Pliegues y despliegues
Tiempo de Relojes #134 Pretemporada 2024
En las páginas 34-35 hay una foto para un tratado de relatividad. Captura el instante en que Noah Lyles vence por milésimas a Kishane Thompson en la final de 100 metros en París 2024. Ambas cabezas superan la línea de meta, pero el torso del vencedor toca la raya trazada por la Scan‘O’Vision ULTIMATE de Omega y la del jamaicano no. Para interpretar las anatomías plegadas de los ocho velocistas se necesitaron 40,000 fotos por segundo y un despliegue tecnológico en continua evolución desde hace un siglo. La imagen nos hace pensar que el tiempo ha entrado en una realidad deformada que escapa a la mirada, por ejemplo, de un instagramer que busca capturar a Karla Souza luciendo un Seamaster en la ceremonia de clausura en París. Pero también a la matemática científica de un Master Chronometer. Para levantar acta de todas las pruebas olímpicas hicieron falta 400 toneladas de equipo, pero a nosotros nos interesa más si los dos Diegos, Boneta y Calva, acudieron a París con un Chronoscope o un Speedmaster de 38 mm en sus muñecas. El tiempo es física cuántica, pero también un tratado de hedonismo y por eso nos apasiona. En Coordenadas te contamos cómo París 2024, además de romper récords a golpe de cronómetro, ha transformado definitivamente el deporte de élite en el nuevo territorio preferido del lujo. Después del cine, la moda y la música ahora los deportistas son los nuevos referentes para los creadores y la relojería no se ha quedado atrás. Ya no basta que el atleta luzca el reloj en público, sino que rompa récords con él en el brazo.
Para rupturas, las casi siete décadas que el GMT-Master de Rolex lleva despertando pasiones. Por eso llevamos en portada a esta bestia irreductible de lo corpóreo en su versión más reciente. También hemos querido poner atención al fenómeno de las micromarcas. ¿Por qué las firmas independientes entre 500 y 3000 USD brotan como pasto en primavera con una escasa producción que a nadie deja indiferente en un mundo que siempre aspiró a lo eterno?
Y por último, queríamos darle la debida atención a las decenas de piezas únicas con oficios
artesanales que Patek Philippe presenta cada año y que se han convertido en un arte dentro del arte relojero. Una especie de museo vivo con el que el gigante relojero quiere dejar claro por donde debe ir la excelencia en tiempos de pliegues y despliegues con el tiempo cuando todo transcurre a gran velocidad.
