Hay momentos en que un evento deja de ser simplemente una feria comercial y se convierte en otra cosa, en un espejo que refleja hacia dónde se dirige una industria. Dubai Watch Week 2025, celebrado del 19 al 23 de noviembre en el Burj Park, fue uno de esos momentos cruciales.
Bajo lo imponente delBurj Khalifa, con las fuentes de Dubái danzando al atardecer, más de 90 marcas relojeras se reunieron en lo que se ha convertido en uno de los eventos más celebrados del calendario relojero internacional. No es el más grande, ni el más antiguo, pero sí el más genuinamente celebrado por quienes realmente importan: los creadores, los coleccionistas apasionados, los relojeros independientes y esa comunidad escasa que entienden que un reloj es algo más que un lujo o una inversión financiera.
Las cifras cuentan: 49,000 visitantes en cinco días, más del doble que la edición de 2023. Un incremento del 46% en marcas participantes respecto a hace dos años y el doble de espacio pero aún como un paseo cómodo. Lo verdaderamente notable de DWW’25 fue su atmósfera. El salón logró algo muy difícil: preservar el contacto humano, la conversación espontánea, el encuentro casual, un espacio donde las relaciones personales todavía importan más que los protocolos.
Aquí está Dubái, una ciudad sin tradición relojera, sin manufacturas, sin siglos de savoir-faire, organizando el salón que mejor captura el espíritu de la haute horlogerie contemporánea. La ciudad brilla 24 horas al día, las opciones gastro internacionales son infinitas, la seguridad es absoluta, y los hoteles están diseñados para este tipo de eventos. Hay una coherencia que hace del contexto un aliado natural del contenido. Como dice Ariel Adams: “la cultura alrededor de cómo se presentan los productos hace una diferencia real cuando se trata de atraer compradores” y DWW, un evento BtoC perfecto, entiende que la experiencia es tan importante como los relojes exhibidos.
El triunfo de lo humano
Pero DWW no solo es una cuestión de clima agradable y entorno de lujo. La familia Seddiqi ha cultivado durante una década una escala donde todavía es posible el encuentro entre personas que comparten una pasión. Este año uno podía tropezarse con Thierry Stern de Patek Philippe almorzando en Nara in the City, el restaurante italiano pop-up que se convirtió en el lugar de encuentro. Philippe Dufour, François-Paul Journe, Jean-Claude Biver, Kari Voutilainen caminaban por los pasillos, accesibles, dispuestos a conversar.
No había cordones de seguridad que separen a los VIPs del público y esta accesibilidad no es accidental. Es el resultado de una curaduría cuidadosa que equilibra a los grandes grupos con los independientes y micromarcas. Greubel Forsey, MB&F, De Bethune y H. Moser & Cie. compartían protagonismo con Kurono Tokyo, Studio Underd0g, Atelier Wen y Beda’a. La mezcla era deliberada y en 2025 el valor de una marca no se mide solo por su tamaño sino por su capacidad de generar deseo.
Las masterclasses fueron otro indicador del ADN educativo de DWW. Clases sobre creación de mosaicos, pintura de lume o el revolucionario Roller System de Bovet, pintura en miniatura de La Fabrique du Temps con los espacios desbordados de asistentes.
El momento Rolex
Si había dudas de qué representa DWW en el ecosistema global relojero, Jean-Frédéric Dufour la disipó el primer día. El CEO de Rolex, notoriamente reticente a apariciones públicas, protagonizó la conversación inaugural junto a Abdul Hamied Seddiqi, presidente de Seddiqi Holding, moderada por Wei Koh de Revolution. La sala estaba abarrotada porque cuando el CEO de Rolex elige un evento para hablar, ese evento importa. Dufour habló durante 45 minutos con una franqueza inusual, revelando detalles operativos que Rolex tradicionalmente guarda celosamente: 1,900 relojeros dedicados exclusivamente a servicio postventa; más de 2,000 ingenieros; 85 doctores en investigación y desarrollo; 500 aprendices en 26 disciplinas diferentes, una inversión anual de 100 millones de francos en renovación de maquinaria para mantener una edad promedio de equipamiento de apenas ocho años.
Más allá de los números, Dufour articuló algo fundamental sobre el momento que vive la industria. Utilizó una metáfora automotriz particularmente reveladora: “Los autos solían ser sueños. Hoy son herramientas”. Su advertencia es que la relojería no puede permitirse ese mismo destino. “La gente debe trabajar en una industria que los haga soñar”, enfatizó. Los grandes eventos como DWW y Watches & Wonders son esenciales para mantener el sector atractivo para la próxima generación de talento, señaló.
Su posición sobre Apple Watch también fue interesante: “Es un teléfono que llevas en la muñeca“. Pero lejos de verlo como amenaza dijo que los smartwatches han introducido a toda una nueva generación al concepto de usar algo en la muñeca y prepara el terreno para una eventual apreciación de la relojería mecánica. Sobre distribución, Dufour fue categórico: la adquisición de Bucherer fue oportunista, no estratégica. “Es una parte muy pequeña de nuestra red de distribución, no tenemos intención de expandirnos más allá”. El modelo Rolex seguirá siendo el de asociación con distribuidores autorizados de confianza. Lo llamó “una receta mágica” que ha funcionado durante generaciones.
También reveló el uso extensivo de IA en Rolex, no para reemplazar el toque humano en servicio al cliente o decisiones creativas, sino para programar máquinas con mayor eficiencia y precisión. “La IA mejora la capacidad humana”, aclaró, “pero cuando llamas a servicio postventa de Rolex no será la IA quien te responda”. El hecho de que Dufour eligiera DWW para esta conversación tan abierta dice todo lo que necesita decirse sobre el respeto que el evento ha ganado en apenas una década.
La mesa redonda de los CEOs
Si Dufour fue el golpe de efecto del día uno, la mesa redonda de CEOs del mismo día fue algo sin precedentes. Reunir en una misma mesa a Georges Kern, Karl-Friedrich Scheufele, Ilaria Resta y Julien Tornare, moderados por Andy Hoffman de Hodinkee, representó un momento único de honestidad colectiva. Se habló sobre los desafíos reales que enfrenta la industria. Kern utilizó su habitual metáfora aeronáutica: “Una marca debe ser como un avión con cinco motores representando los principales mercados globales. Si un motor falla, al menos tienes cuatro más. Pero ahora tenemos dos o tres motores donde el mercado no es como debería ser… estamos en una tormenta perfecta”.
El CEO de Breitling articuló la diferencia fundamental entre la relojería y los autos: “Miren la industria automotriz… hoy es cada vez más una commodity. Con el auto eléctrico pierdes las emociones, la sensación del motor, incluso el olor. Compras un auto para ir del punto A al punto B; los relojes son todo sobre emociones. Todos recordamos el primer reloj que recibimos. Nadie está coleccionando Apple Watches“.
Resta, de AP, fue directa sobre lo que realmente importa: “También tenemos una red minorista significativa que nos ayuda a estar en contacto con nuestros clientes, pero esto no es suficiente. Necesitamos momentos y plataformas para encontrarnos con los clientes de manera auténtica”. Citó el AP Lab experimental en Japón, un espacio no comercial donde no se venden relojes, como ejemplo de cómo cultivar relaciones genuinas con personas interesadas en la relojería, sean o no compradores potenciales inmediatos.
Scheufele habló sobre la importancia de las intervenciones personales y se refirió a la reciente visita de líderes de la industria suiza a la Casa Blanca para negociar aranceles: “Funcionó porque fue una intervención personal, al nivel correcto, con el grupo correcto de personas”.
Julien Tornare habló sobre perspectiva y agilidad: “Necesitamos tener una visión de largo plazo, necesitamos mantener la línea y cambiar todo el tiempo, porque los clientes necesitan verse reflejados en la marca. Y necesitamos ser más ágiles y flexibles, y aprovechar oportunidades cuando llegan”.
Los lanzamientos
DWW 2025 fue también un escaparate de producto. El Chopard L.U.C Grand Strike representó quizás la pieza técnica más ambiciosa de la semana. KFS la describió como el reloj más complicado que Chopard haya producido, con gongs de zafiro que producen un sonido cristalino. La colaboración Ulysse Nardin x Urwerk, el UR-FREAK, fue otra de las piezas. Combinar el sistema de satélites de hora errante de Urwerk con el movimiento rotativo sin manecillas del Freak en un solo calibre integrado nunca se había visto.
Urwerk x Ulysse Nardin
UR Freak une las horas errantes de Urwerk con el calibre de carrusel del Freak de Ulysse Nardin.
TAG Heuer
Monaco Split-Seconds Chronograph Air 1: nueva tecnología aeroespacial Selective Laser Melting.
Girard-Perregaux presentó el Laureato Three Gold Bridges, para celebrar el 50 aniversario de la colección. H. Moser & Cie. presentó el Streamliner Perpetual Moon Concept Meteorite con meteorito Gibeon genuino en fumé de oro rosa. TAG Heuer mostró el Monaco Chronograph Split-Seconds Air 1, un cronógrafo rattrapante de apenas 85 gramos. Bvlgari reveló el Octo Finissimo en colaboración con el artista emiratí Mattar bin Lahej, explorando la caligrafía. MB&F lanzó dos nuevas versiones del HM11 Art Deco con diales azul y verde. Tudor sorprendió con el Ranger de 36mm en dial “Dune White” que evoca el rarísimo Rolex Explorer “Albino”, el reloj más accesible de Tudor con movimiento de manufactura.
Bvlgari
El Octo Finissimo Mattar Bin Lahej ha sido intervenido por el artista emiratí del mismo nombre.
Girard-Perregaux
Laureato Three Gold Bridges fusiona estilo sport y arquitectura de movimiento de tres puentes.
H. Moser & Cie.
El Streamliner Perpetual Moon Concept Meteorite combina meteorito de Gibeon y acabado fumé.
Pero también fueron reveladoras las múltiples ediciones limitadas para celebrar el 75 aniversario de Ahmed Seddiqi & Sons: Gerald Charles, HYT, H. Moser & Cie., Nivada Grenchen con numerales árabes orientales vintage, Hublot con motivos árabes, De Bethune, Ferdinand Berthoud, Greubel Forsey, Parmigiani Fleurier con dial de coral, Doxa, Girard-Perregaux y Vyntage… El mensaje era claro: Ahmed Seddiqi es un jugador de la industria cuya influencia las marcas más importantes reconocen.
Bennahmias y la autocrítica necesaria
Una de las características más valiosas de DWW es su disposición a dar espacio a voces críticas. François-Henry Bennahmias, ex-CEO de Audemars Piguet y ahora al frente de The Honourable Merchants Group, protagonizó un panel titulado provocadoramente “Fresh Eyes on Old Dials: A Critique of the Watch Industry”. Bennahmias no se anduvo con rodeos. Cuando Jason Bevan le preguntó sobre el estado de la industria del lujo relojero el ex CEO de AP invitó a un asistente del público al escenario y le pidió que demostrara dos posturas: una defensiva y una victoriosa.
Fue una ilustración inmediata de cómo las empresas responden en tiempos de dolor o abundancia. “Algunas de estas marcas han estado en el negocio durante casi 200 años y han experimentado múltiples crisis. Así que no es la primera vez, y no será la última”, dijo. Cuando el moderador le preguntó qué aspectos de la industria necesitan ser desafiados, Bennahmias miró a su propio pasado: “Cuando hice el dial con Jay-Z en 2005, en ese momento no había ni una sola posibilidad de ver la alta relojería casada con el hip hop. Poder cruzar ese puente fue un cambio de juego. No olviden, la mayoría de las personas en esta sala que ahora llevan sneakers. Hay que ir a nuevos campos“.
El futuro ya está aquí
Una de las revelaciones más fascinantes de DWW 2025 fue el resultado de la colaboración entre AP y la Dubai Future Foundation: un dispositivo inteligente que automáticamente ajusta y da cuerda a calendarios perpetuos de AP que representa una nueva categoría de objeto relojero. ‘The Box’ utiliza ingeniería mecánica, robótica e IA para hacer que ajustar un calendario perpetuo sea simple. Es un ejemplo de cómo la tecnología puede servir a la relojería tradicional sin suplantarla.
Otra iniciativa que vimos en Dubai es el compromiso de cultivar nuevos talentos. El concurso Design. Defend. Win, organizado en colaboración con Grail Watch, invitó a diseñadores emergentes a crear relojes de forma no convencional. De 16 propuestas, tres finalistas fueron seleccionados para producir prototipos funcionales y presentarlos ante un panel de jueces y una audiencia en vivo. Los finalistas fueron Mazzucato Watches, con dos movimientos japoneses montados verticalmente, el Square by Square de Hanhart, inspirado en geometría hiperbólica y curvatura del espacio-tiempo, y el Mark 0 Machina Solis de Fam Al Hut, un objeto de mitad reloj de bolsillo, mitad reloj de escritorio, con indicación de constelaciones en tiempo real. El ganador fue Fam Al Hut, el relojero chino que recientemente ganó el premio Audacity en el GPHG.
La pregunta que nadie quiere hacer
Hay una pregunta que circula en conversaciones privadas: ¿puede DWW crecer sin perder lo que lo hace especial? En 2015 el salón comenzó con 14 marcas, un evento íntimo para insiders. En 2023, había 62 marcas y 23,000 visitantes. En 2025: 90 marcas y 49,000 visitantes. Esto es: casi 10,000 visitantes diarios. Y aquí está el dilema: ¿cuántos de sus visitantes pudieron conversar con Philippe Dufour o FP Journe? ¿Cuántos lograron entrar a las masterclasses? La respuesta es una minoría. Y el riesgo que DWW enfrenta es si continúa el crecimiento sin límites definidos. La propia documentación oficial menciona zonas especializadas VIP como los Horology Forums, lo que indica que ya existe cierta estratificación de la experiencia.
La presencia de celebrities como John Mayer, Mbappé, Hasbulla, y especialmente la visita de Sheikh Mohammed bin Rashid Al Maktoum, gobernante de Dubai, hace cambiar la dinámica hacia los protocolos pero aún con notable naturalidad. Y hay que celebrar que todavía todo fluye. 2027 será significativamente más desafiante sobre cómo crecer sin perder la esencia. Hind Seddiqi ya reveló durante su discurso de apertura que “el objetivo para DWW es evolucionar hacia una plataforma global durante todo el año“.
DWW ha tallado un nicho donde la conversación importa tanto como el producto, donde las relaciones personales se priorizan sobre las transacciones comerciales. Y así como Watches & Wonders, un evento BtoB, no debería replicar la intimidad de DWW, DWW no debería aspirar a convertirse en una feria masiva de lanzamientos de productos. Ambas son complementarias y necesarias.
El respeto por lo que la familia Seddiqi ha logrado es universal. En solo una década han construido un acontecimiento insustituible en el calendario global de la relojería. Jean-Christophe Babin, CEO de Bvlgari y de la división de relojería de LVMH, lo expresó perfectamente: “Para mí este es ya un evento internacional de primer nivel. Tiene todos los ingredientes. Difícilmente podríamos hacerlo mejor. Este es el comienzo de una nueva era para la relojería”. El verdadero test llegará en 2027. Pero ya es un hecho que la familia Seddiqi ha creado algo extraordinario, un salón donde la relojería se celebra con todo aquello que el dinero solo no puede comprar.