La fórmula antisistema de Chanel

TEXTO:  Carlos Alonso y Yolanda Ruiz

E-commerce. Ni locos. Obsesión por los millennials. Ni de lejos. Los grandes temas que atosigan al lujo en este siglo XXI no son preocupación para Chanel. Además, su Presidente de Relojes y Alta Joyería, Frédéric Grangié, sorprende cuando dice que “nadie, en ningún lugar del mundo, necesita otro reloj más”. No se asusten. Esta declaración tiene más fondo. “Todo se trata de seducir. Si llevas el producto más deseable al mercado lo tienes que hacer con creatividad, entonces sí funciona. Lo que ha ocurrido es que hay demasiados diseños de relojes genéricos y nadie necesita otro reloj más. La razón por la que Chanel está muy bien posicionada es porque muchas oportunidades futuras están en el mercado femenino y para nosotros es un posicionamiento natural”, confiesa a Tiempo de Relojes durante Baselworld.

Frédéric Grangié no es un recién llegado al universo de lo exclusivo. Estudió un MBA en Burdeos y afianzó su carrera con una maestría de Marketing en Productos de Lujo y Moda. Curtido en conocimientos, comenzó a aplicarlos en Louis Vuitton EU como Coordinador Antipiratería en 1992. Desde entonces ha pasado por Fendi, Marc Jacobs y Goyard, hasta convertirse en Presidente y CEO de Louis Vuitton Japón en 2016. Pero un reto se cruzó en su camino unos meses después. Chanel llamó a su puerta y no pudo evitar rendirse al encanto de la firma de lujo por excelencia. Y comenzó su nueva misión como Presidente de Relojes y Alta Joyería de la casa de la Rue Cambon.

Boy.Friend Squelette deconstruido

¿Qué le atrajo a Frédéric de la marca independiente? Tal vez la respuesta esté en una afirmación de Coco Chanel: “Para ser irremplazable, uno debe buscar siempre ser diferente”. Y Grangié quiere mantener el allure insustituible de Chanel en los relojes, mantener vivo el rugido inconformista de Gabrielle y seguir plasmando en los guardatiempos los símbolos y momentos que hicieron de Coco un personaje vanguardista.

Boy.Friend Squelette

Grangié habla con seguridad: “La base del lujo es la creación pura y verdadera, lo que realmente hace que una marca sea dinámica y pueda establecerse durante mucho tiempo. Se tiene que construir una visión a largo plazo sin comprometer la creación y el posicionamiento de la marca”. Y si algo tiene claro Chanel es su liderazgo en el universo femenino. También extrapolable a los relojes. El directivo de la casa de lujo mantiene firme esta convicción: “somos una compañía con mayoría de relojes para mujer. Éste es nuestro negocio y es la razón por las que el Calibre 2 y Calibre 3, ambos in house, pretenden atraer al mercado de mujeres, que es nuestra prioridad”.

Calibre 2

Para muchas firmas esta apuesta puede ser más que atrevida, pero Chanel no duda. Se sabe una firma que navega a contracorriente. Su fórmula difiere de la relojería tradicional y tiene que ver con un modelo híbrido que permea, sobre todo, a los relojes. “Nuestra manufactura está en Suiza y fabricamos relojes suizos. Pero la creación viene de París, el epicentro del diseño y el lujo. Esta combinación funciona muy bien”, trata de explicar. Y continúa: “En el caso de Boy.Friend Squelette (lanzamiento 2018) queríamos que fuera un movimiento arquitectónico. Nuestro enfoque es primero el diseño y luego la complicación y no al revés. Si no podemos ajustar el diseño al calibre, se desecha”.

Mademoiselle Pirvé Camélia

La irreverencia de Chanel dinamita los grandes asuntos que traen de cabeza a la industria relojera y de lujo. Los expertos aseguran que si las firmas de lujo no adoptan el comercio online no sobrevivirán. Todos entonan la generación millennial como la gran solución al consumo del los objetos más exclusivos. Pues bien, Frédéric Grangié defiende la postura disidente de Chanel: no piensa vender online ni tiene especial interés en que los millennials compren sus productos hoy.No hacemos e-commerce por elección propia. Queremos ofrecer una experiencia diferente y confiamos en la red física de tiendas y en nuestros socios comerciales. Esto no significa que no tengamos presencia digital”, declara. “En cuanto a los millennials, seamos sinceros. Si vemos nuestro precio promedio hay muy pocas probabilidades de que puedan permitirse nuestros relojes, pero cuando llegue el momento, espero que vengan a Chanel”.

J12 Untitled

El año pasado Chanel celebró 30 años del primer reloj de la casa. En una industria donde los protagonistas a menudo tienen más de un siglo de existencia, 30 años no es demasiado, admite Frédéric. Pero, en términos de creaciones “creo que hemos aportado una visión diferente”, apela. El primer reloj fue Première en 1987. Entre los grandes éxitos se encuentran el J12 lanzado en 2000, de cerámica negra. La versión blanca llegó en 2003 y causó revuelo, elevando a este material al estatus de haute couture relojero. Siete años después, se lanzó J12 Rétrograde Mystérieuse, en colaboración con Giulio Papi.

Reloj de bolsillo Monsieur Chanel

Mademoiselle Privé nació en 2012 y condensa en sus esferas y diseños el universo íntimo de Coco gracias a los Métiers d´Arts. Tres años después se lanzó otro reloj que ya es icónico, el andrógino Boy.Friend, que este año estrena el Calibre 3, tercer movimiento in house de la casa. En 2017, Chanel se atrevió con una versión divertida de la silueta de Gabrielle Chanel cuyos brazos marcaban las horas. Y nació Première Camélia Skeleton con el Calibre 2, un movimiento esqueletado en forma de camelia, la flor preferida de Coco. Desde 2016, una participación en la manufactura de Romain Gauthier les permite hacer sus calibres in house.

 

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