Texto: Carlos Alonso
Diseño, diseño y diseño. Es el Santo Grial de Cartier. Arnaud Carrez, director de marketing y comunicación de la casa francesa insiste en este mantra y lo repite hasta la saciedad. “El diseño sirve a la técnica y no al revés”. Carrez lleva 16 años en la casa joyera que siempre ha sido una creadora de tendencias, desde que en 1904 creó el reloj Santos hecho a petición del aviador Santos Dumont, amigo de Louis Cartier y primer reloj de pulsera masculino de la historia.
La casa de la Rue de la Paix siempre se ha anticipado a estilos, diseños y extravagancias poco usuales para la época. Un avant-garde que sigue declinando las formas inesperadas y rompedoras por encima de la técnica de altos vuelos. Reinventarse sin traicionar el legado es la estrategia para consolidarse aún más como la firma de lujo por excelencia. “Somos una marca de diseños no de movimientos”, dice Carrez. Y concluye: “había un poco de arrogancia pensando que podíamos hacer todo”.
¿Cuál es el estado actual de Cartier?
Cuando regresó Cyrille Vigneron a Cartier en 2016 se inició una transformación global de la casa y una reflexión muy grande sobre la identidad de la marca. Somos una firma femenina, nacimos como joyeros en 1847, eso nos da un tono muy distinto en el mercado de los relojes. Debemos enfocarnos en la singularidad de la marca y eso significa que debemos poner la prioridad sobre las mujeres. Debemos seguir con la creación de objetos de deseo con diseño marcado y atemporal.
Nos sostenemos en dos pilares. Uno es la reinterpretación de nuestras colecciones icónicas como Santos, Panthère, Baignoire, y tenemos la responsabilidad de reinventarlos de manera permanente. El segundo es la creatividad y nuestra responsabilidad es empujar los límites de la creatividad artística, pero siempre alineada a nuestra identidad. Desde luego tenemos límites. Sin embargo, ser una marca femenina no nos prohíbe hacer relojes masculinos. Pero deben ser elegantes y con estilo. Los relojes sport no son territorio de Cartier. Cuando hablamos de técnica, ésta debe de servir al diseño y no al revés.
¿Podemos decir que la relojería Cartier vuelve a los principios estéticos de París…?
Fuimos joyeros de nacimiento, pero hicimos relojes muy rápido. Lo importante es que somos una marca francesa con origen en París, pero al mismo tiempo Cartier es una marca muy abierta y universal. Tiene mucha curiosidad y siempre ha facilitado el diálogo entre varias culturas. Si ves la Fundación Cartier, es un organismo que ha promovido el arte contemporáneo, tiene la idea casi social de promocionar artistas no muy conocidos con mucho talento.
Hay un Cartier más accesible como el nuevo Santos de cuarzo y acero, para una nueva generación. Pero también hay un Cartier artístico con sus modelos Baignoire…
Cartier es una marca a la que sí le importa la exclusividad, pero al mismo tiempo somos muy abiertos. La idea de compartir es muy importante para nosotros. Cuando ves lo que hacemos a nivel de nuestras boutiques, que fueron renovadas en Londres, Madrid, Estocolmo y la Ciudad de México, es la idea de ofrecer una experiencia de hospitalidad y placer muy importante.
Dices que cuando llegó Cyrille una reflexión fue: “Pensemos qué es y qué no es Cartier”. ¿Cómo es ese proceso, quién lo juzga? Por ejemplo, ¿un Ballon Bleu es Cartier y un calibre de Cartier no, un rotor complicado no es Cartier porque fue reflexionado como reloj y no como un joyero?
Hicimos una labor muy interesante hace tres años, un brand book. Fue la primera vez que lo hicimos de manera muy transversal, dedicamos mucho tiempo a la historia, a los códigos de Cartier, a la visión y a la experiencia. Nos ayudó mucho a definir el territorio y la entidad de Cartier. Si tomas la alta relojería, si ves la época en la que se lanzó, había muchas otras marcas y había un poco de arrogancia pensando que podíamos hacer todo. Invertimos mucho en la alta relojería, lanzamos muchos productos muy interesantes, sin embargo 6 años después, al mirar nuestras cifras vimos que en el mercado masculino no ganamos mucho y hemos perdido en las mujeres.
Yo pienso que Carole Forestier nos abrió los ojos, pero fue importante rearticular algunas cosas. No hemos parado la alta relojería, sin embargo hemos dicho que no somos una marca de movimientos, somos una marca de diseños. Cuando tenemos movimientos deben de servir al diseño, no al contrario. Entonces nos debemos de enfocar en los diseños.
Cartier estuvo durante un siglo dos pasos adelante de los demás. ¿Quién va a liderar la vanguardia creativa ahora?
Necesitamos nuestros íconos y también crear nuestros diseños para salir de lo usual. En Cartier respetamos nuestro patrimonio pero no significa que somos pasivos, lo enriquecemos porque tenemos la voluntad de empujar los límites de la creatividad, pero siempre con la idea de continuidad.
¿Qué es lo más Cartier que ha hecho Cartier en los últimos años?
En Cartier no nos interesa hacer productos que se parezcan a otros. Pierre Rainero siempre dice que la creación de Cartier es como una lengua viva, entonces agregamos nuevo vocabulario a nuestra lengua. En Cartier hay un equilibrio muy fuerte con el pasado, pero siempre mirando al futuro. Pero el tiempo de Cartier es probablemente muy diferente al tiempo de otras marcas que tienen ciclos muy cortos, donde todos olvidan lo que se lanzó un año antes.
Solo hay un crono en las novedades de este año. ¿La idea es combinar los nuevos productos con nuevos materiales, pero no añadir funciones complicadas?
El Santos de Cartier Cronógrafo fue un tributo a Alberto Santos Dumont, que le gustaba la velocidad. No hay problema en introducir complicaciones en nuestros relojes, pero sí es muy importante que el diseño sea distinto.
¿Este año va a ser más relojero que joyero en Cartier?
Va a ser de los dos. Tenemos un lanzamiento de joyería en abril en París que va ser fenomenal… Totalmente nuevo.
El Santos Dumont solía latir con calibre de manufactura. Ahora el modelo principal es de cuarzo…
Ya había un pequeño modelo de cuarzo. Este año el Santos de cuarzo tiene 6 años de autonomía, el doble de los convencionales, pero también tenemos nuevos modelos mecánicos.
¿Ya no importa lo que lleva dentro sino lo que transmite afuera?
El cuarzo siempre ha estado en la historia de Cartier. Tenemos muchos relojes de cuarzo y estamos muy orgullosos de su calidad. Repensar el cuarzo para que tenga una autonomía mejorada también implica que se invirtió en el mismo nivel de detalle y atención que en un mecanismo mecánico.
¿China es un mercado de cuarzo?.
Japón es un mercado de cuarzo. China es mecánico, pero estoy seguro de que las cosas van a a cambiar.
¿Es más fácil comunicar y convencer a la gente con diseño que con técnica?
No es más fácil, es el territorio de Cartier. En otras firmas el discurso por la técnica importa más que el diseño. Pero depende de la identidad de la marca. Nosotros somos una marca de diseño antes que todo.