Henri d’Origny, legendario director artístico de Hermès, diseñó en 1978 el modelo Arceau, reloj de caja redonda y asas asimétricas, inspirado por el estribo de los barcos. Esto, sumado a su singular tipografía, le otorgó al reloj una personalidad única y muy celebrada.
Varias evoluciones después, la casa presenta hoy dos versiones que rinden perfecto homenaje al espíritu original de la invención de d’Origny: un equilibrio exquisito entre robustez y ligereza, entre fuerza y elegancia.
Con complicación de cronógrafo y caja de titanio granallado, esta versión retoma la estética tradicional de sus números, los cuales aparecen inclinados, como si un intenso golpe de viento o el efecto e la velocidad los hubiera colocado en dicha posición.
Ambos modelos se distinguen entre sí por el uso de distintas correas, pues mientras uno lleva correa de becerro Barénia color natural, el otro posee el mismo tipo de piel, pero en color negro y detalles en relieve. Ambas pulseras son ejemplo de la excelencia de la casa en cuanto al uso de pieles, así como de las técnicas manuales, por ejemplo, el pespunte.
La caja mide 41 mm de diámetro, tiene esfera en negro galvánico, cifras arábigas, minutería ferrocarril en color blanco y agujas rodiadas de tono rojo. Late con movimiento automático, tiene 42 horas de reserva de marcha y funciones de horas, minutos, segundero pequeño a las 3 h, fecha a las 4:30, contador de 30 minutos a las 9, contador de 12 horas a las 6 y contador de 60 segundos con aguja central.