“Este reloj (SP One) abre una nueva vía que oscila entre la pureza y la sofisticación”

Eric Giroud está detrás SP One, el último lanzamiento de MB&F, el más clásico hasta ahora. Hablamos con él del nuevo reloj y de su trayectoria independiente con más de 50 firmas relojeras.

Eric Giroud es uno de los diseñadores independientes más prestigiosos y creativos de la industria. Aunque ha trabajado para más de 50 marcas, es el creador detrás de todas las creaciones de MB&F. Lo entrevistamos sobre su último diseño en la firma del iconoclasta Max Büsser, SP One, su apuesta más clásica. Este reloj inaugura una nueva colección en la casa relojera que traduce como Special Project (SP).

Además, Giroud ahonda en esta charla sobre su trayectoria, sus diseños y su visión sobre la creatividad en tiempos de la IA y la llegada de nuevas generaciones. El creativo, también arquitecto y amante del arte y la música, ha trabajado para variadas firmas, entre ellas: Badollet, Bertolucci, Boucheron, C3H5N309, Delaneu, Gérald Genta, Harry Winston, Heritage, Louis Erard, Manufacture Royale, MCT, Mido, Speake Marin, Rebellion, Schwarz Etienne, Swarovski, TAG Heuer, Tissot, Universal Genève, Vacheron Constantin, Van Cleef & Arpels. No puede mencionar a muchas por cuestiones de confidencialidad. Versátil hasta el extremo asegura contar unos 300 diseños en su haber, a razón de 10 al año durante 25 años. Y advierte: “a mí me gusta lo clásico, no soy un tipo excéntrico”.

Eric Giroud –¿Cómo surgió la idea para el primer diseño clásico al estilo MB&F del SP One?
TDR: La idea principal vino de un boceto de Max con tres círculos dentro de un reloj redondo. A partir de ahí, la idea general fue crear un reloj de 38 mm de diámetro con un enfoque estilístico muy elegante. Max y yo llevábamos años soñando con crear un reloj elegante, altamente sofisticado, con un planteamiento mecánico sencillo en cuanto a funciones, pero muy elaborado en diseño y ejecución.

–¿Crees que la respuesta positiva del público al SP One marca el inicio de una etapa con diseños más clásicos para MB&F?
En MB&F existe un deseo real de crear relojes innovadores en términos de diseño. Ya hay varias líneas de relojes, y el SP One abre un nuevo campo de expresión. Este enfoque más depurado es el resultado de cierta madurez y de una colaboración de 20 años.

No creo que el SP One sea un reloj clásico, sino más bien un reloj con líneas muy limpias y detalles sofisticados. Este reloj abre una nueva vía que oscila entre la pureza y la sofisticación. No puedo ocultar mi entusiasmo por los proyectos futuros, porque este tipo de propuesta me atrae enormemente: “Hacer mucho con muy poco” es un ejercicio estimulante y gratificante. Pienso en la famosa cita de Mies van der Rohe: “Menos es más”, que ilustra muy bien este reloj.

–Desde la perspectiva de un diseñador que ha trabajado para muchas marcas y proyectos en el siglo XXI, ¿crees que deberíamos cerrar la era del concepto experimental de principios del siglo XXI y apostar por diseños más sostenibles que aspiren a convertirse en íconos?
Desde un punto de vista global, hemos pasado por varias etapas en el diseño relojero en los últimos años. Hubo un periodo de “Concepto” y ahora estamos en un periodo de “Imagen”. Consumimos muchas imágenes, por ejemplo en las redes sociales, así que un enfoque más claro capta nuestra atención en una fracción de segundo.

El descubrimiento de un nuevo reloj debe producirse muy rápido a través de las “imágenes”, y después su verdadero descubrimiento ocurre cuando lo tenemos físicamente. Sobre el tema de los “iconos” en relojería, solo hay dos factores que los determinan: el tiempo y los clientes que usan los relojes. Así que el futuro nos dirá cuáles serán los íconos de mañana…

–¿Qué factores destacan en el SP One?
El elemento más distintivo y fuerte de este reloj es la elegancia y suavidad de las formas que componen la caja. El objetivo era que la caja resultara muy suave y sensual al sostener el reloj en la mano. Más allá de la elegancia de la caja, también hay una voluntad de generar un grado de descubrimiento del conjunto en varias etapas, mediante la búsqueda del detalle en cada uno de los elementos que conforman el reloj.

– Como diseñador de todos los modelos de MB&F, ¿cuál es tu favorito?
El SP One, sin duda, porque este reloj refleja mis gustos personales y, evidentemente, los proyectos en los que estamos trabajando con los equipos de MB&F.

En general, ¿cómo son tus diseños más recientes?

Me enfoco en el trabajo sobre la esfera, inspirado por la alta costura. Aunque el MB&F HM11 Architec se inspira en la arquitectura, en una casa de cuatro habitaciones muy icónica de 1969 (Breton House, de Charles Haertling).

Pero, por otro lado, el trabajo del reloj M.A.D 1 de MB&F es completamente diferente a lo que hice en Mosaïque II para Barbier-Mueller, con movimiento de F.P. Journe. Ha sido muy interesante participar en esta colaboración, me siento muy afortunado.

Hice la primera colaboración con Louis Erard antes de que llegara Manuel Emch. Solo hice una carátula y en ese momento no se consideró una colaboración de autor. Y justo antes de esto con Speake-Marin en sus últimos diseños (Piccadilly y Ripples Skeleton). También en sus Art Series de pintura en miniatura. En este caso, mi trabajo fue investigar algunas imágenes.

¿Cuántos relojes has diseñado?

No lo sé, más de 200. Alrededor de diez piezas por año durante 25 años. Tal vez 300, porque estoy trabajando para muchas marcas.

Empezaste con otros objetos que no eran relojes.

Este es mi primer diseño. Es un reloj pequeño de horas y minutos, un F.P. Journe de alrededor de 1999. Creo que se llamaba Invader. Solo fue un boceto, nunca se produjo. Estoy diseñando gafas ahora con Nardi, una empresa con productos bespoke. También el último trabajo de Schwarz Etienne, Geometry, con cuatro tipos de guilloché diferentes en la esfera.

¿Te interesa reinterpretar el diseño clásico?

Sí, para mí y para muchas marcas es interesante. Las marcas quieren usar guilloché clásico y para mí es muy importante tener un discurso sobre este asunto. Tengo un nuevo proyecto que me ha empujado a explorar unos dos mil guillochés diferentes.Algunos los hemos sacado de catálogos antiguos.Necesitamos hacer una esfera guilloché con algo nunca visto antes. Y espero que cuando la gente lo vea diga: “vaya, es genial, es muy nuevo”.

¿Cómo diseñador prefieres trabajar sobre las carátulas o diseñar las cajas?

Prefiero diseñar la caja. Los métiers d’art me interesan mucho pero ahí solo puedo aportar sugerencias. Porque no soy un artesano. Pero cuando me piden una nueva caja sí trato de experimentar. En el proceso, lo que más me gusta es el intercambio de ideas.

¿Crees que necesitas aportar un icono para ser reconocido en la relojería o prefieres producir diseños diferentes?

Creo que si quieres lograr en vida un icono propio necesitas vivir 100 años. Por ejemplo, Royal Oak se volvió icono después de muchos años. Tal vez alguno de mis diseños será un icono, pero no lo sé. Si mis clientes me dicen: “necesitamos un icono”, yo les respondo: “necesitas permanecer en esta marca 50 años”. Los diseñadores no tenemos solo un estilo. Hay marcas donde se puede reconocer al diseñador por algunos detalles que se repiten.

No quiero decir las mismas cosas siempre

Pero, por ejemplo, si eres un arquitecto, la demanda es totalmente diferente para cada proyecto. Y para ser honesto, no es muy interesante crear solo un estilo. Prefiero trabajar con uno diferente todo el tiempo. No quiero estar diciendo las mismas cosas siempre porque, aunque sea interesante, no es fresco. Por ejemplo, el M.AD 2 tiene un enfoque distinto al M.A.D 1. Eso es muy importante para mí.

¿Tienes la habilidad de aterrizar las ideas de Max Büsser?

Hablamos mucho y escucho mucho sus ideas. A veces solo una palabra de lo que se dice es relevante. Las marcas necesitan algo y mi responsabilidad es dárselo. No es fácil. Necesito estar muy cerca y estar muy lejos del proyecto. Pero es muy importante compartir las ideas. Con algunas marcas es muy difícil construir la relación y entender el sentimiento, la intuición. Porque es un trabajo muy intuitivo.

Soy un adicto a F.P. Journe

¿Nunca usas los relojes que diseñas?

Los diseño, pero nunca los uso. Hago una separación radical entre mi trabajo y mi vida. La pasión y el trabajo para un artista no es lo mismo. Abro la oficina a las 8 y la cierro a las 6 de la tarde, pero después de eso tengo una vida real, una vida privada. No voy a una cena para hacer negocios. Prefiero vestir algunos relojes que me gustan. Soy un completo adicto a F.P. Journe porque sus diseños son hermosos. Las carátulas son bonitas y me encanta su estilo. Son creaciones de buen gusto relojero que mejoran con el tiempo.

¿Qué otros relojes usas por placer?

Vacheron Constantin Patrimony Classique. Vacheron me encanta.

Es increíble que seas uno los diseñadores más vanguardistas, pero te encanten los relojes clásicos.

Soy clásico, me encanta vestir muy simple. No soy un tipo excéntrico. Max (Büsser) sí lo es.

¿En qué clientes piensas cuando imaginas un diseño inusual?

Ese no es mi trabajo. Es el trabajo del departamento de marketing de producto. Recibo algunos datos e interpreto la idea. Nunca voy con una idea antes, siempre escucho primero.

¿En qué momento de tu carrera estás ahora? ¿Qué ideas te estimulan?

Cada cinco o diez años me inspiro en cosas diferentes. Ahora me inspira mucho el comienzo de la era industrial. El comienzo de los coches, la electricidad, el inicio del siglo XX, con los burgueses que llegan con el dinero. Es muy interesante este momento cuando todo empezó. Llegaron máquinas modernas, la industria textil, la mecanografía y las máquinas para filmar películas. Es un momento loco, cuando surge el art decó. El gran cambio que llega ahora es tal vez como el que llegó a finales del siglo XIX.

Necesito ser muy, muy simple

¿Te gusta ver lo que hacen otras marcas o diseñadores?

Cuando voy por la calle, ahora todo gira alrededor de la bicicleta. Me fumo un cigarrillo y las observo. Tomo mi cuaderno de dibujo y hago pequeños bocetos. La bici es muy rica en diseño. Es muy sencillo tomar una foto, pero soy arquitecto y es muy importante para los ojos, la cabeza y la mano hacer algún boceto. Si lo hago, estoy entendiendo algo. Si tomo una foto, no aprendo. Porque en mi trabajo, necesito aprender todos los días. Es clave la observación. Necesito ser muy, muy, muy simple. Antes, cuando exponía un gran proyecto, hacía una gran presentación. Ahora lo pongo en la mesa, en la pantalla y espero. Dejo que la gente entre y hable y se apropie del diseño.

¿Cuál es el proceso de diseño de Eric Giroud?

Dar tiempo al tiempo. La gente me pide que nos reunamos enseguida y cumplamos con el proyecto en tres semanas. Es posible, claro, pero es muy difícil. Con Max Büsser, dejamos que el tiempo se dé. Nunca lo mide.

La pesadilla son los colores

Cuando diseñas un reloj tienes que pensar en una caja, en una esfera y en los colores. ¿Por cuál prefieres empezar?

Empiezo por la caja. La pesadilla son los colores. Normalmente se diseña la caja después de que la esfera esté funcionando. Pero algunos proyectos son muy largos. Por ejemplo, si creas una nueva caja, digamos que la creas en invierno, los dibujos técnicos en verano y el proyecto está listo a finales del año. Para entonces, la tendencia del color ya cambió.

¿Recuerdo que no eres muy aficionado a experimentar con nuevos materiales?

He hecho algunos diseños con partes en zafiro. Pero no soy un gran fanático de los nuevos materiales. Para mí lo importante es la búsqueda de la belleza. Coherencia, un poco de tensión y belleza. Cuando trabajé con Van Cleef & Arpels o Boucheron en el pasado descubrí la búsqueda de la belleza, como en la moda. Es importante el aspecto, lo bonito, lo sexy, lo sensual. Eso es muy importante. Y no mucha gente habla de esta parte de mi trabajo. Un producto necesita la emoción.

¿Qué es más estimulante para ti: el diseño vanguardista de Richard Mille,  lo que TAG Heuer está haciendo, Zenith con el Defy o Furlan Marri volviendo a los años 40?

Richard Mille y algunas marcas nuevas pequeñas, con propuestas novedosas. En el diseño clásico de hoy, hay demasiada gente que se inspira o copia algo del pasado. Esto no me parece interesante. Pero si nos fijamos en la nueva versión del Patrimony de Vacheron Constantin es genial. Se trata de un diseño de los años 50 diseñado en el siglo XXI. Es el verdadero look clásico contemporáneo.

¿Qué opinas de Berneron?

Para mí, Berneron es hermoso. La caja, la esfera, el movimiento, todo es genial. Y el reloj está bien. Vi el prototipo el año pasado. Y dije, lo necesito. Es un poco caro. Solo hay 50. Creo que es la marca más interesante desde hace mucho, mucho tiempo. Es una locura. El cambio de minutos es hermoso, técnico y clásico. Es belleza real. Pienso que no hay muchas marcas nuevas como esa. Me estoy enamorando… Es elegante, clásico, descriptivo, loco. No estoy celoso, pero sí lo estoy.

¿Qué elemento debe tener un buen diseño?

Es la coherencia. Aunque si es demasiado coherente, resulta aburrido. Al final, necesitas alguna intención. Cuando contemplas algo, es importante la emoción y la conexión a primera vista. Lo interesante del diseño es descubrir algo profundo conforme pasa el tiempo.

La siguiente generación verá lo que está por venir

¿Tiene la sensación de que el diseño de relojes está llegando a su límite?

Creo que no, porque el diseño de relojes nuevos y bonitos no es de muchas piezas al año. Mira a MB&F, por ejemplo, o F.P. Journe. La gente hoy se viste con el Octo, este es un diseño muy bonito. Tal vez un diseño icónico en el futuro. La creación no ha muerto. Creo que siempre es momento de cosas nuevas El mercado ya está lleno de cosas retro. Está Tudor. Tudor es bonito. Es como Rolex hace 25 años. Brillante. Refrescante. Pero cuando el mercado está muy a la baja, algunas marcas piensan que necesitan algo totalmente diferente. Mira el Apple Watch. La gente se viste con diseños como el Apple Watch. No trabajaré más de 10 años. La siguiente generación verá lo que está por venir.

¿Quieres terminar en 10 años?

Quiero parar antes, retomar la pintura. Y quiero hacer vino en Suiza. Vino blanco y tinto.

Carlos Alonso

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Redactor

Decía Antonio Machado que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. Me he guiado por esta máxima durante casi veinte años que llevo escribiendo de relojes. En mi mano está hacerlo del modo más ameno posible.
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