece que no tienen nada que ver. Si en México los artistas podemos visibilizar y quizás tomarnos de la mano con los atletas, mucha gente va a conocer sus historias, que son muy inspiradoras. Hay que ayudar a tender ese puente entre los atletas y los artistas para que pueda haber más emoción y apoyo. Es muy importante conocerlos para que te nazca apoyarlos. Eso me pasó a mí. Los conocí, los escuché, me motivaron, me conmovieron y, por lo tanto, mi apoyo viene de una manera muy orgánica, muy natural. Y sé que lo mismo va a pasar cuando los demás los escuchen y los entiendan.
Tenemos algunas sorpresitas de colaboraciones con atletas mexicanas en los Juegos Olímpicos. Pero lo que estamos tratando de hacer es que el apoyo no sea nada más por las Olimpiadas, sino que dure más. Lo vemos en otros países, donde, por ejemplo, hay una alberca impresionante que donó tal persona. Las instalaciones deportivas en México podrían tener una actualización importante, y sería bueno que fuese una responsabilidad de todos. Hoy estuve en el Comité Olímpico Mexicano y, de verdad, las instalaciones necesitan estar a la altura de lo que están haciendo los atletas. Creo que el sector privado podría apoyar a que eso suceda.
Sus primeras Olimpiadas
TDR: Estos son los primeros Juegos Olímpicos a los que asistirás, ¿qué esperas de la experiencia?
KS: Voy a llorar como bebé. Desde niña hay algo con las Olimpiadas que me ha marcado muchísimo, yo creo que por eso le eché tantas ganas a entrenar, a hacer La caída. Me parecía impresionante que en México no hubiera películas de ficción sobre el deporte, solo documentales. Me encantaría que se haga más cine de ficción del deporte, porque hay muchas tramas. Pero creo que ir a las Olimpiadas va a ser muy emotivo, voy con mi bebé y mi marido, y estamos muy emocionados.
TDR: México es la economía 12 del mundo, pero en el medallero olímpico está mucho más abajo. Como promotora de la inclusión de la mujer y el desarrollo del deporte, ¿qué reacción te provoca esto?
KS: Mucha rabia, porque son oportunidades desaprovechadas. Hay muchísimo poder adquisitivo en México y no sé por qué no han invertido en nuestros deportistas, cuando es negocio. Otros países lo han hecho y es negocio, entonces no sé por qué… Sí lo sé: la corrupción en nuestro país es un tema muy importante que no podemos evadir. Creo que la corrupción afecta muchísimo hasta ese punto que mencionas. Es una de las grandes razones del porqué deberíamos estar quizás más arriba (en el medallero). No creo que sea por un desempeño menor de los atletas, es por otras razones.
Alzar la voz
TDR: ¿Hay un paralelismo entre lo que ocurre con el deporte en México y lo que sucede con tu profesión?
KS: En el cine casi nos quitan el apoyo del Eficine. Cuando la gente no valora el arte y no cree que sea necesario para una sociedad, pues entramos todos en pánico. El arte es algo sumamente valioso y necesario, al igual que el deporte. Los jóvenes que hacen deporte van a tener una vida mejor, más larga, más sana. Hay mil datos que apoyan el hecho de que como sociedad deberíamos apoyar el deporte.
Pero hay mucha burocracia, muchos intereses que tal vez frenan ese apoyo al deporte. Con La caída intenté visibilizar uno de los temas que se quieren encubrir, para darle voz a la gente que quizás no la tenga y apoyar a los que no tienen apoyo. Porque los atletas no pueden hablar porque se les quita la beca. Entonces somos nosotros los que tenemos que alzar la voz, ellos no pueden.
TDR: ¿Sientes que a partir de La caída hubo avances en los temas de violencia sexual y salud mental en el deporte?
KS: Sí, Azul Almazán creó una organización, Respeto 360. Ella desarrolló un protocolo para la prevención del abuso y para crear espacios seguros para los deportistas en México, y eso no existía antes. Creo que sucedieron suficientes movimientos para que la gente entendiera qué estaba pasando, se dieron cuenta que ya no es algo que pueden esconder o evadir, y que es un asunto que tienen que proteger. Sí hubo un cambio importante en ese sentido después de la película.
A dejarlo todo
TDR: ¿Dirías que tienes mentalidad de deportista?
KS: Creo que sí. Azul dijo que hay una parte genética. No sé si es parte genética, parte… mi papá me despertaba a las cinco de la mañana para ir a correr y meterme al lago de agua fría para llegar a la escuela con la cabeza oxigenada. Antes de ir a una competencia me “coucheaba” mi mentalidad. Creo que gracias a él tengo como esa mentalidad competitiva de desempeño de atleta. Y quieras o no, la actuación es eso.
El otro día tuve un llamado de 15 horas y tuvimos que repetir una escena muy difícil, emocional y vulnerable como 30 veces frente a 100 personas. Es una disciplina que te hace decir: “Lo voy a dar todo, lo voy a dejar todo”. La gente quizás no lo ve, pero actuar requiere mucha disciplina, es un músculo, y tienes que estar sano. Hay muchísima frustración, muchos fracasos y puertas cerradas. De alguna manera son dos mundos muy similares y creo que por eso tengo esa afinidad con los deportistas.