“Real watches for real people”, más que un eslogan es una declaración de principios: el espíritu de Oris se alimenta de quienes expresan sus emociones a través de distintas disciplinas, como el deporte motor, el buceo, la aviación y la cultura. En este último rubro, la firma siempre se había decantado por cuestiones como la pintura o la música… Hasta ahora.
En una velada agradable, con el restaurante Sinaia como fondo (el cual abrirá sus puertas pronto), Oris anunció su nuevo atrevimiento: el nombramiento del chef Poncho Hernández como embajador en el área de cultura: la alta cocina como una de las bellas artes. Para celebrar esta decisión, Alberto Rodríguez (General Manager de Oris México) y el mismo Poncho Hernández, prepararon una comida-cena con sazón única, gracias a la unión de tradiciones puesta sobre la mesa.
Ambos, ataviados con unas filipinas diseñadas especialmente para la ocasión, platicaron tanto los ingredientes como la preparación de los platillos que se degustaon, los cuales fueron pensados para ser especialmente maridados con una selección de vinos capaz de magnificar los sabores.
Al mismo tiempo hablaron acerca de la relación que se ha forjado entre Poncho y la marca: “Mi cocina”, mencionó Hernández, “está completamente abierta, a la vista del público, justo como hace el Oris Sartelier Skeleton, que no deja nada a la imaginación, pues cualquiera puede observar su funcionamiento gracias a su estética esqueletada“. Dicho reloj, portado por ambos, fungió como el máximo símbolo de la celebración.
Ya en la mesa, los asistentes saboreamos las creaciones de Poncho, responsable de haber convertido el restaurante del Museo Rufino Tamayo en el más importante de Latinoamérica en el rubro de museografía. Entre los platillos, destacaron un tiradito de salmón curado Graviax, el micuit de Foie Grass, croquetas de jamón ibérico y la especialidad de la casa, las papas del chef, cuya receta fue heredada al cocinero por su abuela. “Poncho representa perfectamente nuestro espíritu de relojes auténticos para gente auténtica: la historia de cómo recibió la receta de su abuela y todo lo que está detrás, es la clara muestra de ello. Nuestra idea es que se convierta no sólo en nuestro embajador local, sino que lleve todo su arte al mundo“, comentó Alberto Rodríguez después de la cena.
Finalmente,Poncho Hernández platicó sobre la alianza: “Mi cocina tiene una narrativa familiar que justo se complementa con el tema de linaje o tradición de una marca como Oris. Las técnicas y el respeto a los procesos de producción son elementos de la relojería que me han servido mucho para realizar nuevos platillos. Pero lo más importante es mantener diálogo con el público: tengo que pensar en el gusto de las personas, pero sin que ello signifique perder mi creatividad. Mi responsabilidad ahora, como embajador de Oris, es resaltar el sentido de pertenencia único que te da llevar uno de sus relojes en la muñeca. Debo lograr que mi cocina transmita ese mensaje: quienes llevamos un Oris, sabemos que pertenecemos a una misma filosofía de vida”.