Con una visualización del regulador de un diseño inédito y con su caja de acero inoxidable cementado ultra resistente, el Chronomètre FB-1R.6-1 amplía la colección de la Chronométrie Ferdinand Berthoud. Su calibre FB-T.FC.R, con tourbillon y transmisión mediante cadena y huso, se puede admirar a través de un fondo de cristal de zafiro y de dos ojos de buey laterales, que proporcionan una visión única del interior de este excepcional cronómetro.
La construcción del Chronomètre Ferdinand Berthoud FB 1R.6-1 es diferente y se distingue claramente de todas las visualizaciones de regulador existentes hasta ahora. En lugar de presentar una gran abertura para poder observar el tourbillon y la rueda de arrastre de los segundos, como sucedía en las anteriores versiones, la mayor parte de la esfera del Chronomètre Ferdinand Berthoud FB 1R.6-1 está cubierta. A modo de esfera, es la cara posterior de la placa de complicación la que facilita la visualización del regulador.
Objeto de una solicitud de patente, el dispositivo de la indicación de la reserva de marcha es visible a través de la abertura del semi-puente del fondo.
El calibre FB-T.FC.R está construido según una arquitectura única. Este movimiento de carga manual presenta 18 puentes de alpaca, encerrados por unos pilares de titanio pulido que rodean los órganos mecánicos. Esta construcción es característica de los cronómetros marinos del siglo XVIII.
La particularidad del calibre FB-T.FC.R es que su barrilete y su huso están invertidos, están colocados boca abajo y, sobre todo, que ambos están suspendidos. Solo se sujetan por uno de sus lados. Esta construcción, que también es objeto de una solicitud de patente, permite ahorrar algunos milímetros preciosos. Así, con sus 9.89 mm el movimiento del Chronomètre Ferdinand Berthoud FB 1R.6-1 sigue siendo muy plano para su categoría, a pesar de la visualización del regulador y de la nueva indicación de la reserva de marcha.
Los puentes del calibre FB-T.FC.R están fabricados en alpaca no tratada. La alpaca es una aleación de cobre, zinc y níquel, que presenta un brillo excepcional al pulido, pero que resulta extremadamente frágil. Cualquier imperfección es irreparable. La alpaca se distingue también por su color gris cálido, muy apreciado por los expertos.