Gusta realmente su apariencia, estilo y sus acabados. Un reloj innovador y deportivo muy sólido para poder usarlo cada día y que rompe el paradigma clásico de los guardatiempos con tourbillon. La jaula del dispositivo antigravedad de este De Ville puede seguir girando sin dificultad ante un campo magnético de 15,000 gauss. Así certifica Omega por primera vez un tourbillon con el sello Master Chronometer.
Es un desarrollo técnico muy sofisticado. Y, para ello, el dispositivo antigravedad ocupa justamente el protagonismo en la posición central de la carátula con una única manecilla que cuenta los segundos. La jaula está fabricada en titanio —con aplicación de cerámica— de color negro y terminada con pulido a mano.
De Ville Tourbillon monta el calibre co-axial Master Chronometer 2640, que exhibe en el fondo un indicador de reserva de marcha de tres días. Los puentes y las platinas son de oro Sedna y presenta decoración manual realizada artesanalmente.
Del mismo modo, se emplea el oro Sedna en la carátula con un efecto brillante y tratamiento final en PVD negro. Para el logo y la corona, se ha utilizado el oro Canopus, una aleación de oro blanco más brillante, longeva y resistente al desgaste. Omega De Ville Tourbillon se lanza en 43 mm y viste correa negra de piel.
La firma de Biel ha conjurado a un equipo de maestros relojeros para el desarrollo y la fabricación de esta pieza. Omega creó en 1947 su primer tourbillon con grandes registros de cronometría. Casi 50 años después, presentó en 1994 el primer reloj de pulsera automático con tourbillon central, el mismo display que ahora adopta. Más tarde, en 2004, produciría el primer reloj de pulsera con dispositivo antigravedad con certificación Chronometer. Este nuevo De Ville llega con el sello Master Chronometer finalmente. Omega De Ville Tourbillon no es una edición limitada, sino una edición numerada. Y cuenta con garantía de cinco años.