Una grata sorpresa para los aficionados a la relojería más creativa y divertida. Corum recupera su genial Bubble en su 21 aniversario, la edad que antiguamente marcaba el paso a la etapa adulta. Es muy posible que el Corum Bubble sea uno de los diseños más reconocibles del siglo XXI. A diferencia de otros iconos modernos, estamos ante un reloj que deja de lado la parte mecánica para centrarse en el diseño, ¡pero qué diseño!
Hagamos un poco de memoria antes de hablar de esta novedad. El Bubble fue presentado por Corum en la feria de Basilea del año 2000. Fue una creación personal de Severin Wunderman, el empresario estadounidense de origen belga que había comprado la firma aquel mismo año. Para aquellos que no conozcan la trayectoria de Wunderman, recordarles que hablamos de uno de los grandes nombres de la relojería moderna. Genial e irreverente, Wunderman supo trasladar su pasión por el arte al mundo de los relojes con un extraordinario éxito. Primero lo logró con Gucci, cuyas ganancias como directivo le permitieron cumplir el sueño de adquirir Corum.
La firma de La Chaux-de-Fonds se había caracterizado hasta entonces por una vena creativa que llevó a convertirla en un gran referente de la relojería de los años setenta. Wunderman recuperó esa faceta imaginativa de Corum y la potenció como creaciones como este Bubble. La originalidad del reloj se centra en su abombado cristal de zafiro en forma de bóveda. Su creador citaba como principal fuente de inspiración “un reloj de buceo de los años 60”, ahorrándose el nombre de la marca de dicha pieza. Aunque no hace falta ser un experto en la materia para reconocer en el Bubble las formas del mítico Deep Sea Special Prototype que Rolex empleó en su colaboración con los submarinistas del batiscafo Trieste.
El reloj del pecado
El cristal abovedado marca la personalidad del Bubble y también su estética. Cualquier elemento de la carátula queda distorsionado ante nuestros ojos a causa de la enorme curvatura de su superficie. Lejos de suponer un problema, esta particularidad del reloj ha sido aprovechada por los diseñadores para potenciar la originalidad y componente irreverente del reloj. De este modo, las carátulas más tradicionales dieron paso a curiosas, divertidas y, todo hay que decirlo, provocativas ilustraciones en las que no han faltado referencias al sexo, la muerte y el dinero.
Severin Wunderman falleció en 2008 a la prematura edad de 69 años. Su desaparición hacía presagiar un paulatino ocaso del Bubble en el catálogo de Corum en beneficio de otras referencias más acordes con los nuevos tiempos. También es verdad que una total desaparición del reloj hubiera supuesto una puerta importante del actual ADN de la marca. Así lo vieron sus actuales responsables, que en 2015 apostaron por su vuelta a la actualidad con el mismo carácter divertido e insolente que tuvo en sus inicios. Esta nueva referencia confirma que aún tendremos Bubble para rato.
Calavera luminiscente
Presentado en edición limitada de 88 piezas, el X Ray mantiene las características técnicas de las entregas más recientes de la colección. Estamos ante un reloj grande que no pasa desapercibido. La caja de acero negro se va hasta los 47 milímetros de diámetro, con una altura de nada menos que 18.50 milímetros debido a la curvatura del cristal. El calibre es un movimiento automático con las indicaciones horarias básicas. Quien quiera complicaciones ya tiene otras referencias de Corum para elegir.
La carátula recupera la calavera, uno de los temas preferidos del propio Wunderman para sus relojes. La originalidad en esta ocasión reside en el uso de una pintura luminiscente que hace brillar su imagen cuando el reloj se encuentra en la oscuridad. Un efecto muy similar al producido por los Rayos X que dan nombre al reloj. Un efecto visual que explica bien por qué el Bubble es un reloj que no deja indiferente a nadie.
FICHA TÉCNICA
Corum Bubble X Ray