Cuando Jaeger-LeCoultre incorporó el concepto Dual-Wing, extendió los límites de la relojería: dos mecanismos independientes unidos por un sólo órgano regulador hicieron nacer al Duomètre, una auténtica revolución mecánica. Hoy, para rendir tributo a este savoir-faire, la casa lanza tres nuevas piezas: Duomètre Sphérotourbillon, Duomètre Chronographe y Duomètre Quantième Lunaire.
Empezamos este recorrido de sofisticación y originalidad con el Duomètre Sphérotourbillon, capaz de reunir desempeño técnico, estética atractiva y una complicación relojera única. En su núcleo tenemos un Dual-Wing que otorga precisión a este tourbillon. Los pequeños segundos pueden ser regresados a cero, de acuerdo al principio flyback, si se presiona un botón colocado a las 2 h.
Más allá de su alma precisa, la principal característica de este reloj es su tourbillon, el cual cuenta con un segundo eje para girar, inclinado a 20º. La combinación de ambas rotaciones permite desafiar los efectos de gravedad sobre la pieza. La jaula, mecanizada en una sola pieza de bloque de titanio, combina ligereza y alta precisión, mientras que su movimiento es el Jaeger-LeCoultre Calibre 382. Una complicación sumamente bella.
Otro modelo es Duométre Chronograph, un guardatiempo que representó todo un reto para los maestros de la casa por la incorporación de la función cronógrafo. El principal movimiento para esta construcción es el Jaeger-LeCoultre Calibre 380, el cual otorga una precisión a prueba de balas. Para armonizar con el concepto Dual-Wing, el primer tren de engranajes está enteramente dedicado a las funciones de tiempo, mientras que el segundo se encarga de la función cronógrafo.
Cada uno de estos mecanismos es accionado por su propio barrilete, asegurando una reserva de marcha de 50 horas. Para simplificar su uso, una sola corona sirve para enrollar ambos barriletes.
Su caja cuenta con asas soldadas, mientras que la esfera se presenta en tono gris magnetita opalina. Un auténtico clásico.
Finalmente tenemos al Duomètre Quantième Lunaire, que con sus trenes de engranaje, ajustes y poder, se presenta como una complicación única en su ramo. Gracias al Dual-Wing, las indicaciones en este reloj, no interfieren con su precisión cronométrica.
La carátula se presenta elegante y de fácil lectura, mientras que las indicaciones de tiempo, calendario y fases lunares son un festín estético. Impulsado por el Jaeger-LeCoultre Calibre 381, este reloj se puede jactar de tener una precisión sin precedentes dentro del concepto Dual-Wing. Cuenta con 50 horas de reserva de marcha, función de corrección de fases lunares y cristal de záfiro, todo contenido en 42 mm.