En el mundo de la alta relojería, Panerai se ha caracterizado por poner énfasis particular en el diseño: desde sus primeros relojes, sólidos y resistentes, pensados para la actividad submarina, hasta los más modernos, con líneas sobras y limpias. Gracias a la combinación de estos elementos, la firma se ha colocado como punta de lanza en cuanto a la estética relojera, al tiempo que ha alimentado su relación con la cultura del diseño.
Sea como patrocinador, colaborador o mecenas, Panerai se ha aliado con instituciones culturales como el Triennale Design Museum de Milán (donde se llevó a cabo la exposición “O’Clock”, dedicada al diseño horológico); personalidades como Patricia Urquiola (creadora del concepto de Boutiques Panerai) y eventos como el London Design Festival.
Para seguir con este linaje cultural, este año Panerai hace alianza con el diseñador japonés Oki Sato, quien a través de su estudio de arte llamado Nendo, creó una instalación que pudo ser admirada en abril (luego de su triunfal debut en la Semana del Diseño de Tokio) dentro del Palazzo Visconti de Milán, en el marco del Salone del Mobile 2017. Esta obra, llamada “Slice of Time”, se presenta como una metáfora del paso del tiempo, la cual es materializada con la creación de una concha vacía transparente en forma de reloj, el cual refleja los elementos estilísticos que han hecho grande a Panerai.
A través de un proceso de extrusión, este cuerpo plástico se estira a una longitud de 16 metros, y representa el punto de partida para la creación de nuevas piezas horológicas, que se extraen justo de la partición de este elemento tubular. En un ritual que dura de cinco a diez minutos (duración promedio de la creación de cada guardatiempo), los visitantes pueden observar el nacimiento de relojes de varios espesores. Con el paso de cada hora, la extrusión se va haciendo más corta, lo que genera una lenta sensación del paso del tiempo, pues al transformar los minutos en “longitud”, Nendo genera un original concepto del discurrir de las horas, al tiempo que los artesanos de la firma, reunidos en talleres circulares, crean piezas únicas para sus clientes. Esta obra invita totalmente al espectador a imbuirse en ella, con lo cual Panerai alcanza un nuevo hito dentro del ámbito de la interacción.