Mi anécdota favorita del GMT-Master de Rolex es la que lo vincula eternamente a Apocalypse Now y Marlon Brando. Ojo, estamos hablando de uno de los relojes, una de las películas y uno de los actores más importantes de la historia, la trinidad soñada por los nerds relojeros en busca de griales. En ese filme de Francis Ford Coppola, estrenado en 1979, Brando interpreta a Walter E. Kurtz, un coronel del ejército estadounidense que se rebela durante la guerra de Vietnam. El atormentado y enloquecido Kurtz lleva un GMT-Master Ref. 1675 con una correa negra al que le falta su componente más distintivo: el bisel rojo y azul con escala de 24 horas que permite consultar un segundo huso horario.
En realidad, el reloj no era parte de la utilería de la cinta. El actor era muy fan de su GMT-Master y se lo llevó a Filipinas para el rodaje. Sin embargo, la producción le dijo que el bisel era demasiado reconocible, una prueba fehaciente del estatus de icono que ya tenía el modelo. “Si están mirando mi reloj, entonces no estoy haciendo mi trabajo como actor”, respondió Brando, según contó su hija Petra. Pero aceptó que le quitaran el bisel bicolor y así quedó inmortalizado en su muñeca.
Brando se lo obsequió a Petra en 1995 por su graduación de la universidad y le dijo: “Este reloj es como un tanque. Puedes hacerle lo que quieras y seguirá funcionando. Quiero que lo tengas como recuerdo de lo orgulloso que estoy de ti”. Ese GMT-Master, con la inscripción “M. Brando” grabada a mano en el fondo de la caja por el propio actor, es uno de los Rolex más aclamados de los últimos años, como lo demuestra el valor que ha alcanzado en subastas. Además, es el representante más peculiar de una colección que ha marcado un antes y un después en la relojería.
En 2024, la saga del GMT-Master se enriquece con un Oyster Perpetual GMT-Master II en acero Oystersteel con un disco de bisel Cerachrom de cerámica gris y negra. Este elemento, junto con la esfera lacada negra, hace que sea más sutil y discreto que otras variantes y enfatiza su naturaleza de reloj herramienta. Es un reloj fascinante e inesperado con dos versiones: una dotada de brazalete Oyster y otra de brazalete Jubilee. Esta última me hipnotizó desde que la conocí en vivo. Se ve –y se siente– elegante, distinguida, única. Mucho tiene que ver que el GMT-Master II es el único reloj Rolex de la categoría Profesional que se equipa con el brazalete Jubilee, lo que le brinda un aura especial. Es una excepción que se agradece y está justificada por el peso específico del modelo. (Conoce aquí los nuevos Rolex Day-Date de 2024.)
Nace una estrella
Rolex creó el GMT-Master como un instrumento para los profesionales que recorren el mundo y lo lanzó comercialmente en 1955. Tan solo dos años antes, la marca había presentado el Submariner y el Explorer, otros dos legendarios tool watches que ofrecían soluciones a los exploradores submarinos y terrestres. El GMT-Master respondía sobre todo al acelerado avance de la aviación civil, con el inicio de los vuelos trasatlánticos comerciales sin escalas. Pero más allá de ser un instrumento idóneo para los pilotos, se adaptaba a las necesidades de “capitanes de barcos, navegantes, viajeros y miembros de las fuerzas armadas”, como dice uno de los anuncios de esa época. Y no pasó mucho tiempo para que se volviera una herramienta de navegación generalizada y permanente.
El reloj permitía consultar de un vistazo la hora de dos husos horarios, una función idónea para navegar entre los diferentes tiempos de un viaje. Para lograrlo, Rolex dio con una solución basada en dos piezas principales: una aguja adicional de punta triangular que da la vuelta a la esfera en un día y apunta hacia un bisel giratorio bicolor con graduación 24 horas. Esa aguja indica un segundo huso horario distinto de la hora local mostrada por las manecillas centrales de las horas, los minutos y los segundos.
Dan ganas de saber lo que pasaba por la cabeza de quienes decidieron que la mitad de las horas del día del bisel fuera roja y la de las horas de la noche fuera azul. Una hipótesis es que esa combinación se inspiró en los colores de la tapicería de los aviones de la Pan American World Airways (Pan Am). En cualquier caso, fue una elección que marcó el rumbo no solo del modelo de Rolex, sino de la categoría de relojes GMT que surgió posteriormente.
Ya que la Pan American World Airways, más conocida por el nombre de Pan Am, salió a colación, en 1959, el GMT-Master se convirtió en el reloj oficial de esa aerolínea que contribuyó significativamente al progreso de la aviación y al halo cool de la industria, como lo dejó claro Leonardo DiCaprio en la película Atrápame si puedes. PanAm equipó con GMT-Master a sus pilotos, que incluso protagonizaron los anuncios publicitarios de Rolex, como uno sobre el primer vuelo sin escalas entre Nueva York y Moscú. Esta asociación consolidó al GMT-Master como el reloj emblemático de la aeronáutica. Además, acompañó a varios pioneros del aire en sus hazañas, como al astronauta Jack Swigert del Apolo 13 o a William J. Knight, que, en 1967, sobrevoló el desierto de Mojave (California) y alcanzó una velocidad máxima de 7,274 km/h (Mach 6.7), un récord que sigue vigente.
Del plexiglás al Cerachrom
Las primeras mejoras técnicas del GMT-Master sucedieron en 1959. El disco graduado 24 horas del bisel, hasta entonces hecho de plexiglás, empezó a fabricarse en aluminio anodizado, un material más resistente. Asimismo, se tallaron unos protectores de corona en la carrura, que desde entonces son parte esencial del diseño del reloj.
El segundo gran momento de la evolución del modelo se registró en 1982, con el lanzamiento del GMT-Master II equipado con el calibre 3085. A diferencia de sus antecesores (los calibres 1036 GMT y 1575 GMT), este movimiento permitía ajustar la aguja de la hora local con la corona mediante saltos de una hora en un sentido u otro, de forma independiente de las demás agujas y sin detener la marcha del reloj. De este modo, se pueden leer dos husos horarios distintos —hora local y hora de referencia— sin tener que modificar la posición del bisel. El primer GMT- Master II tenía un disco de bisel en aluminio anodizado burdeos y negro.
En 2005, el GMT-Master II encabezó una de las grandes revoluciones de Rolex con el primer disco de bisel elaborado en Cerachrom, la cerámica de alta tecnología desarrollada por la firma. Desde ese año, el componente más expuesto a los golpes ofrece las ventajas de estar hecho en un material prácticamente imposible de rayar, inerte, resistente a la corrosión, con una intensidad poco común y cuyo color no se altera bajo el efecto de los rayos ultravioleta.
El Cerachrom debutó en el GMT-Master II Ref. 116718 LN de oro amarillo de 18 quilates con un disco totalmente negro y una esfera lacada verde. El disco ya tenía la misma fuente tipográfica para los números y las graduaciones que los modelos actuales. Rolex cuenta hoy con un savoir-faire y unos métodos de fabricación exclusivos e innovadores que le permiten producir estos componentes de cerámica con total independencia.
La revolución continuó en 2013, cuando Rolex presentó un GMT-Master II con un disco Cerachrom monobloque azul y negro. Para conseguirlo, la marca desarrolló un procedimiento innovador y patentado. Un año después, introdujo un disco Cerachrom monobloque rojo y azul que exigió aún más de las capacidades técnicas de la manufactura para obtener las tonalidades exactas. Este desarrollo también está protegido por un depósito de patente. En 2018, apareció un disco Cerachrom marrón y negro y en 2022, otro bisel en tonos verde y negro en el memorable GMT-Master II que tiene la corona en el lado izquierdo de la caja y la ventana de fecha a las 9 horas.
La sorpresa de 2024
Así llegamos a 2023, cuando se lanzó un GMT-Master II en oro amarillo de 18 quilates y otro en Rolesor amarillo, ambos con un disco de bisel Cerachrom de cerámica gris y negra. Me incluyo entre la multitud que no vio venir que este disco reaparecería en 2024 en una versión en acero Oystersteel. Fue una sorpresa muy positiva que subraya la atemporalidad de un reloj repleto de los detalles que lo colocan en otro nivel. Uno de esos detalles es la inscripción “GMT-Master II” en color verde a juego con la aguja lacada de 24 horas. Es la primera vez que esa leyenda aparece coloreada en un GMT-Master II en Oystersteel. Una sutileza al estilo Rolex que se aprecia mucho.
Por supuesto, los índices y las agujas son de oro blanco de 18 quilates con Chromalight de larga duración y color de emisión azul. A las 3 horas está la fecha, sincronizada con la hora local y magnificada por el icónico lente Cyclops. Los números y las graduaciones del disco Cerachrom se moldean en hueco y se colorean depositando platino mediante una técnica PVD. Durante esta operación, el disco se recubre completamente con una capa del metal precioso de aproximadamente un micrón de grosor y luego se pule con diamante para eliminar el platino depositado y aportarle luminosidad. Por eso luce tan espléndido.
Con respecto a la caja, mide 40 mm de diámetro y garantiza una hermeticidad de 100 metros gracias a su fondo y su corona Triplock enroscados. Tiene un acabado satinado con los flancos pulidos. Como mencioné antes, hay una variante con brazalete Oyster y otra con brazalete Jubilee. Ambos están equipados con un cierre de seguridad desplegable Oysterlock, para prevenir aperturas accidentales, y cuentan con el sistema de extensión rápida Easylink de Rolex, que permite ajustar su longitud en torno a unos 5 mm con una facilidad deliciosa.
Como ocurre desde 2018 con la gama GMT-Master II, el reloj está equipado con el calibre 3285, un movimiento automático de la autoría de Rolex que ofrece una reserva de marcha de 70 horas. Tiene todas las maravillas tecnológicas de la marca, como el escape Chronergy patentado y fabricado en níquel-fósforo para resistir campos magnéticos de alta intensidad, la espiral Parachrom azul y una masa oscilante con un rodamiento de bolas optimizado.
El GMT-Master II es uno de los modelos favoritos de Testimoniales Rolex como Roger Federer, Tiger Woods, Garbiñe Muguruza y Scott Brash.
Este nuevo GMT-Master II tiene la certificación de Cronómetro Superlativo de Rolex, lo que garantiza una precisión del orden de -2/+2 segundos al día. Me queda claro que Marlon Brando tampoco se lo hubiese querido quitar si filmara una película en estos tiempos.