El fundador de la maison es reconocido como uno de los maestros relojes independientes más reconocidos, sin embargo en los años 70 fue un asiduo participantes de las 24 Horas de Le Mans. En 1977 se alzo con la victoria en la categoría de prototipos de dos litros, también en ese período conoció a su socio François Servanin con quien llegó a correr un Porsche 35T del equipo Kramer, quedando en tercer lugar en la competencia de 1979.
Para conmemorar el 49 aniversario de la consolidación de esa amistad y los 10 del lanzamiento de su primer tourbillon como la casa de alta relojería Laurent Ferrier, presentan la colección Tourbillon Grand Sport que se inspira en el espíritu motor de los años 70.
Esta pieza llama la atención por su esfera color café ahumado que hace resaltar sus manecillas luminicentes en color naranja, que representan la elegancia y estética de la firma, pero que a su vez ofrece un diseño más sport y empoderado. Su esfera está protegida por un cristal zafiro con un teñido esférico que se suaviza y proporciona un perfil redondeado a la vista lateral.
La máquina de este bólido es manual equipado con un doble resorte de balance. Los dos muelles de balanceo se colocaron en reversa para neutralizar el desplazamiento lateral del eje de balance. Su tourbillon compensa las variaciones en la velocidad en todas las posiciones verticales.
Esta maquinara tiene una frecuencia de 21,600 vp/h para dar una reserva de potencia de 80 horas, la cual se desarrolló por Laurent Ferrier con una construcción adaptada específicamente para el Tourbillon Grand Sport. Además, su calibre tourbillon está certificado por el Observatorio de Besançon.
El Tourbillon Grand Sport tiene como carrocería un caja de 44 mm en acero y se presenta en un edición limitada de 12 piezas, la cuales tienen una resistencia al agua de hasta 100 metros. Su correa de caucho color taupe con hebilla desplegable de tres cuchillas da un agarre perfecto a la muñeca. También cada unidad vendrá con una caja muy especial que incluye una placa conmemorativa.
También lee: Laurent Ferrier tiende puentes
