Ulysse Nardin eligió el pasado año el Factor X como concepto creativo que agrupara a todas sus novedades. Un referente polisémico capaz de abarcar tanto el erotismo del genial Milo Manara como la transparencia (rayos X) que caracterizaba a la nueva línea Skeleton X, integrada dentro de la colección Executive. Más allá del impacto mediático logrado mediante esta eficaz campaña de marketing, la colección Skeleton X venía a confirmar que Ulysse Nardin había encontrado por fin una sólida vía de trabajo tras años de cierta confusión creativa. Pues el Skeleton X prolongaba el éxito de la fórmula iniciada por el Skeleton Tourbillon, lanzado en 2016 y que poco a poco había ido consolidándose como la referencia más atractiva del catálogo de Ulysse Nardin de acuerdo con su precio.
El Skeleton Tourbillon permitió a Ulysse Nardin identificarse como una firma capaz de ofrecer mecanismos exclusivos (todos son manufactura), tecnológicos (con silicio siempre presente en los principales componentes) y con unos precios para nada prohibitivos; una característica esta última no fácil de encontrar en otros productos icónicos de la firma, como el exuberante Freak.
Sirva esta larga introducción para entender de dónde viene el Blast, la nueva colección de Ulysse Nardin, pues su existencia sería imposible de no haber conocido antes el Skeleton X y el Skeleton Tourbillon. Siendo más exactos, el Blast es una mezcla de ambos modelos, con la estructura en forma de X de los puentes que fijan los componentes del calibre del primero, y el tourbillon del segundo. De hecho, el calibre UN-172 de Blast no deja de ser una evolución del UN-171 usado en el Skeleton Tourbillon; prácticamente igual, salvo en un importante detalle: la presencia de un micro-rotor de platino, ubicado sobre el barrilete de carga (junto al índice de las 12 horas) que permite a la línea Blast funcionar sin necesidad de cargarlo de manera manual.
Las diferencias respecto al Skeleton X también son pequeñas en cuanto al aspecto. En Ulysse Nardin quieren mantener un aire de familia muy marcado para todas las referencias, algo que logra al conservar el acabado esqueletado del movimiento, el contraste entre la forma rectangular y la X de los puentes, y el bisel circular como elemento aglutinador de todos los elementos. Todos estos detalles se repiten en Blast, lo que hace un complicado diferenciarlo a simple vista del Skeleton X, si no fuera por las aristas de su caja, inspiradas según la casa en las formas poliédricas de los cazabombarderos invisibles de quinta generación, en contraste con las suaves curvas del Skeleton.
Por supuesto, si Blast es una evolución conceptual del Skeleton X, era lógico que la nueva colección conservara su principal gancho comercial: su extraordinaria relación calidad-precio. Porque, más allá de su atractiva imagen, estamos ante un reloj cuyo precio internacional parte de los 44,000 euros.
Si ya es difícil encontrar en el mercado un tourbillon con este precio, la tarea se vuelve imposible si además queremos añadir el origen manufactura, la disposición esqueletada y el nivel de acabado de los componentes empleados por Ulysse Nardin. El precio más económico corresponde a Blue Blast, una de las cuatro versiones con las que se estrena la colección. A esta hay que añadir las referencias Black y White, las dos realizadas en titanio, y la más exclusiva en oro rosa.
FICHA TÉCNICA
Movimiento: UN-172 automático, 25 rubíes, 18,000 alt/h, reserva de marcha 72 horas.
Caja: Titanio, oro rosa o acero, 45 mm, sumergible 50 m.