En el corazón del reloj mecánico se encuentra su órgano regulador, el volante y su contrapartida esencial, la espiral. Este ingenioso dúo, introducido en la relojería por primera vez en el siglo XVII, actúa como unidad de control del reloj, determinando la precisión de las pulsaciones del reloj mediante la regularidad de sus oscilaciones.
Es un proceso sencillo. El vaivén del volante tensa la espiral, la cual, cuando alcanza su máxima amplitud, se empieza a desenrollar, poniendo en marcha un complejo proceso de transferencia de la energía. Cada oscilación completa libera un diente de la rueda de escape, haciendo avanzar una posición todo el conjunto de componentes y engranajes, calibrados con grandísima precisión.
Garantizar la fiabilidad es uno de los retos más difíciles de la ingeniería relojera porque, a diferencia de un reloj de péndulo estático, el reloj de pulsera tiene que desafiar la gravedad, evitar los efectos de los movimientos, resistir los cambios de temperatura y soportar todo tipo de golpes e impactos.
UN PASO MÁS ALLÁ EN LA TÉCNICA DEL ESQUELETADO
El Royal Oak Doble volante Esqueletado aborda estos problemas de estabilización fijando un segundo conjunto de volante y espiral en el mismo eje. La geometría patentada del nuevo «Dual Balance» implica un procedimiento de fabricación muy complejo, pero que compensa con creces, ya que se consigue una mayor precisión y estabilidad.
No es solo una primicia mundial, sino también una imponente combinación de arte y arquitectura. Por este motivo, Audemars Piguet ha ideado un movimiento totalmente esqueletado que revela esta doble belleza por ambos lados del reloj. La técnica del esqueletado consiste en vaciar el material para revelar la parte artística del mecanismo que hay en el interior. Es una de las tareas más exigentes de la relojería, ya que cortar demasiado puede comprometer las tolerancias o alterar la resistencia a los golpes. Lograr el equilibrio adecuado entre la belleza de los componentes que se dejan ver y la protección de sus funciones y de su precisión es un arte que no está al alcance de todos.
Audemars Piguet domina con maestría este intrincado proceso desde los años 1930. En la actualidad, sigue realizándolo exactamente de la misma manera: limado, decoración y acabado hechos íntegramente a mano. Las razones son tanto estéticas como técnicas. Por ejemplo, con un torno se pueden crear unos ángulos redondeados perfectamente aceptables, pero no se pueden producir los perfectos ángulos interiores en v que consiguen reflejar la luz de una manera tan extraordinaria, expresando el arte de la alta relojería.
Disponible en acero inoxidable u oro rosa, con esfera de color gris pizarra e índices horarios aplicados de color oro rosa, el Royal Oak Doble Volante Esqueletado ofrece una vista sin obstáculos a través del frontal esqueletado y del fondo de cristal de zafiro con tratamiento antirreflejos. La mirada se escapa irremediablemente para admirar la magnífica visión del reloj, a veces para comprobar la hora indicada por las agujas luminiscentes, pero más a menudo para contemplar la danza que desarrolla la mecánica de su interior.
El reloj late con calibre automático 3132 a 21,600 alt/h, tiene 245 componentes y 38 zafiros. Tiene una reserva de marcha de 45 horas. La caja tiene corona atornillada. Tiene funciones de horas, minutos y segundero central.