Blancpain eleva el arte de la sonería con el Grande Double Sonnerie

La manufactura presenta una primicia mundial en forma de sonería de doble melodía. El usuario puede elegir cuál de ellas suena con un pulsador situado a la izquierda de la caja. Blancpain únicamente fabricará dos unidades del Grande Double Sonnerie al año.

El tiempo empleado en su realización confirma la magnitud del proyecto: han pasado diez años desde que Marc A. Hayek, presidente de Blancpain, propusiera al equipo de la manufactura la creación de una gran sonería, una complicación hasta ahora inédita en su catálogo. Aunque no debía ser una sonería convencional. “Marc nos pidió que fuera algo único, algo que nadie se hubiera atrevido a realizar hasta ahora”, comenta Christian Lattmann, vicepresidente de producto de la firma.

No era el único requisito de Hayek: el reloj también debía ser cómodo y seguro, capaz de ser manejado por su usuario sin temor a romperlo. Por encima de todo, el proyecto respondía a la voluntad de la firma de recuperar el dominio de las complicaciones clásicas. Un arte relojero Blancpain demostró en su renacimiento de principios de los años ochenta con las famosas seis obras maestras y su posterior agrupamiento en el mítico 1735. Menudo reto se presentaba al equipo de Blancpain. Hoy, por fin, tenemos la pieza aquí y podemos afirmar que las expectativas de Hayek se han visto ampliamente superadas. Estamos ante el reloj de pulsera más complicado en la historia de Blancpain.

Una complejidad conceptual

La complejidad del Grande Double Sonnerie es más conceptual que material, y eso que hablamos de un movimiento con 1.116 componentes. No, su excepcionalidad es mucho más que un número. Comenzamos por el hecho de ser una sonería, considerada la complicación más elevada de la Alta Relojería. Al igual que una repetición de minutos, la sonería indica la hora mediante una secuencia sonora, aunque lo hace de manera automática y sin necesidad de interactuar con el reloj. A partir de aquí, la sonería incluye la modalidad de gran sonería y pequeña sonería.

El selector de la izquierda permite elegir el sonido del reloj. El pulsador inferior, la melodía preferida.

La grande reproduce cada cuarto de hora con una secuencia de golpes de martillo para las horas y una secuencia de cuartos con la melodía Westminster. La pequeña se limita a indicar la hora en los cuartos con la melodía y la secuencia completa a las horas en punto.

Hasta aquí, el Grande Double Sonnerie no se diferencia de las creaciones de la competencia. Lo que sí lo hace único es que sea el primer reloj del mundo con dos sonerías diferentes, una decisión tomada por el equipo de la manufactura como respuesta a la propuesta de Hayek de hacer algo nunca visto antes. El usuario simplemente debe pulsar un botón para elegir cuál de ellas quiere que suene. La nueva melodía ha sido compuesta nada menos que por Eric Singer, batería del grupo KISS y amigo de la marca desde hace tiempo.

El indicador B y W muestra cuál de las dos sonerías es la elegida por el usuario.

Para conseguir una total sincronía entre las dos melodías, la composición de Singer debía tener las mismas cuatro notas que la secuencia Westminster y ser ejecutada con el mismo tempo. Una vez conseguida, el equipo de Blancpain diseñó dos piezas de cuartos, una para cada melodía, de ejecución intercambiable mediante una rueda de pilares similar a las usadas en los cronógrafos. Una solución de lo más ingeniosa.

El sonido perfecto

Una vez ideado el sistema de doble sonería, el trabajo se centró en conseguir el mejor sonido posible. El equipo de la manufactura investigó qué materiales eran los más adecuados hasta dar con la combinación de cuatro martillos de acero y tres gongs, uno de doble curvatura, en oro rosa. La propagación del sonido al exterior también era un elemento clave. El equipo tenía claro que el cristal de zafiro superior debía ser protagonista y para ello ideó un dispositivo original: una membrana de oro fijada en el interior del cristal y ubicada bajo el bisel, que actúa como la caja de resonancia.

El ajuste de los timbres de oro rosa se realiza con una precisión de micrones hasta dar con la tonalidad perfecta.

A pesar de este complejo sistema, el Grande Double Sonnerie ofrece una hermeticidad de 10 metros. El dispositivo se completa con un regulador magnético que no solo funciona en silencio absoluto, sino que consume apenas la mitad de energía que los reguladores usados en las sonerías tradicionales.

Primer plano del pulido espejo de uno de los cuatro martillos de la sonería.

El sistema de sonería cuenta con su propio barrilete, que proporciona también la energía para la repetición de minutos. Con una carga total, el reloj es capaz de funcionar en modo gran sonería durante 12 horas. Un segundo barrilete se encarga de proporcionar la fuerza para el resto de las funciones, con una reserva de marcha estimada en 96 horas. La consulta de ambas reservas está disponible en dos indicadores situados en el fondo del movimiento.

Un calendario integrado

Como buena gran complicación, el Grande Double Sonnerie se acompaña de dos complicaciones más. Una es un calendario perpetuo. De nuevo las exigencias de Marc A. Hayek fueron muy estrictas a la hora de conseguir un calendario fácil de leer y manejar por parte del usuario. Para el equipo de la manufactura se presentaba el problema añadido del gran espacio ocupado por el mecanismo de la sonería. Si se optaba por una solución tradicional de fabricación por capas, el movimiento resultante hubiera sido extremadamente alto. El único camino posible era diseñar un calibre integral, sin relación alguna con los movimientos fabricados hasta ahora por Blancpain.

Primer plano del indicador retrógrado de fecha del calendario perpetuo, acompañado del tourbillon volante.

Partir de cero supone un trabajo extra para el equipo de desarrollo, pero también la oportunidad de hacerlo acorde con las necesidades concretas del reloj. Como vemos en las imágenes, el calendario perpetuo ofrece una disposición muy original, con dos contadores en el lado derecho de la carátula y un indicador retrógrado para la fecha que recorre la mitad izquierda, justo encima de los martillos de la sonería. Además, el reloj incorpora un tourbillon volante, una complicación muy vinculada a la historia de Blancpain, ya que fue la primera firma en usarlo en un reloj de pulsera en 1989. Los ingenieros han elevado la frecuencia del tourbillon volante de 3 a 4 hercios, además de incorporarle un escape de silicio, algo necesario dada la presencia de imanes en el dispositivo de sonería.

Acabado personalizado

El complejo desarrollo del Grande Double Sonnerie merece un acabado a la altura. Blancpain cuenta para conseguirlo con todo el equipo de Alta Relojería de su manufactura en Le Brassus. Fueron ellos quienes eligieron el oro como material de fabricación tanto de la platina como de los 26 puentes del movimiento. Como manda la tradición del valle de Joux, todos los ángulos interiores de los puentes están pulidos a mano en una tarea imposible de realizar mediante máquinas. Perlados, Côtes de Genève y acabados espejo son otras de las decoraciones presentes en la superficie del Calibre 15GSQ.

Todos los ángulos interiores de los 26 puentes del calibres han sido limados a mano con una varita de genciana.

Una vez dispuestos todos los componentes, cada reloj es ensamblado por un único relojero en una labor que puede prolongarse durante doce meses. Como la manufactura cuenta con solo dos relojeros entrenados para montar el Grande Double Sonnerie, la producción se limitará a un par de piezas al año, con un precio estimado de 1,7 millones de francos suizos. El cliente que quiera adquirir uno tendrá que armarse de paciencia, aunque también tendrá la oportunidad de personalizarlo a su gusto, con la opción de elegir la caja entre oro blanco o rosa. Incluso la firma ofrece la posibilidad de que el comprador elija su propia melodía en lugar de la compuesta por Eric Singer. Está claro que Blancpain ha vuelto a entrar por la puerta grande en el mundo de las complicaciones al firmar uno de los mejores relojes del presente siglo.

La colección Villeret está de vuelta

El Grande Double Sonnerie devuelve a la actualidad la colección Villeret en lo que entendemos que es una cambio de etapa dentro de Blancpain. “Cada colección necesita una puesta al día cada diez años. En el caso del Villeret se ha retrasado un poco a causa de la pandemia”, comenta Marc A. Hayek durante la presentación del reloj. “Y creo que es el momento exacto. Los últimos años hemos estado muy centrados en la consolidación del Fifty Fathoms y con el lanzamiento de las últimas versiones de 38 milímetros”. Opina Hayek que Villeret debe representar la imagen más clásica de Blancpain en su espectro más amplio, tanto en diseño de cajas como en acabados y, por supuesto, complicaciones. Aunque el Grande Double Sonnerie es demasiado especial para considerarlo parte de una colección, sí es verdad que anuncia una nuestra apuesta por las complicaciones, de la cual tendremos noticias muy pronto. 

Tiempo de Relojes

Tiempo de Relojes, de Ediciones Tourbillon, es la plataforma de comunicación de referencia en alta relojería en español. Fundada por Carlos Alonso, Tiempo de Relojes nació como revista en 1996 y celebró su 25° aniversario en 2021.

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