Montblanc no ha querido desaprovechar la celebración de una nueva edición de SIAR y ha presentado una edición especial para el público local. Se trata de una versión muy especial de su Montblanc 1858 Split Second Chronograph. Su acabado así lo confirma. La caja de 44 milímetros se presenta en un impecable negro gracias al tratamiento DLC del titanio. Sofisticado y a la vez ligero, justo lo que se pide a un cronógrafo de Alta Relojería. Aunque es su carátula el elemento más exclusivo de esta edición.
Basta un simple vistazo para comprobar que no se trata de una carátula normal. En efecto, en lugar del habitual latón, este disco está fabricado con piedra, y no una cualquiera. La piedra usada procede de México. un origen diferente hubiera desvirtuado el sentido de la edición. Carente de tratamientos artificiales y con un suave pulido de su superficie, la obsidiana hace valer su peculiar estética para dotar a la edición de una fuerte personalidad. Su tono oscuro casa bien con el acabado negro de la caja de titanio.
Buena legibilidad
Por otra parte, la legibilidad es más que aceptable. Esta regla no es siempre fácil de conseguir en las carátulas de superficie irregular, ya sea piedra, madera o cualquier otro material usado. No es el caso de este Montblanc 1858 Split Second Chronograph. Incluso sus diseñadores se han permitido el lujo de combinar dos acabados diferentes (blanco y amarillo) en las agujas de segundos y la escala telemétrica que rodea la carátula. Por experiencia sabemos lo habituales que pueden llegar a ser las tormentas en algunos rincones de México. Nunca está de más contar con un reloj que nos permita medir la distancia a la que estas se encuentran.
El acabado bicolor de las escalas de la carátula nos recuerda el carácter rattrapante de su calibre. En 2021 apenas ya es necesario recordar el excelente nivel de los calibres procedentes de la manufactura de Villeret. Heredera de la mítica Minerva, este centro de producción es responsable de algunos de los mejores cronógrafos fabricados en Suiza en los últimos cien años. Evolución de aquellos legendarios mecanismos es este calibre MB M16.31.
A la vieja usanza
El enorme tamaño del movimiento (su diámetro alcanza los 38.40 milímetros) implica que toda la trasera de la caja esté cubierta por el cristal de zafiro que lo protege. Lejos de suponer un problema, esta disposición no permite ver con detalle todos sus componentes. Es entonces cuando vemos el excelente acabado que tanto recuerda a los calibres que la casa desarrolló en los años 30 del siglo pasado. La decoración de Côtes de Genève y el caracoleado que cubre las superficies se siguen realizando a mano del mismo modo que hace un siglo. También artesanal es la espiral contenida en el órgano regulador. Recordemos que Montblanc es una de las pocas manufacturas que aún fabrica en casa este componente clave del funcionamiento del movimiento.
Como ha ocurrido con anteriores referencias, esta edición especial Montblanc 1858 Split Second Chronograph revela el interés de la firma por acercar la relojería clásica a la una nueva generación de coleccionistas. Para ello no duda en combinarla con presentaciones más modernas que se apartan de las tradicionales disposiciones. Hace unos años hubiera sido difícil encontrar una versión de estética tan arriesgada, pero la industria está cambiando. Y, por supuesto, siempre está el orgullo de contar con un reloj tan vinculado con la idiosincrasia nacional. No en vano, quien lo adquiera sabrá que siempre llevará un trozo de México con él.
FICHA TÉCNICA
Montblanc 1858 Split Second Chronograph Edición Limitada 100