Grand Seiko Tentagraph, simplemente excepcional

Siempre hay una primera vez para todo. En el caso del Tentagraph, es el primer cronógrafo mecánico creado por Grand Seiko. Ha llevado tiempo desarrollarlo, pero el resultado merece mucho la pena. Para aquellos que no conozcan Grand Seiko, recordarles que fue creada en los años sesenta por Seiko con el fin objetivo de crear el mejor reloj del mercado. 

Fin ambicioso, pero en absoluto desencaminado, a tenor de los resultados. Grand Seiko, hoy constituida en firma con autonomía propia, cuenta con su propia manufactura, movimientos y técnicas de trabajo. Entre las más conocidas esté el Zaratsu. Es un pulido exclusivo de los artesanos de Grand Seiko que dota a los relojes de una superficie de acabado espejo sin distorsión alguna de los elementos que se reflejan en ella. Como “reloj total”, un Grand Seiko debe tener una maquinaria excepcional, un concepto completamente funcional y un diseño atemporal. Todas las referencias cumplen estos tres criterios y los postulan como relojes para toda la vida. 

Precisión a la décima de segundo

Centrados en el nuevo Tentagraph, hemos apuntado anteriormente que es el primer cronógrafo mecánico de Grand Seiko. Ya tenían antes un cronógrafo, pero era con la tecnología Spring Drive, también exclusiva de ellos. Puestos a crear el Tentagraph, sus responsables han optado por un perfil muy ortodoxo. Todos sus elementos cumplen un estricto papel funcional. No hay engaños ni requiebros, lo que entendemos como un mensaje claro para que centremos la atención en los dos aspectos más importantes del reloj: su mecánica y acabado. 

El movimiento es una maravilla. Grand Seiko ha realizado un gran esfuerzo para ofrecer con este calibre 9SC5 una combinación imposible de encontrar hoy en día. Por un lado, el 9SC5 es un calibre de alta frecuencia que funciona a 36,000 alternancias a la hora, lo que le permite medir tiempos con una precisión de una décima de segundo. El 9SC5 es una evolución del revolucionario 9SA5, bien conocido por los seguidores de la marca.

No es el primero en ofrecer tal exactitud, pero esta característica viene acompañada con una reserva de marcha de tres días. No hay una combinación así en estos momentos en el mercado. Tan orgullosos están de ella que no han dudado en incorporarla al nombre del reloj: TEN (ten beats per second) T (three days power reserve) A (Automatic) GRAPH. Para conseguirlo, Grand Seiko ha desarrollado un nuevo escape de doble impulso que optimiza la energía que llega al órgano regulador. Como buen cronógrafo de categoría, el 9SC5 incluye embrague vertical y rueda de pilares. 

Diseño moderno

En el apartado externo, el Tentagraph está fabricado en ligero titanio. También aprovecha el moderno diseño que Grand Seiko introdujo el año pasado con la línea Evolution 9 para ofrecer una imagen más del gusto de las nuevas generaciones y tremendamente ergonómico, que “atrapa” la muñeca de un modo muy natural. Aunque, como decíamos antes, la ortodoxia manda y estamos ante el epítome del cronógrafo deportivo clásico, lo que vendrá muy bien a Grand Seiko a la hora de hacerse con un hueco en uno de los segmentos más vibrantes del mercado actual. 

Por ahora, el Tentagraph se ha presentado en una única versión de carátula azul, con una decoración inspirada en el Monte Iwate, el macizo que se puede ver desde la manufactura de Grand Seiko. La rugosidad da una imagen portentosa de la carátula, bien acompañada de un noble azul, sobre el cual se colocado los índices horarios en aplique, todos ellos recubiertos de material Lumibrite para su brillo en la oscuridad. 

Fondo transparente

La caja de 43.2 milímetros viene rematada con un bisel taquimétrico de cerámica y un cristal de zafiro con tratamiento antirreflejos en ambos lados. La única concesión a la ostentación es la presencia de una ventana de zafiro en el fondo de la caja que nos permite ver la elegante decoración de los puentes del calibre 9SC5. 

En cualquier caso, la estética del Tentagraph cumple como eficaz invitación para coger el reloj en nuestras manos. Es ahí donde el reloj se ganará nuestro favor. Solo habrá que ponérselo en la muñeca, activar sus pulsadores y ver el perfecto funcionamiento de su movimiento automático, sin sobresaltos y con una precisión y suavidad solo al alcance de los mejores fabricantes del mercado. Y Grand Seiko lo es.