AZUL TIFFANY
Tiempo de Relojes #121 INVIERNO 2021
Lástima que este ejemplar iba camino de la imprenta el día que Patek Philippe mostró su Nautilus azul Tiffany & Co. Una semana antes y paramos máquinas para hacer un monográfico a lo Time o The Economist sobre un asunto trascendental. Porque los periodistas relojeros llevamos décadas tratando de convertir al reloj en un tema controversial y no se deja. Visto lo visto, la pandemia nos ha vuelto ante la nonagésima burbuja -eso sí, un poco más polarizada– que amenaza con ríos de pixeles justificando por qué no está en sus cabales si no corre a comprar un buen profesional con corona o un independiente unicornio.
Los precios suben como las tasas del omicrón y algunas marcas te hacen el favor si te conceden el privilegio de venderte un reloj. Por eso, el azul Tiffany nos abre un Caribe estimulante de ideas cruzadas. Que si Cartier se ha gastado 200 millones recomprando sus pre-owned porque el mercado de lo usado va que vuela. Que si ya no tienes que esperar un De Bethune cuatro meses sino dos años. Que si WatchBox ha pasado de 8,000 a 20,000 dólares el precio promedio de venta de sus relojes, que si Dubai Watch Week es ahora el destino favorito de la crème relojera… Qué curioso que en el número que llevamos en portada el Dôme mexicano de Patek con su tributo al Día de Muertos, también nos hemos ido muy a gusto a fumar un puro con Hublot en la casa de Arturo Fuente en República Dominicana o nuestra aventura en Texas con Breitling para probar el Super AVI a bordo de leyendas de la II Guerra Mundial, pero a nosotros y a toda la blogosfera de las horas solo nos preocupa el azul Tiffany. ¿Por qué Patek lanza un Nautilus así después de Rolex? ¿Eso habría pasado con Philippe Stern al frente? ¿Habrá querido recordarnos Patek que, al menos en relojería, Tiffany le pertenece? La relojería primero fue negra festiva, después azul marino uniformada, luego verde sustentable, siguió el fumé intrigante y por fin recala en los tonos de nuestras costas de la Riviera. Sí, es una lástima que el Nautilus celeste no emergiera unos días antes. Hubiéramos desviado la atención de los nubarrones del séptimo virus hacia un tema más entretenido donde seguro que cada fan del ecosistema tic-tac tendría una opinión formada. Nosotros habríamos hecho una portada azul Holbox sin reloj y con una sola frase: “¿En qué piensa cuando ve este color?”. Y con tantas respuestas sabríamos qué esconde el terso mar que navegamos.