El Museo Franz Mayer de la Ciudad de México fue el escenario de excepción que reunió arte y alta relojería. El pasado jueves tuvo lugar la inauguración de la muestra La casa irracional. Pedro Friedeberg. Arte y Diseño, que reúne obras de Pedro Friedeberg, el último de los surrealistas mexicanos vivos.
El excéntrico artista ha sido cómplice con Corum de dos modelos Bubble convertidos en arte gracias a su genio y su perspectiva original. Así nacieron Bubble Arcimboldo, tributo al italiano Giuseppe Arcimboldo (1527-1593), célebre por sus pinturas trompe l’oeil (trampantojo) de animales, flores y frutas que forman rostros humanos, y Bubble Piranesi que honra al maestro grabador y arquitecto italiano Giovanni Battista Piranesi (1720-1778), reconocido por sus aguafuertes de Roma y de prisiones laberínticas. Ambos fueron grandes influencias para el surrealismo y para Friedeberg.
En estos relojes se aprecian los motivos geométricos característicos del artista nacido en Italia en 1936 y residente en México desde niño, que producen un efecto hipnótico distorsionado por el cristal de zafiro de 18.8 mm de grosor. En Bubble Arcimboldo, unos pergaminos enmarcan el logo de Corum a las 12 h, mientras que en Bubble Piranesi hay una reproducción miniatura de una “Mano Silla”, la creación más conocida de Friedeberg. Las cajas de los dos modelos miden 47 mm y están recubiertas en PVD negro.
Héctor Rivero Borrell, director del recinto cultural, fue el maestro de ceremonias que inauguró la exposición. Alejandro Sordo y Karina Ruiz son los curadores. La exhibición se remonta a los inicios de la famosa “Mano-Silla”, la obra más reconocida del autor. Alrededor de 500 personas acudieron a la inauguración de la muestra, que tuvo como invitado de honor al propio artista. Él mismo fue el guía de sus creaciones.
Varias personalidades de la sociedad mexicana se dieron cita además del Friedeberg. Raquel Bessudo, Alejandro Sordo, Patricia España de la Cuesta, Evangelos Matikas, Nicolás Mouric, entre otros.