En el alpinismo, el apellido de Simon Messner, Mark Maker de Montblanc, equivale a Jordan, Phelps, Bolt, Schumacher o Messi en sus respectivas disciplinas. Reinhald Messner –el padre de Simon y también Mark Maker de Montblanc– fue la primera persona en alcanzar la cima de los 14 ochomiles (las montañas de más de 8,000 metros de altura) sin oxígeno suplementario entre 1970 y 1986. Esa fue la mayor de sus hazañas, pero para nada la única, como puedes leer aquí. Los Messner han inspirado una serie de relojes Montblanc 1858 Geosphere muy meritorios, algunos de los cuales Simon ha probado en condiciones extremas.
Ante una figura totémica como la de su padre, Simon se ha forjado un lugar como un practicante destacado del estilo alpino. Es, como lo define en esta entrevista durante su reciente visita a México, “la forma más pura” y “la disciplina reina” del alpinismo. “Me gusta la idea de que la cuestión principal en el alpinismo sea lograr lo que puedo con mis posibilidades, con mis habilidades”, señaló. Aunque no busca anotarse el nivel de logros de Reinhald, tiene múltiples ascensiones en todo el mundo. Su principal apuesta es hacer el primer ascenso a picos sin escalar. En 2023, Martin Siereber y Simon hicieron cumbre en el Yernamandu Kangri de la cadena del Masherbrum, Karakórum, la décima montaña más alta del mundo que no había sido escalada. De esto y más hablamos con él.
Todo se transmite
Tiempo de Relojes: ¿El reloj de Montblanc que llevas es el que usaste en el Antarctic Ice Marathon de 2024?
Simon Messner: Así es, fue mi primer maratón, todo un reto para mí. También lo corrimos (con Laurent Lecamp, director general global de relojes, instrumentos de escritura y accesorios de Montblanc) para probar este reloj, que no tiene oxígeno dentro de la caja, lo que ayuda o impide que se detenga. Es un reloj muy ligero, así que puedes correr con él. Funcionó perfectamente.
TDR: Al estar corriendo, ¿sentiste una conexión especial con el reloj?
SM: La conexión especial viene con los años. Cada rasguño, cada pequeña cosa en el reloj me recuerda el maratón, pero también muchas rutas alpinas en las que lo he usado.
TDR: Has dicho que tienes un recuerdo infantil de tu padre usando un reloj.
SM: Sí, recuerdo que mi padre siempre usaba un reloj de aspecto muy antiguo y que no era barato, sino bastante bueno. Me impresionaba mucho que ese reloj de alguna manera mostrara tantas experiencias. Me encantaría que ocurriera lo mismo con mi reloj, porque solo de esta forma se crea una relación muy personal y específica. Mi hija es muy pequeñita, tiene un mes y medio, pero me gustaría regalárselo algún día. Me gusta pensar que todo se transmite, y lo mismo pasa con este reloj.
La forma más pura de alpinismo
TDR: ¿En qué consiste el estilo alpino de montañismo?
SM: Primero hay que saber que el alpinismo no es algo estático, sino que es un largo sube y baja, por decirlo de algún modo, y tiene mucha historia. Existen muchos tipos de alpinismo, pero si realmente lo estudias, llegas a la conclusión de que solo hay un estilo que tiene sentido porque lo es todo y se trata de experiencias. Se llama estilo alpino y viene de los Alpes. No es algo que yo haya inventado, es muy, muy antiguo. Me gusta la idea de que la cuestión principal en el alpinismo sea lograr lo que puedo con mis posibilidades, con mis habilidades.
Si tomo un helicóptero para volar a una cumbre, eso no es alpinismo. La única forma correcta de llegar a la cima de una montaña es cuando llevas todo lo que necesitas en tu mochila. Comida para varios días, saco de dormir, equipo. Al final tienes una mochila que pesa unos 25 kilos y cargas tú mismo.
TDR: ¿Es una forma pura de alpinismo?
SM: Es la forma más pura de alpinismo y yo diría que sigue siendo la disciplina reina. Todos los alpinistas dirán lo mismo. Si haces un primer ascenso al estilo alpino, tiene mucho más valor que cuando lo haces con la ayuda de sherpas, cuerdas fijas, campamentos elevados y oxígeno artificial. Hay una larga lista de cosas que puedes usar, pero yo diría que es como hacer trampa.
Un invitado en la montaña
TDR: ¿Eres tú contra la montaña, como algunos dicen, o cómo lo visualizas?
SM: Cuando entras en las montañas es una naturaleza salvaje y cada ser humano se da cuenta de inmediato que no está hecho para ese tipo de entorno. Así que me veo como un invitado. Soy un invitado en la montaña y la montaña no es mala ni buena, simplemente está ahí. Cada error que se puede cometer solo lo puedo cometer yo. Esto me ha ayudado mucho y me ha hecho ser bastante humilde. Como te digo, me veo como un invitado y no hay nada contra la montaña. Hay una especie de relación con ella, pero siempre que cometo un error, soy yo el que lo comete y no la montaña.
TDR: En otra entrevista decías: “Podemos intentar escalar la pared (de una montaña) para hacernos una idea de sus dimensiones, pero nunca la comprendemos del todo. Lo mismo ocurre con su dimensión y su tiempo”. ¿Puedes ahondar sobre esta idea?
SM: Cuando vemos, por ejemplo, un pico de 8,000 metros, decimos que es una montaña alta, pero no podemos entender su dimensión. Solo cuando la escalas durante varios días –porque necesitas varios días – de alguna manera te haces una idea de qué es este tipo de pared. Pero nunca lo entenderemos del todo, y una gran parte de esto se relaciona con el tiempo. El tiempo con el que la naturaleza trata es otro mundo.
TDR: ¿Qué opinas de que Montblanc ha demostrado tener un compromiso a largo plazo con tu padre y contigo, con su tradición en el alpinismo?
SM: Todo empezó con Reinhold, mi padre. Y otra vez tengo que decir que nunca esperé, nunca pensé en convertirme en alpinista, de verdad, nunca pensé en ello. Cuando tenía 15 o 16 años e hice mis primeras rutas, entonces el alpinismo me atrapó por completo. Era algo nuevo y muy importante para mi vida. De alguna manera sigo esta tradición y también la relación con Montblanc, una empresa que realmente me gusta porque le da mucho valor a la tradición en la relojería, por ejemplo. Me gusta la idea de seguir con esto.
El futuro del alpinismo
TDR: ¿Cuáles son tus metas, tus próximas escaladas?
SM: Me encanta hacer expediciones, pero se producen muchos gases de efecto invernadero. Así que he decidido realizarlas cada dos años. Este verano es de nuevo de expediciones y tenemos dos ideas en mente. Aún tenemos que escoger si vamos de nuevo al Karakórum o a Nepal. Por supuesto, mi gran placer es intentar hacer el primer ascenso a picos sin escalar. Estoy buscando ese tipo de lugares y seguro que será en Pakistán o Nepal.
TDR: ¿Y cómo encuentras los picos sin escalar?
SM: Se está volviendo muy complejo, porque en los 200 años de alpinismo se han escalado muchísimas montañas. Pero, por ejemplo, en Karakórum hay más montañas sin escalar que escaladas. Es solo que son de 5,000, 6,000 o 7,000 metros de altura, aunque la altura es solo una parte del alpinismo. Hay muchas cosas que hacen que una montaña sea difícil de escalar, y hoy en día ese es más o menos el enfoque.
Algunas de esas montañas están tan aisladas que se necesitan semanas para llegar a ellas. Y esto es parte de la expedición, de la aventura. Estoy convencido de que es el futuro del alpinismo. Iremos ahí para encontrar y escalar picos sin escalar. Pero me preguntas dónde los encuentro. Realmente no es fácil. A lo largo de los años he generado una especie de visión general. Leo muchas revistas, también veo internet y colecciono libros de montaña muy bonitos con fotos hechas desde helicópteros. Si tienes una especie de visión general, a veces ves o descubres picos sin escalar, pero no es fácil.
TDR: ¿Cómo se experimenta el paso del tiempo, por ejemplo, en el último tramo de un ascenso, cuando cuesta mucho seguir avanzando? ¿Cómo no caer en la desesperación?
SM: El principal desafío a una gran altitud es dar un paso y tener que respirar, respirar, respirar; dar el siguiente paso y respirar, respirar, respirar. Para recorrer una distancia de 200 metros, necesitas dos horas. A nivel del mar lo harías en dos minutos. Sobre todo es difícil para el cerebro. Estoy convencido de que el músculo más importante que tenemos es el cerebro. Y no hay que rendirse, sino seguir adelante. Pero tienes razón, el tiempo adquiere un significado totalmente distinto.
Sin embargo, al escalar también he experimentado lo contrario. Cuando hice algunas escaladas en solitario de una pared de 1,000 metros, tuve la sensación de entrar en la pared y alcanzar la cima apenas 10 minutos después porque entré en un flujo con un nivel de concentración increíble. También es posible que el tiempo pase muy rápido. En esos momentos el tiempo puede ser muy difícil de explicar. Puede ser cualquier cosa.