La aparición de los relojes mecánicos, ocurrida alrededor del siglo XIV en Europa, trajo consigo uno de los principales motores de la industria, aunque hoy poco valorado: la animación por autómatas. Este tipo de decorado consiste en pequeñas esculturas o figuras que cobran vida junto al mecanismo del reloj. Su desarrollo a lo largo del tiempo ayudó a los artesanos a encontrar otro tipo de innovaciones técnicas, sin las cuales hoy no existirían miles de piezas como las conocemos.
Como un tributo a esta tradición, Bell & Ross presenta el modelo Laughing Skull perteneciente a su icónica línea BR 01 Skull, la cual está a punto de cumplir una década (en 2009 apareció el primer reloj “calavera”, que con el paso de los años, ha ganado en sentido estético y complejidad mecánica).
Ahora, la casa ha dotado al Skull con un movimiento autómata: la calavera que adorna la esfera mueve su mandíbula con ánimo sarcástico cuando se da cuerda al reloj: una risa que divierte y sorprende.
Para lograr este movimiento, la marca desarrolló el calibre BR-CAL.206, 100% de manufactura propia, y cuyo contorno repite la forma de la calavera para adaptarse a la forma del autómata ubicado en la carátula. Así conforman un sólo contorno que flota al centro del reloj.
La caja, de forma cuadrangular, está fabricada con acero pulido y decoración chorro de arena. Sus 46 mm de diámetro magnifican tanto la figura del cráneo como el acabado “Clous de París”, tipo de artesanía que requiere un mecanizado específico.
La pieza puede ser encontrada en tres versiones, cada una limitada a 500 ejemplares: Laughing Skull, Laughing Skull Light Diamond (bisel con 104 diamantes) y Laughing Skull Full Diamond (394 diamantes en bisel y caja).